PETROBRAS / ABRLa Academia Brasileña de Ciencias (ABC) y la Sociedad Brasileña para el Progreso de la Ciencia (SBPC) preparan una ofensiva conjunta con diputados federales y senadores, para revertir las pérdidas en el presupuesto federal para ciencia y tecnología impuestas por la legislación que determinó el marco regulatorio para la explotación del petróleo en la capa presal. La ley 12.351, sancionada con vetos por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, en diciembre de 2010, recortaría este mismo año alrededor de 900 millones de reales del presupuesto, según cálculos del Ministerio de Ciencia y Tecnología (MCT). La sangría se evitó gracias a un decreto presidencial, el 7.403, que creó reglas de transición, aplazando la aplicación de un nuevo modelo para 2012, y enviando al Congreso un proyecto de ley para debatir nuevamente el reparto, que se encuentra en trámite.
Actualmente, el 12,5% de los royalties por la explotación de petróleo se destinan a las arcas del MCT. Mediante la modificación propuesta, un porcentaje del 20% de esos royalties aportaría al denominado Fondo Social y sería distribuido entre los presupuestos de ciencia y tecnología, salud, educación, deportes y medio ambiente. Aunque ese reparto deba discutirse en el Congreso, resulta improbable que el MCT conserve su anterior asignación. “La amenaza es real y necesitamos actuar”, dice Jacob Palis, presidente de la ABC e investigador en el Instituto Nacional de Matemática Pura y Aplicada (Impa). “Nos reuniremos con los líderes del Congreso para participar en el debate. Existe un acercamiento natural con los legisladores de São Paulo, Río de Janeiro y Espírito Santo, que resultaron los estados más perjudicados con los cambios en las reglas de distribución, pero queremos conversar con todos, en nombre de los intereses del país”, sostiene.
Así como ahora la comunidad científica discute maneras de evitar la pérdida de presupuesto, cuando se descubrió petróleo en la capa presal, se creía que los recursos podrían ampliar el presupuesto federal para ciencia y tecnología. “Esa riqueza podría sacar a Brasil del estado en el que se encuentra, invirtiendo en calidad educativa, en ciencia, en tecnología e innovación”, dice la presidente de la SBPC, Helena Nader. “Estamos eligiendo el camino equivocado, que es el de atomizar los recursos en los municipios. Por supuesto, cada alcalde cuenta con algún proyecto que considera importante, pero son proyectos de corto plazo. Si los destinamos a la educación, la ciencia y la tecnología, estaremos apostando a la actualidad y al futuro”, afirma Helena, quien se desempeña como profesora en la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp) y es miembro de la coordinación del área de biología de la FAPESP. La presidente de la SBPC cita los ejemplos de países tales como Corea del Sur y China, que decidieron invertir fuertemente en educación e innovación, y protagonizaron saltos cualitativos. “Necesitaremos más dinero y ni siquiera era necesario que fuese en forma definitiva. Podrían determinar que la ciencia se quede con el dinero proveniente del presal durante 20 años, para poder modificar nuestra plataforma durante ese lapso”.
Hecatombe
Las entidades científicas trabajan con tres posibles escenarios. El más preocupante es la amenaza de los parlamentarios, tanto los que forman parte del oficialismo como los de la oposición, de cancelar los vetos impuestos por el presidente Lula, que harían reducir todavía más el presupuesto de la Nación, en beneficio de los estados y municipios. “Sería un completo desastre”, expresa el diputado Newton Lima Neto (PT-SP), ex rector de la Universidad Federal de São Carlos, quien es miembro de la Comisión de Ciencia, Tecnología y Comunicaciones del Parlamento. “El anhelo por incrementar a un 2% del PBI los gastos en ciencia y tecnología, quedaría muy alejado de la realidad”, afirma. Un segundo escenario prevé la votación de una nueva legislación capaz de mitigar las pérdidas. El proyecto 8.051/ 2010, una iniciativa del Poder Ejecutivo, se estudia en la Comisión de Minas y Energía de la Cámara de Diputados, y fue anexado a otro proyecto, el 1.618, presentado en 2003, que también regula la distribución de los royalties. Según el informante del proyecto, el diputado federal Fernando Jordão (PMDB-RJ), es posible perfeccionar el texto del Poder Ejecutivo evitando pérdidas significativas. “Debemos ser cautos, ya que las investigaciones en el país necesitan avanzar cada vez más, para que nuevos campos, nuevas tecnologías, nuevas riquezas sean descubiertas, tal como lo fue el presal. Me agradaría que mi informe garantizara los recursos para investigación y educación”, dice el legislador. Una posibilidad, añade, consiste en mantener el régimen de reparto actual para los antiguos contratos de explotación, preservando los recursos del MCT y de la Marina, y modificar el reglamento solamente para los nuevos contratos. Un tercer escenario, con carácter paliativo, consistiría en la prórroga del decreto presidencial, postergando las pérdidas para 2013, en el caso que el Congreso no vote el tema durante este año.
El ministro Aloizio Mercadante, del MCT, defiende una articulación de la comunidad científica para evitar la pérdida de presupuesto. “Durante los próximos nueve años, perderíamos 12.200 millones de los 16.900 millones de reales que recibíamos. Si eso sucediera, constituiría un tremendo error histórico”, afirmó Mercadante, citando un artículo del economista Celso Furtado de mediados de los años 1970, en el que alertaba por el riesgo de que Venezuela, con sus grandes reservas petroleras, dificultara su desarrollo, importando productos en lugar de estimular su industria, lo cual efectivamente sucedió. “Si los recursos del presal son consumidos en gastos públicos, no dejaremos nada para las generaciones futuras”, dijo el ministro.
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