Internet siempre fui caracterizada como uno de los principales aliados de los avances científicos y tecnológicos, debido a que permite el intercambio de informaciones de manera rápida y barata, y difunde los últimos avances investigados. Pero ese apoyo incondicional a la web está empezando a ser puesto en cuestión. En el mes de junio se realizó en la ciudad de Stillwater, Minnesota (EE.UU.), el Seven Pines Symposium, un encuentro entre investigadores que debaten los grandes temas de la ciencia, patrocinado por Lee Gohlike, empresario de Minnesota amante de la filosofía y la física. Uno de los temas más discutidos este año fue la cuestión referente a que Internet trajo junto con las oportunidades, una serie de problemas, según informa el diario The New York Times. Por ejemplo, en vez de servir de acicate para que los investigadores discutan cuestiones más complejas, la web los lleva a presentar conclusiones apresuradas, sin una mayor reflexión. La rapidez lleva a que éstos no escruten caminos que podrían ser promisorios para la ciencia. Frecuentemente tienden a trabajar con la mira en las grandes tendencias de la industria. En otras palabras, se convierten en seguidores de modas científicas. Un participante en el simposio, el físico Jeffrey Harvey, de la Universidad de Chicago, afirma que el sistema de conteo de algunos sitios, que muestra el número de veces en que un paper es mencionado, crea una presión sobre los investigadores que los insta a desistir de ir contra la corriente. “Las ideas de moda alguna veces tienen mucho mayor influencia sobre la ciencia moderna de la que tenían antes que la comunicación se tornase tan fácil”, dice el físico Roger Penrose, de la Universidad de Oxford.
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