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DERECHO

Estudiosos estructuran grandes bases de datos para analizar las decisiones del Supremo Tribunal Federal de Brasil

Modelos estadísticos apuntan a identificar los factores que influyen en el desempeño de los magistrados de la Corte

La estatua A Justiça [La Justicia], situada frente al edificio del STF

Marcello Casal Jr / Agência Brasil / Archivo

Recientemente, tres investigadores se abocaron a la tarea de tratar de identificar los factores que ejercen influencia sobre las decisiones del Supremo Tribunal Federal (STF), la Corte Suprema de Justicia de Brasil. En busca de respuestas a problemas han supuesto un reto para los expertos en la materia desde hace décadas, reunieron información sobre 2 millones de votos individuales y 423.000 decisiones del STF desde 1988 y crearon la base de datos más completa sobre el tema hasta la fecha.

El trío, integrado por dos profesores de Derecho del [instituto de enseñanza e investigación] Insper, de São Paulo, Diego Werneck Arguelhes e Ivar Hartmann, y el politólogo Evan Rosevear, de la Universidad de Southampton, en el Reino Unido, decidió separar los casos más controversiales para observar mejor las divergencias entre los 11 magistrados que conforman el Tribunal. Los investigadores se centraron entonces en los 8.000 casos que generaron más disparidad en la Corte, en los que al menos dos miembros diferían de sus pares a la hora de emitir su veredicto.

Se utilizaron técnicas estadísticas para evaluar los efectos asociados a las características particulares de los jueces, tales como su trayectoria profesional y género, las normas del Tribunal y otros factores que pueden influir en los resultados de los fallos, dejando de lado las interpretaciones de la ley y la jurisprudencia de la Corte, que corroboraron, por ejemplo, una antigua hipótesis que hace referencia al impacto de la publicidad de las deliberaciones del STF, cuyas sesiones comenzaron a transmitirse en directo por televisión y YouTube desde principios de la década de 2000. El análisis reveló que los desacuerdos son más frecuentes en los juicios transmitidos por el canal TV Justiça.

Quedó en evidencia que la trayectoria profesional de los ministros de la Corte también es importante. Aquellos que ejercieron como jueces en otros tribunales antes de llegar al Supremo tienden a discrepar más, según revelan los datos. Este comportamiento contradice las expectativas generadas por los estudios que evaluaron las Cortes constitucionales de otros países. El estudio señaló las disidencias en los fallos del plenario del STF, donde los 11 magistrados votan, pero no en las dos salas en que se dividen, donde juzgan la mayoría de los casos.

Bruno Moura / SCO / STFUna sesión plenaria de la Corte Suprema en febreroBruno Moura / SCO / STF

También hay indicios de que las cuestiones de género inciden en el cotidiano de la Corte. El trío descubrió que las mujeres disienten menos que sus colegas masculinos, y éstos discrepan menos en los casos en que una de ellas es la relatora. Sin embargo, un estudio realizado por Werneck junto a otros investigadores el año pasado reveló que los varones interrumpen con frecuencia a sus colegas mujeres en el plenario del Tribunal. Como hasta la fecha solamente tres mujeres han llegado a integrar el STF y solo una sigue allí, faltan elementos para entender mejor esta dinámica.

“Es todo un reto explicar la conducta de los magistrados de un tribunal como el STF, porque hay muchos factores en juego”, dice Werneck. “Hemos conseguido probar una gran cantidad de hipótesis con una base más amplia que las utilizadas en investigaciones anteriores, pero todavía queda mucho trabajo por delante para entender lo que estos datos nos revelan”. El año pasado se publicó un artículo científico en la revista Journal of Law & Empirical Analysis con las primeras conclusiones del trío.

Los investigadores que se dedican al estudio del Poder Judicial en Brasil han apostado cada vez más por los sondeos cuantitativos como éste para examinar el funcionamiento de la Corte Suprema, que se fortaleció tras la promulgación de la Constitución de 1988 y asumió un rol central en el sistema político brasileño. Sostienen que solo así será posible ir más allá de los supuestos teóricos acerca de la actuación de los magistrados del Tribunal y develar patrones que expliquen sus decisiones.

El STF constituye un objeto de estudio complejo a causa de las múltiples funciones que desempeña y la pesada carga de trabajo que éstas le imponen. La nueva Constitución amplió los derechos y garantías de los ciudadanos, y ello supuso un aumento de la demanda al Poder Judicial y de la cantidad de casos elevados al STF, donde confluyen las apelaciones contra las sentencias dictadas por instancias inferiores. La carta magna también amplió el acceso a la Corte Suprema al permitir que los partidos políticos, asociaciones profesionales o laborales y otras organizaciones recurran a ella para cuestionar la constitucionalidad de leyes y acciones del Poder Ejecutivo y del Legislativo. Asimismo, el STF es responsable de investigar, procesar y juzgar a los políticos y cientos de otras autoridades que gozan de fueros especiales.

El año pasado se distribuyeron entre los ministros de la Corte más de 40.000 nuevas causas, período en el que firmaron 115.000 decisiones (véase el gráfico abajo). De cada cinco, cuatro fueron dictadas en forma individual por los magistrados, sin que otros miembros del cuerpo colegiado dieran su opinión, según las estadísticas disponibles en la página web del Tribunal. La Corte Suprema de Estados Unidos resuelve menos de un centenar de casos por año, seleccionados entre miles de peticiones. El Tribunal Constitucional Federal de Alemania resuelve menos de 6.000.

El interés por los estudios cuantitativos es una consecuencia natural de la gran cantidad de causas, pero también refleja la preocupación de los estudiosos por el poder individual de los miembros del STF, sin parangón en las Cortes de otros países. “Nuestros jueces se han convertido en actores políticos de primera línea y necesitamos entender mejor cómo ejercen sus poderes, porque esto afecta a la legitimidad de la Corte Suprema”, analiza el politólogo Rogério Bastos Arantes, de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias Humanas de la Universidad de São Paulo (FFLCH-USP) y coordinador del grupo de estudios Poder Judicial y Democracia.

Durante los primeros años de vigencia de la Constitución de 1988, la prioridad de los investigadores del área consistió en analizar la respuesta del Tribunal al aluvión de nuevas demandas. Los estudios realizados en ese período mostraron que el STF ejerció su poder de veto sobre las actuaciones de los otros poderes en contadas ocasiones, contrariando las expectativas de los entendidos. Con el tiempo, el Congreso amplió los poderes del STF, creando herramientas para que la Corte Suprema pudiera imponer sus resoluciones a otras instancias del Poder Judicial, que así se volvió más asertiva, lo que desplazó la atención de los académicos hacia la conducta individual de sus ministros y sus cálculos estratégicos.

La socióloga Fabiana Luci de Oliveira, de la Universidad Federal de São Carlos (UFSCar), fue una de las primeras que transitó ese camino. En trabajos que publicó a partir de 2002, analizó los votos individuales en cientos de recursos de inconstitucionalidad y recabó evidencias de que las preferencias políticas y las trayectorias profesionales influían en los jueces supremos. “En algunos casos, mencionaban en sus propios dictámenes su preocupación por las repercusiones políticas de sus fallos para el Gobierno y la imagen del Tribunal”, dice De Oliveira.

Otro paso importante lo dio la Escuela de Derecho de la Fundación Getulio Vargas (FGV) de Río de Janeiro en 2010, cuando se lanzó el proyecto Supremo en Números, dirigido por el profesor de derecho constitucional Joaquim Falcão, jubilado actualmente. El grupo de estudios, del que forman parte Werneck, Hartmann y otros investigadores, fue el primero que desarrolló una amplia base de datos sobre las decisiones de la Corte Suprema. Los resultados se divulgaron en informes anuales que salieron publicados hasta 2020.

Las investigaciones de este tipo demandan meses de trabajo. La mayor parte de la información se encuentra en el sitio web del STF y puede extraerse utilizando herramientas de raspado de datos, programas informáticos que copian lo que está a disposición en forma automática. Los investigadores del Insper también tuvieron que crear un algoritmo para determinar el voto de cada magistrado en los casos recabados, porque los resúmenes que figuran en la página web del Tribunal solamente informan cuáles magistrados resultaron derrotados en las sentencias y no nombran a los que se alinearon para formar la mayoría. El mantenimiento de las bases de datos actualizadas exige la repetición de varios procedimientos.

Nelson Jr. / SCO / STFLa jueza Rosa Weber, quien se jubiló ese añoNelson Jr. / SCO / STF

El grupo coordinado por Rogério Arantes en la USP espera poder dar un nuevo impulso a los estudios en el área este semestre, cuando pondrá a disposición de los investigadores una base de datos con información de todos los casos disponibles en el sitio web del STF, incluyendo los nombres las partes, los avances de las causas y los resúmenes de las decisiones. En una segunda etapa, el grupo se propone incluir en la base de datos información sobre las sesiones plenarias virtuales de la Corte, en las cuales no hay interacción entre los jueces y en donde actualmente se toman la mayoría de las decisiones.

A pesar de las expectativas creadas por el avance de los estudios cuantitativos, muchos investigadores del área vislumbran límites que ni siquiera la base de datos más completa sería capaz de superar. “El Supremo es un tribunal muy complejo y peculiar, con frecuentes oscilaciones en sus posturas al respecto de cuestiones importantes”, dice Eloísa Machado de Almeida, coordinadora del grupo Supremo en Pauta en la Escuela de Derecho de la FGV en São Paulo. “Las estadísticas no captan ciertos matices que solamente podemos entender siguiendo las sesiones y leyendo las votaciones”.

Para Virgílio Afonso da Silva, profesor de derecho constitucional de la Facultad de Derecho de la USP, las investigaciones empíricas han contribuido a una comprensión más sofisticada del funcionamiento del STF. Dice que el exceso de información obliga a los estudiosos a tomar decisiones para separar los casos relevantes de los triviales entre la montaña de casos con los que lidia la Corte, pero esto también puede introducir sesgos indeseables en sus análisis.

El apartamiento de los casos que se decidieron sin unanimidad, como hicieron los investigadores del Insper, o concentrarse en los que atraen la atención de la prensa, como otros sugieren, son alternativas que pueden excluir casos importantes para entender a la Corte. “También hay decisiones unánimes fuera del radar de los medios que son importantes”, dice Da Silva. “Todavía estamos ante una encrucijada, en busca de criterios para interpretar los datos, y parece ser difícil sacar conclusiones muy taxativas.”

Entre 2011 y 2013, como parte de un proyecto de investigación sobre el proceso deliberativo del Tribunal, que contó con el apoyo de la FAPESP, Da Silva entrevistó a 17 magistrados de la Corte, entre ellos miembros actuales y retirados del STF. Entre los factores que influyen en sus decisiones, varios señalaron elementos que los estudios empíricos difícilmente captan, como su preocupación por las críticas procedentes del ámbito académico y el impacto económico de las resoluciones del Supremo Tribunal.

La aparición del plenario virtual como el lugar en el que se toman en su mayoría las decisiones generó otras complicaciones. En dicha plataforma, los ministros pueden depositar votos escritos o indicar si acompañan la opinión del relator del caso o la de otro colega. No hay debates, pero cualquiera de los jueces puede interrumpir la sesión con peticiones de revisión, para analizar mejor el caso, o pedidos de destaque, que devuelven la discusión al plenario presencial, lo que cambia bastante los cálculos que los magistrados suelen realizar a la hora de decidir.

Carlos Humberto / SCO / STFIndígenas siguen el juicio sobre la tesis del marco temporal, en 2023Carlos Humberto / SCO / STF

Lo más complicado ha sido identificar las motivaciones ocultas por detrás de los cálculos de los ministros. En Estados Unidos, donde se han desarrollado muchos estudios que influyen sobre los expertos en este campo, las investigaciones destacan las orientaciones políticas e ideológicas de los miembros de la Corte Suprema como factores determinantes para explicar sus decisiones y encuentran una estrecha asociación entre las preferencias de los jueces y los partidos políticos de los presidentes que los nombraron. Pero este resultado ha sido difícil de replicar en Brasil, debido a las diferencias entre los sistemas políticos de ambos países.

En un estudio publicado hace dos años en la revista Brazilian Political Science Review, Rogério Arantes y el politólogo Rodrigo Martins, de la USP, propusieron una tipología para analizar las trayectorias profesionales de los magistrados y comprobar si ellas tienen influencia en sus decisiones. Para poner a prueba esta hipótesis, cotejaron un centenar de decisiones tomadas durante el juicio a los involucrados en el escándalo conocido como mensalão [mensualidades ilegales pagadas a legisladores], en 2012, y arribaron a la conclusión de que las trayectorias profesionales de los ministros de la Corte fueron más determinantes que las filiaciones partidarias de los presidentes que los habían nombrado.

Según los investigadores, los jueces de carrera se mostraron más proclives a dictar condenas. Los ocho jueces nombrados por presidentes afiliados al Partido de los Trabajadores (PT) que participaron en el juicio se dividieron por la mitad entre los que aplicaron sentencias severas y los que fueron más tolerantes con los acusados. Tres de ellos se alinearon con el juez Joaquim Barbosa, quien fue el relator del proceso y votó por la condena de los imputados en el 88 % de sus decisiones. Los demás votaron a favor de la condena en menos de un 60 % de los casos, alineándose con Ricardo Lewandowski, revisor del caso, que solamente votó por la condena en un 36 % de sus pronunciamientos. Ambos habían sido nombrados por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

“Si el modelo desarrollado tiene sentido para analizar el comportamiento de los jueces, también puede ser útil para entender las decisiones que toman los presidentes cuando hay vacantes en la Corte”, dice Arantes. A diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, donde los nombramientos son claramente unipartidarios, en Brasil los presidentes dejan de lado las opciones abiertamente partidarias y tienen más en cuenta la trayectoria profesional de los candidatos a convertirse en magistrados de la Corte Suprema, buscando elementos que faciliten alcanzar un acuerdo mayoritario en el Senado y, quizá, influir en la orientación de Supremo Tribunal.

Fellipe Sampaio / SCO / STFEl juez Luiz Fux preside una sesión plenaria por videoconferencia en 2021Fellipe Sampaio / SCO / STF

En su tesis doctoral defendida en la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG) en 2024, Shandor Torok Moreira, fiscal del estado de Mato Grosso do Sul, propuso otro modelo para determinar el efecto de las preferencias políticas de los jueces del STF. En su investigación, seleccionó 465 casos juzgados entre 2010 y 2018 y dividió los dictámenes en dos grupos, clasificándolos como conservadores o progresistas. A continuación, chequeó cómo se habían posicionado los magistrados en cada situación y definió sus predilecciones ideológicas.

Para clasificar los fallos, el investigador analizó los temas discutidos en los pleitos y adoptó diferentes criterios. En los procesos penales, por ejemplo, las decisiones favorables a los reos fueron calificadas como progresistas y el resto como conservadoras. Las resoluciones a favor de grupos vulnerables, consumidores y sindicatos se consideraron progresistas. En los litigios tributarios, los votos a favor de empresas y contribuyentes se consideraron conservadores.

De conformidad con la tesis, muchos jueces tienden a alinearse con las posturas conservadoras, algunos en más de un 60 % de los casos, pero los resultados también sugieren que en su mayoría tienen un perfil moderado, oscilando entre posturas de distinta orientación ideológica según el tema en discusión. “La perspectiva de los magistrados es uno de los factores que influyen en sus decisiones, lo que ayuda a que su comportamiento sea más previsible”, dice Moreira.

Algunos estudiosos del tema alientan la expectativa de que los modelos estadísticos utilizados para interpretar las nuevas bases de datos puedan ayudar a predecir las decisiones del STF, contribuyendo a que los abogados y sus clientes puedan evaluar mejor los costos y los riesgos de elevar un caso a consideración de la Corte Suprema. Pero este apartado también reviste límites. “Existen algoritmos capaces de predecir los fallos con altos índices de acierto, pero ninguno puede anticipar el desenlace de los casos más complejos e importantes”, dice Hartmann, del Insper.

Carlos Humberto / SCO / STFSesión de 2012 que dio inicio al juicio por el caso del mensalãoCarlos Humberto / SCO / STF

En 2002, los politólogos estadounidenses Andrew Martin, de la Universidad de Washington, y Kevin Quinn, de Harvard, se asociaron con dos profesores de derecho, Theodore Ruger, de la Universidad de Pensilvania, y Pauline Kim, también de la Universidad de Washington, para intentar prever los fallos de todos los casos debatidos por la Corte Suprema de Estados Unidos durante un año. Los dos primeros se valieron de un modelo estadístico para sus previsiones y los otros dos recurrieron al conocimiento acumulado por un grupo de especialistas en la materia, que incluía abogados y docentes.

Los resultados del experimento fueron mixtos. Los politólogos acertaron el resultado de los dictámenes en el 75 % de los 68 casos analizados y los expertos en derecho tuvieron éxito en un 59 % de los casos. En cuanto a la previsión del voto individual de los jueces, ambos equipos quedaron empatados. El modelo estadístico acertó sus predicciones en un 67 % de los votos y los juristas en un 68 %. El experimento realizado en 2002 no ha vuelto a repetirse, pero otros investigadores han desarrollado desde entonces nuevos algoritmos, que registran tasas de acierto superiores. En Brasil, nadie ha intentado nada parecido hasta ahora.

Este artículo salió publicado con el título “En la cabeza de los jueces” en la edición impresa n° 350 de abril de 2025.

Proyecto
La práctica deliberativa en el Supremo Tribunal Federal de Brasil (nº 11/01066-0); Modalidad Ayuda de Investigación – Regular; Investigador responsable y becario Luís Virgílio Afonso da Silva (USP); Inversión R$ 20.414,79.

Artículos científicos
ARANTES, R. B. y MARTINS, R. Does the before influence the after? Career paths, nominations, and votes of the STF Justices. Brazilian Political Science Review. v. 16, n. 3. 2022.
ARGUELHES, D. W. et al. “They don’t let us speak”: Gender, collegiality, and interruptions in deliberations in the Brazilian Supreme Court. Journal of Empirical Legal Studies. v. 21, n. 1. 2024.
DA ROS, L. et al. Do presente ao futuro: Novas agendas de pesquisa sobre o Supremo Tribunal Federal. Política & Sociedade. v. 21, n. 52. 2022.
OLIVEIRA, F. L. de. Quando a Corte se divide: Coalizões majoritárias mínimas no Supremo Tribunal Federal. Direito e Práxis. v. 8, n. 3. 2017.
ROSEVEAR, E. et al Dissenting votes on the Brazilian Supreme Court. Journal of Law and Empirical Analysis. v. 1, n. 2. 2024.
SILVA, V. A. da. Pauta, público, princípios e precedentes: Condicionantes e consequências da prática deliberativa do STF. Suprema. v. 1, n. 1. 2021.

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