“Doña Flor: esta señora va saliendo. Las dos últimas escenas de la cuarta parte salieron pronto; la primera fácilmente, en un día, la segunda me costó cuatro días: ahí se produjo la aparición de Vadinho. Ahora he empezado la quinta parte, y estoy trabajando en la primera escena, ya tengo redactado el borrador, lo que resta es reescribirla. Pero ahora me estoy debatiendo con los problemas de esta quinta parte que es difícil”. Así describía el escritor bahiano Jorge Amado (1912-2001), en una carta de 1962 dirigida a su esposa, la escritora Zélia Gattai (1916-2008), la elaboración de una de las escenas principales de la novela Dona Flor e seus dois maridos [Doña Flor y sus dos maridos] (1966). “Cualquiera que se aboque a la prolífica obra de Amado podría pensar que fue un escritor intuitivo, descuidado en su proceso creativo”, asevera Marcos Antonio de Moraes, profesor de literatura brasileña en la Universidad de São Paulo (USP). “Empero, su correspondencia revela lo contrario: era disciplinado, le gustaba madurar sus historias, se angustiaba con el texto en proceso”.
De Moraes es uno de los 56 investigadores que redactaron las entradas del recientemente publicado Dicionário crítico Jorge Amado [Diccionario crítico de Jorge Amado] (editorial Edusp), coordinado por los historiadores Marcos Silva (1950-2024), quien fue docente de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias Humanas (FFLCH) de la USP, y Nelson Tomelin Jr., de la Universidad Federal de Amazonas (Ufam). El libro, elaborado durante un lapso de 10 años, reúne textos producidos por investigadores de diversos campos del conocimiento, como los estudios literarios y la antropología, que discuten la obra de Amado. Es el caso de las 23 novelas escritas por el autor bahiano desde la década de 1930, entre ellas Jubiabá (1935) y Gabriela, cravo e canela [Gabriela, clavo y canela] (1958). El diccionario también incluye artículos sobre elementos que ayudan a contar la trayectoria del escritor, como el discurso que pronunció al tomar posesión de su cargo en la Academia Brasileña de Letras, en 1961.
Según Tomelin Jr., uno de los objetivos de dicha publicación, que contó con el apoyo de la Fundación de Apoyo a la Investigación Científica del Estado de Amazonas (Fapeam), es contribuir para ampliar y renovar la lectura de la producción literaria de Amado y de su contexto de época. “Tiene innumerables lectores en Brasil y en todo el mundo, sobre todo por la fuerza de su escritura, por su alcance temático y por la capacidad de diálogo de sus libros con la época histórica de su creación, pero no siempre tuvo una acogida respetuosa por parte de la crítica y de sus pares connacionales”, comenta el investigador. Uno de los motivos, sospecha Eduardo de Assis Duarte, profesor jubilado de la Facultad de Letras de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG), residiría precisamente en su gran popularidad entre los lectores. “Algunos académicos lo consideran un autor ‘fácil’, de folletín, pero ya en la década de 1930 él puso sobre el tapete temas cruciales de Brasil, como las infancias en situación de calle en Capitães da areia [Capitanes de la arena; 1937]”.
Según la periodista e historiadora Joselia Aguiar, autora de Jorge Amado: Uma biografia [Jorge Amado: Una biografía] (editorial Todavía, 2018), la fortuna crítica del escritor arranca allá por los años 1930. “En las primeras décadas gozó de una recepción muy positiva y recibió críticas favorables, entre otras, de figuras como Oswald de Andrade [1890-1954] y Antonio Candido [1918-2017]”, comenta Aguiar, quien también defendió su tesis doctoral sobre el autor bahiano en el Departamento de Historia de la USP, en 2019. “Sin embargo, a partir de la década de 1970, Amado empezó a ser duramente rechazado por un enfoque crítico centrado más que nada en las cuestiones de género, como fue el caso de un artículo de Walnice Nogueira Galvão, de la USP, con un análisis negativo de la obra Tereza Batista cansada de guerra [1972], que tuvo repercusiones en el ambiente académico durante mucho tiempo.”

De izquierda a derecha, Zélia Gattai, los filósofos Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir y Amado con Mãe Senhora (sentada) en la década de 1960, en Salvador [Bahía]
Otra de las reservas al autor por críticos como Alfredo Bosi (1936-2021), de la USP, es el tono excesivamente panfletario de algunas de sus obras escritas entre las décadas de 1930 y 1950. Tras afiliarse al Partido Comunista de Brasil (PCB) en 1931, Amado comenzó a hacer propaganda ideológica a través de libros y panfletos encargados por el PCB, algunos de los cuales nunca fueron reeditados. Es el caso de Homens e coisas do Partido Comunista [Hombres y cosas del Partido Comunista] (1946), que forma parte de una colección publicada por la editorial Horizonte, propiedad del partido. A lo largo de sus 61 páginas, el título narra la historia de militantes comunistas considerados héroes de la lucha contra el fascismo en Brasil, durante el Estado Novo (1937-1945).
“Esta vertiente más ideológica de Amado ha sido muy censurada por la crítica literaria, no por su adhesión al comunismo, sino porque él se convirtió en una especie de agente de propaganda activo del Partido Comunista y de la difusión del socialismo internacional a través del realismo socialista”, comenta el historiador Lincoln Secco, de la FFLCH-USP, quien firma la entrada al respecto de Homens e coisas do Partido Comunista. No obstante, aunque las obras de propaganda partidaria le costaron la animadversión de la crítica especializada, también le granjearon fama internacional. La novela biográfica intitulada O cavaleiro da esperança [El caballero de la esperanza] (1942), por ejemplo, encargada por el PCB a Amado para homenajear la trayectoria del líder político Luís Carlos Prestes (1898-1990), fue traducida a 21 idiomas, entre ellos el alemán, el francés y el japonés. “El movimiento comunista invertía gran cantidad de dinero en publicaciones propagandísticas de sus causas”, dice el investigador.
En su tesis doctoral defendida el año pasado en la FFLCH-USP, con el apoyo de la FAPESP, el historiador Geferson Santana indagó en el protagonismo de Amado y otros dos intelectuales bahianos, Edison Carneiro (1912-1972) y Aydano do Couto Ferraz (1914-1985), en los debates sobre raza y clase durante la primera mitad del siglo XX. “En la década de 1920, el PCB negaba la existencia del racismo en el país y llegó a corroborar la idea del blanqueamiento de la población brasileña”, comenta el investigador. “Estos tres intelectuales, que ingresaron al PCB en la década de 1930, figuran entre los responsables principales de promover la agenda racial en el partido. Querían combatir el racismo y la intolerancia religiosa, como así también ampliar la representación de los comunistas entre los trabajadores negros.”

ReproduccionesLas portadas de Jubiabá y de la edición estadounidense de Gabriela, clavo y canelaReproducciones
Su etapa literaria signada en gran medida por la política se extendió hasta la década de 1950. La trilogía Os subterrâneos da liberdade [Los subterráneos de la libertad] (1954), escrita durante el exilio en Europa, se considera la última obra ideológica del autor. Los tres tomos, titulados Os ásperos tempos [Los tiempos ásperos], Agonia da noite [Agonía de la noche] y A luz no túnel [Luz en el túnel], retratan la vida política brasileña en vísperas del golpe de Estado encabezado por Getúlio Vargas en 1937. Para Antonio Dimas, docente de literatura brasileña de la FFLCH-USP, Os subterrâneos da liberdade sería una especie de certificado del deber cumplido dirigido al Partido Comunista, del que Amado se alejaría poco después, en 1956. “Es como si hubiera dicho: ‘Con esta trilogía, mi deuda está definitivamente saldada’.”
Algunos estudiosos de la obra de Amado suelen definir a Gabriela, cravo e canela, publicado originalmente en 1958, como un parteaguas en la carrera del escritor. Este es el caso de Dimas. Para el investigador, ése fue efectivamente el momento en el que Amado dejó de ser un propagandista para convertirse en un novelista. “Es un Jorge Amado diferente, con más humor e ironía. Luego de esta obra, crearía grandes heroínas, como Tieta y Doña Flor”, dice. “Pero resulta interesante notar que ya en el libro O país do Carnaval [El país del Carnaval] [1931], que escribió cuando tenía 18 años, las mujeres son más activas y resistentes que los varones, incluso estando en un segundo plano.”
En cambio, Duarte, de la UFMG, no observa rupturas significativas en la trayectoria literaria del escritor. Es lo que trata de argumentar en su recientemente publicado Narrador do Brasil: Jorge Amado, leitor de seu tempo e de seu país [Narrador de Brasil: Jorge Amado, intérprete de su tiempo y de su país] (Fino Traço Editora, 2024). En su análisis, el investigador sostiene que durante toda su trayectoria literaria Amado se ocupó de las cuestiones de género, clase y raza. “Siempre retrató mujeres libres, dueñas de su propia vida”, dice. “E incluso tuvo el valor de elegir a dos prostitutas como protagonistas de sus narraciones en Tieta do agreste [Tieta de Agreste] [1977] y Tereza Batista cansada de guerra.”
Gracias a títulos como Gabriela, cravo e canela, Amado fue incluido en 1996 en el libro Guinness de los récords como el autor más traducido del mundo. La obra del escritor bahiano ha sido traducida a 49 idiomas. Sus libros llegaron a Estados Unidos a partir de la década de 1940, principalmente gracias a la llamada Política de Buena Vecindad del presidente Franklin D. Roosevelt (1892-1945) tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). En aquel momento, el Departamento de Estado de Estados Unidos comenzó a patrocinar localmente la edición de autores extranjeros, entre otras disposiciones.

Archivo Nacional / Correio da Manhã / Wikimedia Commons | Revista Brasileira – Academia Brasileña de Letras / Wikimedia CommonsDos fotografías de Amado (de pie en ambas) en los años 1960: en un encuentro que contó con la presencia del presidente João Goulart (a la izq. de la lámpara) y en la Academia Brasileña de LetrasArchivo Nacional / Correio da Manhã / Wikimedia Commons | Revista Brasileira – Academia Brasileña de Letras / Wikimedia Commons
En el caso de Amado, su debut fue con el libro Terras do sem-fim [Tierras del sin fin], publicado en Brasil en 1943 y editado dos años más tarde en inglés (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 317). La publicación corrió por cuenta de los editores estadounidenses Alfred Knopf (1892-1984) y su esposa, Blanche Knopf (1894-1966). “En virtud de la Política de Buenos Vecindad, el interés inicial del matrimonio Knopf era editar autores que narraran la historia de Brasil en sus novelas, como también fue el caso de Érico Verissimo [1905-1975]”, comenta la traductora Marly Tooge, quien el año pasado publicó un artículo acerca de este episodio.
Con Gabriela, cravo e canela, publicado en Estados Unidos en 1962, el escritor bahiano figuró en la lista de los best sellers del periódico The New York Times durante un año. “Al parecer, el hecho de que Jorge Amado haya roto con la ideología marxista en la década de 1950 contribuyó a su inserción en el mercado estadounidense. Pero la traducción también colaboró en ese sentido”, continúa Tooge, cuya tesina de maestría, defendida en 2009 en la FFLCH-USP, se convirtió en el libro Traduzindo o BraZil: O país mestiço de Jorge Amado [Traducir BraZil. El país mestizo de Jorge Amado] (Humanitas, 2012), publicado con el apoyo de la FAPESP. La investigadora se refiere a los traductores James Taylor y William Grossman, quienes en la versión en inglés suavizaron las referencias a temáticas sociales y se centraron en la sensualidad de la trama. “Esta suavización del sentido también se produjo en otros títulos de Amado publicados en Estados Unidos, como Doña Flor y sus dos maridos. Asimismo, la publicidad apuntaló el costado ‘exótico’ de sus historias. En cambio, en Europa, sus libros más exitosos fueron los de la etapa ideológica”, dice.
Más allá de escribir libros, Amado fue un gran epistológrafo. Según Aguiar, la colección de correspondencias reunidas por el autor y por Gattai, que en la actualidad se conservan en la fundación Casa de Jorge Amado en Salvador de Bahía, reúne alrededor de 70.000 cartas. En su tesis doctoral, la investigadora ahondó en la correspondencia intercambiada por el autor entre las décadas de 1950 y 1980 con escritores hispanohablantes como el cubano Nicolás Guillén (1890-1954) y el chileno Pablo Neruda (1904-1973). “En estas misivas, Amado fue construyendo simultáneamente una red de afecto y de fortalecimiento cultural y político, sosteniendo que en el caso de Latinoamérica, la literatura se erigía como una forma de resistencia al imperialismo”, sostiene Aguiar. “Entendió que en esa escritura era menester encontrar una expresión nacional”.
Este artículo salió publicado con el título “Expresión nacional” en la edición impresa n° 350 de abril de 2025.
Proyecto
Los debates sobre raza y clase a cargo de los intelectuales comunistas: impresos y redes de sociabilidad en Brasil (1937-1957) (nº 19/09513-7); Modalidad Beca doctoral; Investigadora responsable Marisa Midore Deaecto (USP); Becario Geferson Santana de Jesus; Inversión R$ 144.934,33.
Artículo científico
TOOGE, M. D. B. Entre guerras e traduções: Literatura brasileira em inglês, a USIA e Alfred A. Knopf. Interdisciplinar – Revista de Estudos em Língua e Literatura. v. 40, n. 1, p. 61–74. 2024.
Libros
DUARTE, E. de A. Narrador do Brasil: Jorge Amado, leitor de seu tempo e seu país. Belo Horizonte: Fino Traço, 2024.
SILVA, M. y TOMELIN JUNIOR, N. (comp.). Dicionário crítico Jorge Amado. São Paulo: Edusp, 2024.
