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El nuevo proyecto se aboca a nuevas formas de terapia y diagnóstico del cáncer

Después de la ciencia básica, la aplicación. Con base en las informaciones generadas por el Genoma Humano del Cáncer, un proyecto financiado por la FAPESP y por el Instituto Ludwig, está cobrando forma el Genoma Clínico del Cáncer. Anunciado públicamente el día 20 de diciembre, contará con la participación de investigadores del estado de São Paulo que trabajan en actividades clínicas y quirúrgicas relacionadas a la oncología. El objetivo es desarrollar nuevas formas de diagnóstico y tratamiento. Las inscripciones para los nuevos grupos están abiertas hasta el final de febrero (más informaciones en la dirección electrónica www.fapesp.br).

En casi dos años, el equipo del Genoma Humano del Cáncer acumuló un millón de secuencias de genes activos en diversos tipos de tumores: de mama, de estómago, de cabeza y cuello, de colon y de próstata, entre otros. “Los tipos de tumores que serán trabajados en el Genoma Clínico no son necesariamente los mismos del Genoma Humano”, dice Marco Antonio Zago, investigador de la Facultad de Medicina de Ribeirão Preto (FMRP) de la Universidad de São Paulo (USP) y uno de los organizadores del proyecto. “La definición de las áreas de estudio depende de la demanda de los grupos que se presenten.”

Los equipos incorporados al proyecto -coordinados por un investigador clínico o quirúrgico, de preferencia ligado a instituciones de investigación- van a participar de dos maneras. La primera será a través del envío de muestras de tumores, que se almacenarán y analizarán en los laboratorios del proyecto Genoma Humano del Cáncer, y la Segunda, siguiendo el estado clínico de los pacientes. Asociándoselos al análisis de ARN, la molécula de ácido ribonucleico, mediante el cual los genes se expresan en las células, y a la evolución de la enfermedad o su respuesta al tratamiento, se espera entender muchos puntos aún oscuros.

Uno de ellos es: ¿por qué algunos pacientes responden a los tratamientos convencionales y otros no? “Pretendemos encontrar los mecanismos moleculares que permitan diferenciar esos dos grupos antes de iniciar el tratamiento”, afirma Zago. Actualmente se realiza el análisis de ADN en pocos tipos de cáncer. Es el caso de la leucemia mieloide crónica, cuya gravedad puede evaluarse a través de la presencia o ausencia de una mutación, el llamado cromosoma Ph1 o Philadelphia, que resulta de la fusión de un tramo del cromosoma 9 con el 22.

Sin esa mutación, dice el investigador, ese tipo de leucemia presenta una evolución más rápida y más resistente al tratamiento que cuando la misma está presente. “El cáncer no es precisamente una enfermedad”, comenta Zago, “mas bien es un modelo de enfermedad, en el cual el material genético de la célula es alterado de alguna forma y gana autonomía de crecimiento, dejando de responder a los controles del organismo”. Por esta razón, dice Zago, un tipo de cáncer es diferente a otro, desde el punto de vista molecular, empero ambos se manifiesten de modos semejantes cuando son examinados a partir de los tejidos que afectan.

El Genoma Clínico se iniciará con alrededor de 20 grupos de investigación y un presupuesto de un millón de dólares, que se destinará en los próximos dos años a recabar material y al montaje y mantenimiento del banco de datos. Según Zago, habrá espacio también para colaboradores -en especial, patologistas y epidemiologistas-, a los cuales les cabría la responsabilidad de la supervisión de los diagnósticos médicos, los análisis estadísticos y los métodos de seguimiento de pacientes.

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