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El poder de fuego de la educación

La posibilidad de formar actores sociales talentosos

Algunas palabras tiene el poder de traer consigo una inmensa carga de sentimientos, emociones, expectativas, sueños, deseos y quereres. Son, al mismo tiempo, una mezcla de poesía, filosofía, arte… Expresarlas y profesarlas puede significar cambio, transformación, transcendencia. La unión de sus sílabas tiene una fuerza capaz de cambiar el mundo y, en casos extremos, funciona como un artificio bélico del bien, utilizado por los hacedores de nuevos tiempos y por los descubridores de nuevos caminos. Son armas que inyectan ánimo, coraje, sensibilidad y talento. De esta manera, podemos definir la amplia gama de sentidos y potencialidades de la palabraeducación , cuya belleza reside en develar nuevos mañana y prometedores horizontes.

A nosotros, los educadores, nos fue concedida la oportunidad de contribuir para promoverla, transmitiendo y propagando el deseo por medio del conocimiento. Colaboramos en la creación de realidades más bellas y más acordes con nuestros sueños. Forma parte de la naturaleza humana el querer siempre lo mejor. Procurar la evolución, el desafío, la superación de los límites. Hazañas que serían imposibles sin contar con la educación como fundamento y pasaporte.Consciente de la grandiosidad de esta misión y de todo lo que ésta puede proporcionar, el gobierno del estado de São Paulo, por medio de la Secretaría de Estado de Educación, ha venido trabajando para hacer de la red estadual de enseñanza un puente capaz de llevar a nuestros 6 millones de alumnos a adquirir saberes, aptitudes y habilidades capaces de convertirlos en ciudadanos críticos y conscientes, aptos para la construcción de un futuro erigido sobre los pilares de la infinita capacidad humana (que debe ser desarrollada, fomentada yconstantemente aguzada).

Nuestros programas, proyectos y acciones tienen el objetivo primero de despertar mentes y corazones al placer del aprendizaje, de la revelación, de la epifanía que caracterizan el fascinante proceso de descubrimiento. Es nuestra responsabilidad formar actores sociales talentosos, con madurez intelectual y emocional suficiente para alcanzar no solamente el éxito profesional, sino la felicidad plena, en todos los aspectos de sus vidas.Todos nuestros alumnos integran un complejo contingente educativo, pero al tiempo que forman un grupo, una colectividad, son también seres únicos, dotados de historias de vida singulares, ricas y de naturaleza incomparable.

Son chicos y chicas, niños y jóvenes provenientes de las más diversas realidades y orígenes. Muchos vivencian una infancia y una adolescencia repleta de amor, de cuidado, de atención y de incentivo en el seno de sus familias. Pero otros sobreviven a duras penas en una atmósfera densa, pesada, en nada parecida a lo que debería ser el confort y la protección de un hogar estructurado. Carecen de las referencias más básicas y tiene por alimento del alma únicamente la esperanza depositada en días mejores.Felices o apenas esperanzados, tienen, al igual que todos nosotros, carencias, problemas, alegrías, ganas, miedos, planteos y los más heterogéneos sueños. Súmese a ello el hecho de que están atravesando una fase de formación, de intenso aprendizaje, de dudas, de cuestionamientos, de búsquedas incansables… Tienen el privilegio, y también la gran responsabilidad, de tener todo un futuro por delante.

En ese sentido, nuestras políticas públicas educativas tienen en consideración, en primer lugar, las necesidades más básicas de esos ciudadanos del futuro: la comprensión, el respeto por sus diferencias, por sus valores y por la historia personal de cada uno.El desempeño, el éxito y la ampliación del potencial de los aprendices depende de nuestra sensibilidad para verlos como seres humanos, no solamente como números registrados en los registros de asistencia. Mediante esta práctica, los educadores podremos tener la posibilidad de ir más allá y también aprender con nuestros educandos. Sin ese intercambio esencial, estamos condenados a perder el brillo, la savia, el norte… Educar es, sobre todo, no dejar nunca de aprender y de creer.

El primer paso para hacer de la educación una posibilidad real para todos ya ha sido dado, en la medida en que promovimos la universalización del enseñanza. Las cifras más recientes arrojan un total de un 99% de los niños que frecuentan la escuela en el estado de São Paulo. Una vez asegurado el acceso a los bancos escolares, nuestros esfuerzos convergen directamente hacia mejoras en las condiciones de aprendizaje -producto del reflejo directo del cambio de filosofía de la cultura escolar. Ahora bien, navegamos por los mares de la forma más habilidosa porque lo hacemos con un lema común a todas nuestras rutas: “todo profesor es capaz de enseñar, todo alumno es capaz de aprender”. Y lo contrario es absolutamente verdadero.

Un lema que nos hace respetar el ritmo propio de aprendizaje y de asimilación de contenidos de cada estudiante, por ejemplo. Un derecho del individuo, que estaba siendo relegado, pero que cobró fuerza con la implementación, en enero del 98, del régimen de progresión continua del aprendizaje, que permite el avance permanente de los alumnos a lo largo del trayecto escolar, organizando a la Enseñanza Básica en dos ciclos de cuatro años cada una. Para extender los beneficios de esta práctica para los estudiantes de los niveles más avanzados, adoptamos la flexibilización del currículum en la enseñanza media, al permitir la matrícula por materia y evitar así que los alumnos rehagan componentes en los que han tenido éxito.

En este viaje de importancia histórica, la sociedad civil organizada ha sido nuestra gran compañera. Empresas, iglesias, ONGs, universidades, entidades y asociaciones las más variadas han contribuido para que nuestros alumnos y profesores disfruten de una formación intelectual, física y emocional sólida, con derecho al deporte, la cultura, la recreación, el arte, la profesionalización, a salud y, por último, la conquista de una vida mejor.

Juntos hemos hecho posible la capacitación constante de los educadores por medio de cursos, charlas, teleconferencias y congresos. En diciembre, por ejemplo, presenciamos la graduación de 7 mil profesores en el marco del programa PEC –Formación Universitaria , un programa de educación continua cuyo objetivo es suministrarles a los profesores titulares en la enseñanza del 1° al 4° grado, con formación de nivel medio, de más de 2 mil escuelas de enseñanza básica del estado, la oportunidad de una formación de nivel superior impartida por la USP, la Unesp y la PUC-SP.

En todas las capacitaciones, los encuentros, las visitas a las escuelas y las conversas con los representantes de la categoría, siempre resaltamos la importancia de la alianza entre el perfeccionamiento técnico del profesor y la solidificación de una postura afectiva en clase. Queremos que nuestros aprendices vislumbren en el maestro un ejemplo que puedan seguir, un amigo con quien puedan contar, y no una autoridad situada por encima del bien y del mal.En las escuelas, muchos programas y proyectos han favorecido esa práctica más afectiva e integrada. Los alumnos se sienten motivados a participar, a descubrir y a mostrar sus talentos.

Por eso es fundamental que la comunidad del entorno escolar y la sociedad en general prestigien los eventos constantemente promovidos por los establecimientos de enseñanza. Fue lo que la secretaría -junto a la población que transitaba por el Centro de la cuidad de São Paulo- hizo durante el mes de diciembre de 2002. Nuestro personal se unía a la gente, siempre al medio día, en la Plaza de la República, para prestigiar a los coros navideños de decenas de escuelas estaduales, provenientes de las más diversas regiones del estado.

El programa de los coros en las escuelas, como así también aquéllos ligados a la música clásica, al teatro, al cine, a la creación de bandas y fanfarrias, a la preservación del medio ambiente, al ejercicio de los derechos y deberes del ciudadano -fortalecimiento y reactivación de los gremios, campañas comunitarias, combate contra las drogas y la violencia, etc.- han promovido una revolución verdaderamente positiva en la vida de los estudiantes.Programas tales comoSocios del Futuro, Comunidad Presente, La Prevención También se Enseña, La Escuela en Sociedad, Campaña de la Ciudadanía y Programa Profesión están, a decir verdad, plantando semillas y brindándole no solamente a São Paulo, sino a todo Brasil, la posibilidad de tener, en un futuro cercano, una cosecha digna de los anhelos y del trabajo de todo su pueblo.

Que nuestras palabras, corroboradas -e impregnadas- por la verdad impresa en nuestras acciones, puedan colaborar para la discusión, el debate y la reflexión en torno a esa educación afectiva y eficaz. Una educación que privilegia la creación de generaciones más capacitadas, tanto para contribuir al desarrollo y el progreso de la ciencia como para disfrutar de todos sus beneficios. Una educación que oriente y funcione como la brújula que devela las infinitas maneras de navegar exitosamente por los mares de la vida.

Gabriel Chalita es docente y secretario de Estado de Educación de São Paulo.Es doctor en Derecho y Comunicación y Semiótica, y autor de 34 libros.

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