ANDRÉS SANDOVALTanto las comunidades científicas de Brasil como de Estados Unidos padecen la contingencia de trabajar con menores recursos públicos federales que en 2010, luego del anuncio de recortes acentuados en la inversión en ciencia y tecnología de ambos países. Para el caso de Brasil, el presupuesto del Ministerio de Ciencia y Tecnología (MCT) se fijó en alrededor de 6.370 millones de reales. Inicialmente, el presupuesto previsto para la cartera era de 8.100 millones, pero se recortaron 713 millones de reales mediante enmiendas parlamentarias, que afectaron principalmente a proyectos de inclusión digital, y 353 millones de reales del presupuesto legal. Otros 610 millones de reales de los recursos de los fondos sectoriales fueron bloqueados para garantizar recursos para el pago de las deudas del gobierno, mediante el recurso conocido como recortes de contingencia. Dentro del paquete de recortes por valor 50 mil millones en el presupuesto de la Unión, justificado por la necesidad de cumplimiento de metas fiscales y para evitar el incremento inflacionario, la reducción en el presupuesto del MCT se fijó en 1.700 millones de reales. El Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (FNDCT), una importante fuente de recursos del ministerio, sufrió un bloqueo del 20% de sus recursos. Por esa causa, el Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq) perdió 430 millones de reales. La Financiadora de Estudios y Proyectos (Finep), una agencia del gobierno federal que financia proyectos de innovación en empresas y universidades, perdió mil millones de reales. El ajuste interrumpe el curso ascendente de los gastos federales en ciencia. El año pasado, el presupuesto del MCT ascendió a 6.600 millones de reales. “Nuestros índices científicos se encuentran en expansión y, durante el año pasado, por primera vez, el presupuesto fue ejecutado en forma íntegra. Un recorte de esa magnitud traerá consecuencias que se percibirán en el futuro”, dice la presidenta de la Sociedad Brasileña para el Progreso de la Ciencia (SBPC), Helena Nader. “Los jóvenes no perciben a la ciencia como una profesión con futuro y estamos perdiendo la oportunidad de revertir esa percepción”.
En Estados Unidos, un recorte que despuntaba como dramático terminó reducido a un mero arreglo entre el gobierno y los diputados, eximiendo a las agencias de investigación de hacer grandes sacrificio en la reducción de 38.500 millones de dólares en el presupuesto de la Unión de 2011, en comparación con el nivel de 2010. En febrero, una propuesta aprobada por los diputados, pero rechazada por el Senado, había previsto un recorte general bastante mayor, de 61 mil millones de dólares, que amenazaba con ocasionar grandes perjuicios principalmente en la investigación básica. Finalmente, la pérdida de recursos de las agencias científicas quedó en alrededor del 1%; de cualquier modo, fue el mayor recorte registrado durante las últimas décadas. Los National Intitutes off Health (NIH) recibirán 30.700 millones de dólares, 300 millones de dólares menos que en 2010, mientras que la National Science Foundation (NSF) perdió 65 millones de dólares y recibirá 6.800 millones. La Nasa quedó con 18.500 millones de dólares, 200 millones menos que en 2010. En total, el presupuesto garantiza 66.800 millones de dólares en gastos federales para la ciencia. “Finalmente, se decidió que aunque resulte importante recortar gastos federales, es necesario seguir priorizando la investigación y la educación”, expresó a la revista Nature Barry Toiv, de la Asociación de Universidades Norteamericanas. La inclinación por los recortes de la mayoría republicana en la Cámara de Diputados proyecta, no obstante, nuevos altercados en los debates por el presupuesto de 2012.
En Estados Unidos hubo un profundo debate público en torno al recorte presupuestario y una firme determinación del gobierno de evitar que la ciencia y la educación fuesen sacrificadas. El presidente Barack Obama programó visitas a las escuelas donde aprovechaba para pronunciarse contrario a los recortes indiscriminados. En el caso de Brasil, el ajuste tomó por sorpresa a las entidades científicas. La presidenta de la SBPC, Helena Nader, critica el carácter lineal del ajuste, que incluso impone restricciones a las actividades intrínsecas del ministerio: las reuniones de entidades tales como la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad (CNTBio) y del recientemente creado Consejo Nacional de Control de la Experimentación Animal (Concea) ya no se realizan con la periodicidad habitual por falta de recursos para pagar viáticos y sueldos. En la opinión de la presidenta de la SBPC, otro dato preocupante es que hasta el momento no ha habido una reunión del Fondo de Infraestructura (CTInfra), un instrumento fundamental para la renovación de laboratorios y construcción de instalaciones. “Las universidades federales, contrariamente de las estaduales paulistas, no cuentan con un presupuesto y dependen en gran medida de instrumentos como ése para realizar investigación”, dice ella, que es docente en la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp) y miembro de la coordinación del área de biología de la FAPESP. Helena Nader critica el cambio de rumbo en la política científica y tecnológica del país. “Hacia el final de 2010 participé en una reunión del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, en la que el presidente de la República fue ovacionado por la ampliación de la inversión en ciencia y tecnología. Un mes más tarde llegó el recorte en el presupuesto y, curiosamente, el consejo hasta ahora no se ha vuelto a reunir”, asevera. La SBPC ya solicitó audiencias con el ministro jefe de Gabinete de la Presidencia de la República y con la ministra de Planificación, para intentar revertir los ajustes. “Conversamos con el ministro de Ciencia y Tecnología, Aloizio Mercadante, pero él también se muestra contrario a los recortes”, afirma. El ministro ya se había manifestadopreocupado por la repercusión de los recortes en la política de innovación y estudia auxiliar a la Finep mediante un préstamo del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), con el aval del Tesoro. “El BNDES acumula una nómina de solicitudes por 2.500 millones de reales para interesantes proyectos que merecen aprobación. La política de innovación representa una prioridad”, dijo el ministro, durante una entrevista concedida al programa Canal livre, de la cadena Rede Bandeirantes de Televisão.
El matemático Jacob Palis, presidente de la Academia Brasileña de Ciencias, destaca el hecho de que países emergentes que compiten directamente con Brasil, tales como China y la India, vienen incrementado sus presupuestos. “Ellos están acelerando y necesitamos acompañarlos”, afirmó Palis, quien se encuentra entusiasmado con la reversión de parte del recorte, principalmente en el caso de la Finep. “Representaría solamente un alivio para la innovación, pero sería de gran importancia”. Según datos del MCT, la inversión brasileña en Investigación y Desarrollo (I&D) durante 2008 fue equivalente al 1,09% del PBI, frente a un 1,54% de China. En Estados Unidos se invirtió 2,77% del PBI en I&D. El presupuesto del Ministerio de Ciencia chino en 2011 es de 24.690 millones de yuanes, el equivalente de 3.800 millones de dólares, que representa un aumento del 14% en relación con el de 2010. El presupuesto para la ciencia en la India, distribuido por varios ministerios, también prevé un 14% más que en 2010. “Los Brics, los países en desarrollo y los países del resto del mundo están invirtiendo pronunciadamente en ciencia, tecnología e innovación”, dijo la directora de la Asociación Nacional de Posgraduandos (ANPG), Tamara Naiz. “Brasil no puede seguir a contramano de una tendencia mundial”.
Si la ciencia norteamericana sufrió un ajuste proporcionalmente menor que la brasileña, también se beneficia de una estructura financiera que no depende exageradamente de los recursos públicos. “Además de que el presupuesto estadounidense es bastante mayor, los investigadores reciben bastante de su financiamiento por parte de empresas y entidades filantrópicas. Esto se debe, probablemente, al hecho de que ellos comenzaron a invertir en educación durante el siglo XVIII y nosotros recién en la década de 1930”, afirma Helena Nader, de la SBPC. En 2008, el sector privado fue responsable por el 44% de la inversión en I&D en Brasil, el cual, reiterando, llegó al 1,09% del PBI. En Estados Unidos, las empresas respondieron por dos tercios de los dispendios en I&D, que representaron un 2,77% de su PBI. No deja de ser curioso que Brasil haya sido citado como ejemplo por Barack Obama, en medio de los debates acerca de los recortes presupuestarios, para justificar el incremento de la inversión en investigaciones energéticas. “Si alguien duda del potencial de los combustibles renovables, miren a Brasil. Allí, más de la mitad de los vehículos es apto para utilizar biocombustibles”, dijo el presidente estadounidense durante su pronunciamiento, el pasado 5 de abril.
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