Un sofisticado aparato instalado en el Centro Espacial de Cachoeira Paulista del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe, sigla en portugués), en el interior de São Paulo, permitirá profundizar los estudios a respecto del clima espacial sobre el territorio brasileño, es particular de las llamadas “burbujas de plasma”. Ese fenómeno, descubierto por investigadores del instituto en 1978 y aún poco conocido, causa interferencias en señales de satélites y en la navegación de aeronaves que emplean el sistema GPS (Global Positioning System). Bautizado como interferómetro, el instrumento de la marca Fabry-Perot fue importado desde Inglaterra y financiado por la FAPESP por 220 mil dólares. Dotado de un detector supersensible a la luz roja, con longitud de onda de 630 nanómetros (el nanómetro es la millonésima parte de un milímetro), el mismo efectuará mediciones de la velocidad del viento y la temperatura de regiones de alta atmósfera, parámetros indispensables para el estudio del clima espacial. Los datos serán recolectados en noches de cielo despejado, en una franja de la termosfera que abarca la ionosfera, región de la atmósfera en donde se forman las burbujas de plasma. El interferómetro también permitirá estudiar, por primera vez en el país, las ondas de gravedad que se originan en la Antártida, en la existencia de tempestades magnéticas, y que se desplazan a la región tropical del planeta.
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