Imprimir Republish

Alberto de Castro

El señor IPT

Alberto de Castro, un conocedor del desarrollo tecnológico, fue importante para el Instituto de Investigaciones Tecnológicas de São Paulo

IPTEl ingeniero Alberto Pereira de Castro tenía una identificación tan grande con el Instituto de Investigaciones Tecnológicas (IPT, sigla en portugués) que, cuando la institución cumplió 100 años, en  1999, empezaron a decirle “el señor IPT”. Y no fue ése un homenaje banal: Castro trabajó como superintendente durante 18 años ininterrupidos en aquél que es uno de los principales centros de investigación tecnológica del país, y brindó su contribución para o avance tecnológico brasileño. El día 13 de agosto murió como consecuencia de un paro cardíaco a los 95 años. Dejó a su mujer, tres hijos, nueve nietos y once bisnietos.

El doctor Alberto, tal como era conocido en el IPT, nació en la ciudad de Mineiros, estado de Goiás, en 1915. A los 11 años, su familia se mudó a Uberlândia, Minas Gerais, de donde él salió rumbo a São Paulo para seguir ingeniería civil en la Escuela Politécnica de la Universidad de São Paulo (USP). Al tercer año de la carrera, en 1936, ingresó al IPT como asistente alumno. Se recibió en 1938; se especializó en metalurgia y lo contrataron en el instituto al año siguiente como ingeniero auxiliar en la sección de metales. Trabajó en análisis y prestación de servicios para empresas hasta 1944, cuando salió y se fue a una empresa de metalurgia. Posteriormente trabajó como consultor, pero en 1968 regresó al instituto como superintendente, cargo que ejerció hasta 1985. Entre 1995 y 1996 fue director vicepresidente, y presidente desde 1996 hasta 2005, fecha en que se jubiló, a los 90 años.

“El doctor Alberto era una referencia para todos en el IPT, y en  18 años de trabajo intenso, siempre estuvo en el centro de las decisiones que marcaron los grandes procesos de transformación y crecimiento del instituto”, dijo João Fernando Gomes de Oliveira, actual presidente del instituto. “Los directores del IPT seguían yendo a su casa, siempre que les era posible, para pedirle consejos y aprender con su sabiduría.”

Además de su trayectoria en el instituto y como consultor de empresas, Castro fue director de la Compañía Brasileña de Materiales Ferroviarios (Cobrasma) durante veinte años. Fue un de los fundadores de la Asociación Brasileña de Instituciones de Investigación (Abipti), en 1980. En 2005, la Abipti creó dentro de la asociación la Universidad Corporativa Alberto Pereira de Castro en su homenaje, con el objetivo de fomentar la educación con énfasis en la gestión de la innovación tecnológica.

Castro tuvo su reconocimiento por su aporte a la investigación tecnológica. “El doctor Alberto fue durante décadas la referencia más influyente para el IPT. Conocedor como pocos de las fuerzas y las flaquezas del desarrollo tecnológico y de la ingeniería en Brasil, siempre fue determinante para la calidad de las decisiones”, dijo Carlos Henrique de Brito Cruz, director científico de la FAPESP. La necesidad de saber cuál era el momento justo para realizar cambios fue una de las lecciones que dejó. “La tecnología requiere delivery mechanisms [mecanismos de entrega], que suponen relaciones multiplicadoras que abarcan a los institutos de investigación, la industrias, las oficinas de ingeniería, el gobierno y las escuelas. Cuando no percatamos de que los delivery mechanisms no están funcionando, llega la hora de obrar en consecuencia”, decía Castro.

Republicar