Los Institutos Nacionales de Salud (NIH), que conforman la principal organización de fomento de la investigación médica de Estados Unidos, analizarán si científicos afro-americanos son objeto de discriminación en el proceso de evaluación de proyectos. Datos preliminares indican que los postulantes negros tienen un 35% menos posibilidades de que sus solicitudes de recursos sean aprobadas que los candidatos blancos. Dirigentes de los NIH sospechan que los revisores tienden a dar puntuaciones más bajas que las que deberían otorgar a proyectos remitidos por afro-americanos. Esta hipótesis ya había sido planteada en un estudio publicado por la economista Donna Ginther, de la Universidad de Kansas, en 2011. En ese trabajo, se sostiene que las solicitudes de los investigadores negros son más proclives a recibir negativas cuando se trata de propuestas tipo R01, la línea de financiación más antigua de los NIH. Según el estudio, esto desestimularía a los científicos negros a enviar una segunda propuesta. Más allá de este problema, la participación de negros en el proceso selectivo es de por sí muy baja: sólo el 1,5% de las propuestas R01 proviene de científicos afro-americanos. “Debemos achicar esa grieta”, declaró a la revista Science Hannah Valentine, jefa de la oficina de diversidad en la ciencia de los NIH. En 2014, éstos lanzaron iniciativas tendientes a ampliar la diversidad entre sus postulantes. En esa oportunidad, concedieron 25 millones de dólares durante los cinco años subsiguientes destinados a instituciones de investigación que se comprometieran a recibir a una cantidad significativa de investigadores pertenecientes a minorías.
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