El año 1864 fue especial para Charles Darwin. Bajo el fuego cruzado de gran parte de la comunidad científica de su país y del exterior, el científico británico afrontó la publicación de un libro y un artículo científico que atacaban sus ideas sobre la evolución: Análisis del libro del señor Darwin sobre el origen de las especies, del fisiólogo francés Pierre Flourens, y Sobre la teoría darwinista de la creación, del anatomista suizo Albert Kölliker. El origen de las especies había sido publicado en 1859, con sus 1.250 ejemplares agotados en un día. La controversia sobre el tema se transformó en un gran debate científico internacional y atravesó rápidamente las fronteras académicas. Por suerte para el evolucionista, también en 1864 surgió en Leipzig, Alemania, otra obra que abordaba la teoría de la evolución, cuyo título no dejaba dudas acerca de su postura: Para Darwin (Für Darwin, en el original). Su autor era Fritz Müller (1822-1897), un naturalista que vivía en la entonces ciudad de Desterro (actual Florianópolis), en Santa Catarina, Brasil, y daba clases en el liceo provincial.
El libro de Müller llegó a manos de Darwin en 1865. Su mujer, Emma, conocedora del idioma alemán, se lo leyó haciendo simultáneamente la traducción. Darwin sintió entonces una profunda admiración por el trabajo. A diferencia de la inmensa mayoría de los que opinaban sobre El origen de las especies, el naturalista radicado en Brasil lo hacía con propiedad, suministrando ejemplos zoológicos descritos minuciosamente que corroboraban la teoría de la evolución, sin detenerse en cuestiones filosóficas y religiosas. “El libro fue sumamente importante para Darwin, no solamente por el apoyo, sino también porque ayudó a consolidar la teoría darwinista en el seno de la comunidad científica de la época”, dice el biólogo y médico forense Luiz Roberto Fontes, coautor de la traducción en portugués de Für Darwin (editorial de la UFSC, 2009) junto a Stefano Hagen, docente de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de São Paulo. Ambos forman parte del proyecto Nuestro Fritz Müller, de recuperación de la memoria del científico alemán que vivió 45 años en Santa Catarina hasta su muerte.
El naturalista había llegado a Brasil a los 30 años, en 1852, junto a su mujer, una hija y uno de sus hermanos, y se radicó en Colonia Blumenau, en Santa Catarina. Primeramente trabajó como un simple colono, manejando la azada y el hacha, pese a los dos títulos académicos que tenía, de biólogo y de médico. Pero en 1861, cuando ya estaba en Desterro, su amigo Max Schultze le envió a traducción alemana de El origen de las especies. Schultze lo mantenía actualizado sobre los debates científicos en Europa y le enviaba anualmente a Brasil libros y algún material para sus investigaciones, como por ejemplo un microscopio que él le pidiera. Encantado con las ideas del inglés, Müller trabajó sistemáticamente en el estudio de diversas especies, en especial crustáceos, y reunió pruebas inequívocas del acierto darwinista. Durante los años subsiguientes reunió sus observaciones y experimentos en una monografía que, en homenaje al inglés, denominó Para Darwin. Luego se la envió a Schultze, quien la hizo publicar.
El trabajo de Müller hizo que Darwin entablase con él una correspondencia, colaboración y amistad que duraron hasta su muerte en 1882, con un intercambio de alrededor de 60 cartas entre ambos. En 1869, Darwin costeó de su propio bolsillo la traducción del libro en inglés y la publicación de mil ejemplares, con el título Hechos y argumentos a favor de Darwin. Hasta la sexta edición de El origen de las especies (1872), considerada la definitiva, había 12 citas sobre los estudios de Müller. “Darwin consideraba también algunas cartas del naturalista alemán tan informativas que sugería su publicación en carácter de artículos científicos en revistas especializadas”, comenta Stefano Hagen. Fritz Müller tuvo una extensa y productiva vida científica en Brasil (lea en Pesquisa FAPESP nº 105), y publicó alrededor de 260 artículos, la mayoría en el exterior.
Desde 2010, Fontes y Hagen colaboran con el Instituto Martius-Staden de São Paulo, para lograr la divulgación de la historia y la obra de Müller. Se ha organizado una exposición que recorrió 16 instituciones de Brasil y que irá también al Centro Brasileño de la Universidad de Tübingen, en Alemania, entre mayo y julio. Como este año se celebran los 190 años del nacimiento del naturalista, el instituto transformó el catálogo de la exposición en un e-book bilingüe: Fritz Müller – El príncipe de los observadores, la forma en que Darwin se refería al amigo alemán naturalizado brasileño. El libro electrónico puede leerse en: www.martiusstaden.org.br.
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