Un teatro de excelencia: grandes textos, en manos de actores excepcionalmente preparados, en una escena concebida con especial atención en los detalles. Este es el método de trabajo del Grupo Tapa – Teatro Amador Produções Artísticas, fundado en Río de Janeiro en 1979 y paulistano desde 1986.
“Lo que más me interesa del teatro, lo que lo diferencia de cualquier otro arte, es la presencia viva. Son los actores. Algo que ocurre delante del público con la calidad de un partido de fútbol”. La afirmación de Eduardo Tolentino de Araújo, quien dirige al grupo desde su creación [con una pieza de su autoría, el infantil Apenas um conto de fadas (Tan sólo un cuento de hadas)], revela más de lo que podría suponerse inicialmente.
Esa apuesta por la necesidad del entrenamiento profundo y constante y la carencia de concesiones trajo, ante todo, un reconocimiento por toda una trayectoria de creación de teatro de alto nivel. Los años 1980 trajeron destacadas escenografías tales como Viúva, porém honesta (1983), de Nelson Rodrigues, O Tempo e os conways, de J. B. Priestley (1985), y el comienzo del proyecto Festival de Teatro Brasileño.
La investigación y divulgación de grandes guiones de autores nacionales siempre fue una misión incorporada por el grupo, prestando un inestimable servicio al público con grandes montajes de Nelson Rodrigues, Martins Pena, Jorge Andrade, Machado de Assis, Artur y Aluísio de Azevedo, Plínio Marcos y João Cabral de Melo Neto, entre tantos otros. Espectáculos tales como Vestido de noiva, de Nelson Rodrigues (1994), y Corpo a corpo, de Oduvaldo Vianna Filho (1995), forman parte de la historia de los grandes montajes del teatro brasileño.
Más allá de mantener un régimen constante de nuevos espectáculos y reediciones del repertorio, el Grupo Tapa mantiene cursos regulares de teatro, en su sede en el barrio paulistano de Barra Funda, dirigido por sus integrantes. Para Maria Silvia Betti, profesora del posgrado en letras de la Universidad de São Paulo, tener en cuenta el aspecto de la capacitación resulta fundamental para comprender la importancia del grupo. “El Tapa cumple un rol formador no sólo en lo que hace al estudio y la práctica del oficio, el acto teatral, sino también en el desarrollo de un pensamiento crítico”, sostiene. “Es algo que las escuelas de teatro no han podido seguir brindando y que tampoco terminan de configurarse dentro de la formación universitaria o escolar común, por todos los motivos harto conocidos”.
Para ella, el Grupo Tapa “cuenta con una historia en lo que hace a todo lo importante que ocurrió pensando al teatro como escenografía y dramaturgia desde el final de los años 1970 hasta el presente”. Un hecho todavía más notable cuando se toma en cuenta que esta longevidad, sin pérdida de la calidad, se configura sin mecenazgos ni recursos públicos, lo cual hace del grupo un punto de referencia no sólo en cuanto a la creación artística, sino también para aquellos que desean hacer del oficio teatral su profesión.
Clara Carvalho, Zécarlos Machado, Denise Weinberg, Brian Penido Ross, Guilherme Sant’Anna, Sandra Corveloni, André Garolli, Fernando Paz, Sérgio Matropasqua, entre tantos otros, componen la lista de actores que hicieron y aún hacen grandes trabajos dentro y fuera del Tapa, permanentemente marcado por la convivencia entre diferentes generaciones. No es diferente ahora, cuando una nueva generación, con jóvenes tales como Isabella Lemos, Marcelo Pacífico y Renato Caldas en espectáculos como por ejemplo, Órfãos, de Dennis Kelly, y De Um ou de nenhum, de Luigi Pirandello (ambos de 2012 y todavía en cartel).
Construir este arte sin concesiones, pautado en la excelencia y forjado en el encuentro con el otro, dentro y fuera de la escena, ubica al Tapa en una línea frontal de resistencia del teatro como fuente de reflexión y pensamiento crítico. “Cuando comencé a presenciar espectáculos, había mucha más pretensión de dominio del oficio”, afirma Tolentino. “El teatro es la renovación de la repetición. Uno trasciende el hastío, el cansancio, y encuentra lo nuevo. Eso es lo que permite ingresar en capas más profundas, en las sutilezas”. Es el teatro como artesanía.
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