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Ciencia

Extracción alternativa

Una investigación realizada en el Valle do Ribeira sugiere nuevas formas de aprovechamiento de las plantas medicinales del Bosque Atlántico

EDUARDO CESAR Congorosa: menor riesgo de extinción con la explotación de tres especies con acción similarEDUARDO CESAR

Investigadores de los estados de São Paulo y Santa Catarina han descubierto nuevas formas de explotación de plantas medicinales. De esta manera han contribuido a evitar la desaparición de algunas especies, como resultado de un amplio estudio llevado a cabo durante cuatro años en el Bosque Atlántico del Valle do Ribeira, situado en el sudeste paulista.

Basándose tanto en entrevistas con lugareños como en análisis químicos y pruebas hechas en animales de laboratorio, los investigadores han demostrado que tres plantas pueden usarse en el lugar de la congorosa (Maytenus ilicifolia) – objeto de una extracción predatoria iniciada hace 20 años, cuando la Central de Medicamentos (Ceme), órgano actualmente inexistente dependiente del Ministerio de Salud a la época, verificó la eficacia de dicha especie contra la úlcera, la gastritis, la indigestión y la artritis, como parte de un programa de investigaciones con plantas medicinales brasileñas. Los científicos de las universidades Estadual Paulista (Unesp) y Federal de Santa Catarina (UFSC) mostraron también que una enredadera conocida en Brasil como ‘taiuiá’ (Wilbrandia ebracteata) puede emplearse para tratar úlceras y problemas digestivos, tal como era sabido por habitantes de la región.

La ‘taiuiá’ es de la misma familia que el chayote (Sechium edule) – tiene un follaje parecido, hojas palmeadas y pequeñas garras, extensiones que parecen resortes y permiten que la planta se sujete sobre otras. Con todo, a diferencia de lo que pensaban los habitantes del Valle do Ribeira, para su explotación la mejor parte de la planta no es la raíz – en realidad un tipo de tallo diferenciado llamado rizoma -, que tiene efectos tóxicos, sino la hoja, que tiene la misma acción farmacológica pero sin toxicidad, tal como han mostrado las pruebas de laboratorio. “La venta del rizoma elimina la planta, mientras que la de la hoja no”, afirma Luiz Claudio Di Stasi, del Instituto de Biociencias de la Unesp de Botucatú. “Sugerimos nuevas formas de explotación económica y colaboramos para la conservación de esa especie”.

Recolectores y curanderas
Junto a Maurício Sedrez dos Reis, del Centro de Ciencias Agrarias de la UFSC, Di Stasi coordinó un equipo de diez biólogos y ocho agrónomos que, entre 1996 y 2000, entrevistaron a 200 moradores de tres ciudades del Valle do Ribeira (Eldorado, Sete Barras y Jacupiranga) que de alguna manera se relacionaban con las plantas medicinales – eran usuarios, recolectores o curanderas, que vivían hacía diez años en la región. Como resultado de ello, los investigadores publicaron en la edición de marzo-abril de la revista Phytomedicine las evidencias inherentes a la seguridad de utilizar extractos de las hojas y los riesgos de usar los de las raíces de ‘taiuiá’.

También en marzo, en la revistaFitoterapia , presentaron un estudio preliminar sobre 290 remedios elaborados con 114 especies de plantas e indicados para 628 usos medicinales. En el libro Plantas Medicinais na Amazônia e na Mata Atlântica, que saldrá publicado este mes por la Editorial de la Unesp, Di Stasi y Clélia Hiruma-Lima, también de Botucatú, comparan la diversidad de las plantas de ambos ecosistemas y muestran las semejanzas entre los usos populares.

Mientras tanto, la comprobación de que tres plantas ya estudiadas – Maytenus aquifolium, Sorocea bomplandii y Zolernia ilicifolia – pueden sustituir a la congorosa verdadera, debido a que poseen una acción farmacológica similar, fue publicada en la edición de noviembre-diciembre de 2001 del Journal of Ethnopharmacology. Estas especies, denominadas adulterantes de la congorosa, pese a que popularmente tienen el mismo nombre que la planta con la cual se confunden, también son árboles con hojas puntiagudas y bordes aserrados. Solamente en la época de la floración, una vez por año, es posible diferenciar a una especie de otra. Los análisis químicos y las pruebas con ratones sugieren que la acción contra lesiones gástricas de los adulterantes de la congorosa son ocasionados por la existencia de las sustancias más comunes en esas especies, como los flavanoides, probablemente debido a que aumentan los factores de protección del organismo o la actividad antioxidante.

“Probamos una estrategia de acción sobre el ecosistema del Bosque Atlántico para estudiar productos de la selva potencialmente útiles como medicamentos, y también por un interés por mejorar la calidad de vida de la población del Valle do Ribeira y conservar el ambiente”, dice Di Stasi, que trabaja en la región desde 1986. Los investigadores desarrollaron un abordaje abarcador, que comenzó con las entrevistas con los habitantes locales, pasó por las pruebas farmacológicas, toxicológicas y de control de calidad y se extendió al impacto de la explotación de esos recursos en el Bosque Atlántico, con indicaciones de estrategias de manejo sostenible y de explotación racional de los recursos naturales.

Un ají contra las úlceras
Tras catalogar el conocimiento de los habitantes del Valle do Ribeira, con base en las indicaciones de plantas de uso popular y valor comercial, los investigadores seleccionaron diez especies con actividad contra las úlceras más elevada que las dosis equivalentes de cimetidina, omeprazol y carbenoxolona -los fármacos más utilizados en el tratamiento de lesiones del aparato digestivo. En su posdoctorado, realizado con financiamiento del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq) en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada, España, Di Stasi se aboca a la caracterización farmacológica de sustancias naturales como los flavanoides y la paepalantina sobre el tracto digestivo, en colaboración con Wagner Vilegas, del Instituto de Química de la Unesp de Araraquara, que analiza las plantas desde el punto de vista químico.

Entre las especies estudiadas despunta un grupo de ajíes de la familia de las piperáceas, que al margen de la acción farmacológica con una pronunciada actividad analgésica probada en laboratorio, representa una alternativa de explotación del Bosque Atlántico, debido a que éstos contienen aceites esenciales útiles para las industrias de cosméticos y de alimentos. Los estudios están más adelantados con la ‘pariparoba’ (Piper cernuum), de la cual ya se conoce su composición química básica, su acción farmacológica y su ciclo biológico (cómo crece y cómo se reproduce), incluida la mejor época de recolección – una información esencial para el manejo sostenido de la especie en el bosque.

“El uso múltiple de los recursos forestales”, comenta Di Stasi, “permite la reducción de la explotación de determinadas especies, como la palmera asaí y la congorosa, y reduce los riesgos de extinción y de desequilibrio ambiental, al tiempo que asegura la explotación sostenida de los recursos forestales por parte de los habitantes de la zona”. Los investigadores elaboraron el dictamen de estandarización de los extractos de las plantas para las municipalidades y las organizaciones locales, tales como la Asociación de Extractores y Productores de Plantas Medicinales del Valle do Ribeira (Aepam), con la caracterización química y física de cada especie y las pruebas en animales de laboratorio, que indican las actividades benéficas y los límites de toxicidad. Di Stasi subraya: “Siempre procuramos hacer que los resultados de nuestro trabajo sean útiles en el ámbito local”.

El Proyecto
Estudio Etnofarmacológico en el Bosque Tropical Atlántico (São Paulo) y Admisión Farmacoquímica de Especies Nativas con Actividad Analgésica y Antiulcerogénica
Modalidad
Programa de Apoyo a Jóvenes Investigadores
Coordinador
Luiz Claudio Di Stasi – Unesp
Inversión
R$ 67.048,93

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