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Educación

En Brasil hacen falta matemáticos

Un estudio muestra que el país padece una gran carencia de profesionales en el área y los pocos que existen no interactúan con otros sectores de las ciencias

La matemática brasileña, que durante los últimos 30 años conquistó prestigio en el escenario internacional y con frecuencia publica trabajos científicos en periódicos relevantes, no está logrando formar cuadros en número suficiente para la atención de la demanda nacional de calificación. La necesidad de dimensionar el problema, hace ya algún tiempo identificado por la comunidad de los matemáticos en su día a día, llevó a un grupo de investigadores a realizar un primer estudio de la situación de la formación de personal en el área. Los resultados de dicho trabajo, reunidos en Panorama de los Recursos Humanos en Matemática en Brasil: La necesidad de Crecer, revelan una situación crítica.

“La matemática nacional se encuentra ante tres grandes desafíos que no son independientes uno de otro: aumentar el número de investigadores y la interacción con otras áreas y capacitar a un enorme contingente de docentes para actuar en la enseñanza superior”, advierte el estudio, que lleva las firmas de especialistas de la Universidad Federal de Ceará, la Universidad Federal de Minas Gerais, la Universidad Federal Fluminense, el Laboratorio Nacional de Ciencias de la Computación, la Universidad de São Paulo (São Carlos), la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro (PUC-Río) y el Instituto de Matemática Pura y Aplicada.

“Es necesario actuar urgentemente en diversos frentes”, comenta Jorge Hounie, profesor titular de la Universidad Federal de São Carlos y consultor de la FAPESP. “Debe elevarse el nivel de los cursos de licenciatura, promover la aproximación de los departamentos de matemática a sus similares de áreas aplicadas y abrir un canal de comunicación con las empresas, que podrían aprovechar mejor a los matemáticos”, dice.

De acuerdo con la propuesta, uno de los principales desafíos del área es la formulación de un proyecto capaz de ampliar elevar la producción anual de masters para atender a las demandas de calificación de los profesores de las materias de matemática y de las demás carreras, además de la formación de masters calificados para los programas de doctorado y masters destinados al mercado de trabajo. Según datos de la Coordinación de Perfeccionamiento del Personal de Nivel Superior (Capes), en las carreras de posgrado brasileñas fueron formados 2.800 masters en matemática, de los cuales 1.180 se recibieron en los últimos diez años.

Formación deficiente
Según información del Ministerio de Educación (MEC), existen 369 carreras de grado en matemática en el país, de las cuales 117 están en las universidades federales, 85 en las estaduales y 167 en las instituciones de enseñanza superior particulares, que forman, respectivamente, 11,8, 26 y 28,4 alumnos por carrera y por año. De acuerdo con dicho estudio, muchos de los docentes de grado se resienten debido a una formación académica deficiente y no reúnen condiciones para enfrentar una carrera de maestría en matemática bajos los moldes actuales. Y los matemáticos estiman que el índice de deserción en las carreras de grado gira en torno al 75%, y un 88,2% de estos estudiantes en matemática que se sometió al Examen Nacional de Carreras en 2000 obtuvo un concepto inferior al 2,24, en una escala de 0 a 10.

Entre las medidas recomendadas por el documento para enfrentar el problema se encuentra el fortalecimiento de las becas de iniciación científica en matemática y la creación de un mecanismo al estilo del Programa Especial de Capacitación (PET) de la Capes, orientado al área.La calidad de la enseñanza en las carreras de licenciatura es uno de los factores fundamentales para la buena formación de profesores de la enseñanza básica y media, en las cuales los datos también están lejos de ser alentadores. Las informaciones resultantes de los exámenes realizados por el Sistema de Evaluación de la Enseñanza Brasileña (Saeb) muestran que, en los exámenes realizados en 1985, 1997 y 1999, los alumnos del tercer año obtuvieron notas en la franja de 225 a 275, en una escala de 0 a 500.

El documento señala la necesidad de formar con urgencia, tan solo para atender a las exigencias de la Ley de Directrices y Bases, 1.650 masters. En 1999, los 24 programas de posgrado en matemática y matemática aplicada formaron solamente a unos 200 nuevos masters -y aun así, teniendo en consideración también a áreas del conocimiento ligadas a la matemática. “La ociosidad de los programas de posgrado es inevitable mientras se mantenga la baja demanda por parte de los alumnos”, reflexiona Carlos Tomei, profesor titular de la PUC-Río y uno de los especialistas que suscriben el estudio.

El trabajo indica también la necesidad de duplicar la formación anual de masters en cinco años y triplicarla en ocho. La población de doctores, hoy compuesta por 800 individuos, debe llegar al doble en cinco años y al triple en diez. Brasil está formando en promedio a 50 doctores en matemática por año -y el 50% de ellos ya tiene empleo asegurado al recibirse. Eso significa colocar, en la mejor de las hipótesis, a 25 nuevos doctores en el mercado por año, para competir por las plazas de concurso para las universidades: ese número no repone ni siquiera la pérdida por jubilación del personal calificado. El cuerpo de docentes de los cursos de posgrado está compuesto por doctores en su totalidad.

Diálogo
Por otra parte, la ampliación del número de profesionales de matemática en el sector productivo y en otras ciencias demanda, de acuerdo con la visión de los autores del documento, “toda una revisión” de la cadena de enseñanza que permita el diálogo con científicos y técnicos de otras especialidades e incentive asociaciones multidisciplinarias en investigación y en la solución de problemas originados en la realidad socioeconómica del país.

“Históricamente, los matemáticos siempre tendieron a presentar respuestas muy sólidas a problemas concretos”, observa Hounie, citando como ejemplo, la movilización de especialistas del área en Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. En la interfaz con otros campos del conocimiento, Tomei apunta la falta de estímulos por parte de la propia comunidad y de las agencias. No obstante, el investigador ve algunas buenas señales en el aire, sobre todo en las áreas de estadística, actuaria, matemática financiera, computación gráfica y modelado.

Pródigo en sugerencias, el estudio solicita, por ejemplo, la creación de cursos de maestría orientados a actuaria, economía matemática y matemática de la biología, entre otros, y de carreras de doctorado con alternativas de calificación en áreas aplicadas; la formación o la importación de especialistas en estadística y en varias nuevas subáreas de la matemática importantes para el desarrollo del país; y el establecimiento de un programa de becas específico para la capacitación de estudiantes de posgrado en el exterior, en áreas de aplicación de la matemática.

Relaciones con los sectores productivos
En el ámbito extraacadémico, el documento recomienda el estrechamiento de relaciones con el sector productivo, para una mayor comprensión de los beneficios que los especialistas en matemática pueden ofrecerles a los diversos segmentos. El estudio afirma que cualquier tentativa de solución de los problemas analizados solo será posible a través de un proyecto nacional para matemática y Tomei aclara que la definición de un plan de acción detallado aún debe ser objeto de discusiones entre los matemáticos y, entre otros interlocutores: las agencias de fomento. “Nuestra intención es abrir ese debate”, dice.

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