MATERNIDAD - ELISEU VISCONTI, 1906Olvídese del instinto maternal, los dictados de madres, tías y abuelas. En la década de 1920, ser una madre de clase media exigía principalmente estar atenta y bien informada al respecto de las directrices sobre cómo cuidar a un hijo impresas en las páginas de las revistas femeninas, basadas en la defensa y difusión de un discurso maternalista. Mediante artículos y publicidades dirigidos a las mujeres, los profesionales médicos reconocían la presencia de un instinto maternal inherente a la naturaleza femenina, pero lo consideraban insuficiente para la saludable crianza de los hijos. Los denominados médicos higienistas se tornaron, desde luego, casi omnipresentes, avalados por los presupuestos de la higiene y su concepción de la salud como responsabilidad individual y blanco del propio proceso educativo. Esos profesionales se hallaban informados con conocimientos sobre la eugenesia y sumergidos en la atmósfera nacionalista que percibía la viabilidad brasileña a través de sus niños. Por lo tanto, se presentaban como autoridades en la promoción y mantenimiento de la salud de los niños.
Para eso se dedicaron, tanto en consultorios y hospitales como en las páginas de revistas y libros, a una sistemática campaña en favor del ejercicio de una maternidad con base científica, orientada según los preceptos médicos de puericultura (especialidad de la pediatría dedicada al seguimiento y desarrollo de los niños). Al basarse en la supremacía de la ciencia y de la razón sobre la emoción y ganando su legitimidad en ese plano, los médicos ofrecían un amplio y diversificado bagaje de enseñanzas técnicas para guiar la conducta de las mujeres en la crianza de sus hijos, sustituyendo los antiguos dogmas religiosos o pálpitos de curiosas, vecinas o abuelas, considerados perniciosos y arcaicos. Había que hacer uso de ella y construir la ciencia: ése sería el nuevo rol social de la madre moderna, explica la médica Maria Martha de Luna Freire, graduada en la Universidad del Estado de Río de Janeiro (Ueri), doctora en historia de las ciencias y de la salud en la Casa de Oswaldo Cruz / Fiocruz y profesora del Instituto de la Salud de la Comunidad de la Universidad Federal Fluminense (UFF).
Maria Martha es autora de la tesis Mujeres, madres y médicos: el discurso maternalista en las revistas femeninas (Río de Janeiro y São Paulo, década de 1920), que acaba de ser editada como libro con el título Mulheres, mães e médicos Discurso maternalista no Brasil (264 páginas, 35 reales), por Editora FGV. En su estudio, ella se explaya sobre dos importantes publicaciones de la década de 1920: Vida Doméstica (1920-1963) y Revista Feminina (1914-1936). Los artículos firmados por médicos, explica, habitualmente recibían títulos que reforzaban esa identidad, tales como Discurso médico, Consejo médico, Puericultura, Medicina doméstica o Medicina del hogar, y versaban al respecto de todo el amplio universo infantil: desde la ropa al sueño, desde la dentición a la alimentación. Prácticas corrientes como son el baño o los juegos infantiles adquirían la dimensión de rituales higiénicos, ocupando muchas páginas en las revistas con explicaciones pormenorizadas sobre los procedimientos, dice. En ese contexto, eran presentados los nuevos objetos de la salud y se estimulaba su utilización como prerrogativa de la madre moderna, tales como el termómetro doméstico y la balanza.
REPRODUCCIÓN LIBRO "CARICATURISTAS BRASILEIROS, PEDRO CORRÊA DO LAGO"La psiquis del niño pasó de ese modo a merecer cuidados especiales, por ejemplo, con sugerencias de estrategias para controlar el miedo y la obstinación, así como el estímulo de las lecturas sanas. Por ese entonces, las costumbres asociadas con la herencia colonial, como era la de mecer a los niños, eran fuertemente condenadas con base en preceptos científicos. Según la investigadora, la alimentación infantil fue el campo más estudiado por las materias de las revistas consultadas, principalmente en lo referente a la defensa del amamantamiento aliado con la prescripción de sustitutos de la leche materna. Al transformar la alimentación en nutrición, y la cocina en laboratorio, esas materias elevaban las mujeres al rango de nutricionistas de la familia, valorando, por un lado, la función maternal, y por otro, facilitando el acceso a la profesionalización femenina en el campo de la nutrición.
Como madre de cuatro hijos, Maria Martha cuenta que vivenció los dolores y alegrías del gestar, parir y cuidar a sus niños. Como médica, dedicó muchos años de su actividad profesional a la puericultura. Transité, por lo tanto, la doble dimensión de agente y receptora de las prácticas de la puericultura. En ese medio tiempo, ella acumuló reflexiones y cuestionamientos en cuanto a los orígenes, aspectos ideológicos y límites de la puericultura como campo de la práctica médica. La investigación para el doctorado la condujo a la conclusión de que la maternidad científica constituyó una de las dimensiones del discurso maternalista, al articular tanto los principios científicos de la puericultura como principal herramienta de acción médica- como los argumentos producidos por los movimientos feministas. El discurso de la maternidad científica, pese a ser enunciado por los médicos, no se redujo, por lo tanto, a la autoridad de estos, sino que emergió de la confluencia de sus intereses comunes con los de las mujeres coprotagonistas de la acción.
En un momento histórico en el que la construcción de la nacionalidad adquiría un papel central y la función maternal se consolidaba como preocupación de índole pública, prosigue Maria Martha, la valoración de la maternidad ganando nueva significación como la valorización de la propia nación brasileña adquirió mayor fuerza argumental proveyendo renovada justificación tanto para el discurso médico como para lo feminista. Al convertir a las mujeres en su calidad de madres en responsables de la formación de los futuros ciudadanos brasileños, tal concepción de la maternidad le agregaría el status de función social, elevando también el prestigio de los médicos abocados a la higiene infantil. Así, si bien esos profesionales percibían en la valorización de la maternidad un camino para obtener reconocimiento y legitimación profesional, para las mujeres tal perspectiva representaba una manera de extrapolar el espacio doméstico y mejorar su posición social.
Columnistas
La calificación de las revistas femeninas como espacio social de construcción de la alianza negociada entre mujeres y médicos se reveló como acertada en la opinión de la investigadora. Concluí que, a partir de la dimensión compartida sobre la modernidad, las revistas conformaron el ambiente de circulación adecuado para la difusión del ideario de la maternidad científica. La creciente cantidad de artículos que versaban al respecto de la manera científica de cuidar de los niños y la fidelidad de los suscriptores confirmaban el interés de las lectoras en el tema. Las manifestaciones en la sección de correspondencia de la Revista Feminina enaltecían la calidad del periódico, anunciaban eventos feministas o acontecimientos sociales y solicitaban orientación respecto de cuestiones de orden variado desde moda hasta recetas culinarias. En el caso, por ejemplo, de la columna del Dr. Wittrock, en Vida Doméstica, recibía consultas específicas sobre cuidados de los niños, lo que la convertía en un verdadero consultorio médico
REPRODUCCIÓN LIBRO "CARICATURISTAS BRASILEIROS, PEDRO CORRÊA DO LAGO"Del mismo modo, la progresiva sustitución de los anuncios publicitarios relativos al campo de los insumos agrícolas y de la zootecnia por publicidades del rubro de la alimentación infantil particularmente más específico en Vida Doméstica representó otro signo de la penetración del discurso médico maternalista. El análisis del perfil de los columnistas proporcionó otro indicativo de la adecuación de las revistas femeninas. Entre los colaboradores de Vida Doméstica y Revista Feminina, encontré a representantes de la elite intelectual y médica de la época, tales como Aprygio Gonzaga, Osorio Lopes, Antonio Wittrock, J. P. Fontenelle y Octavio Gonzaga. Muchos de esos autores ocupaban cargos directivos o funciones prestigiosas en instituciones públicas, como el doctor Fontenelle inspector sanitario del Departamento de Salud Pública y vicepresidente de la Sociedad Brasileña de Higiene, lo que confirmaba también la implantación del movimiento salubrista brasileño, como estrategia esencial del proyecto reformista.
Del mismo modo, Maria Martha localizó entre los columnistas varias reconocidas escritoras, tales como Ana de Castro Osorio, Chrysanthème, Condessa de Pardo Bazan y Maria de Eça militantes de movimientos feministas y colaboradoras en periódicos de varios países, lo que reforzó la presunción de la asociación entre el ideario higienista, maternalista y feminista. La presencia simultánea de colaboradores tan distintos demuestra que el discurso maternalista expresado en las revistas femeninas, no se originaba excluyentemente en la comunidad médica, sino que reflejaba la convergencia de intereses por parte de los médicos y mujeres en cuanto a la construcción del nuevo rol femenino de la madre.
Los dos primeros años de la investigación de Maria Martha estuvieron dedicados a la reflexión teórica. El análisis de las fuentes demoró alrededor de un año, seguido por otro año para la redacción final de la tesis. Inicialmente localicé todas las revistas femeninas que circularon durante la década de 1920, y, luego de un análisis preliminar, seleccioné Vida Doméstica y Revista Feminina como representativas de ese género de periódico, lo cual prevé un conjunto de atributos, en lo referido a la forma y al contenido, habitualmente asociados con el universo femenino básicamente, la moda y la literatura. Ella sostiene que el largo período de circulación 43 años la primera; y 22 años la segunda atestiguaba su buena recepción y autorizaba a tomarlas como ejemplos del género. Se examinaron todos los ejemplares de las revistas producidos en la década de 1920, un total de 243 números.
Urbano
Mediante los artículos publicados en las revistas, fue posible para la médica investigadora percibir que las mujeres de los estratos altos y medios de los principales centros urbanos participaron activamente en la construcción y difusión de la ideología de la maternidad científica. Al reafirmar el vínculo de la función maternal con su naturaleza y la compatibilidad de tal atribución con otros roles femeninos, muchas de esas mujeres, en particular, aquéllas vinculadas con los movimientos feministas, aprovecharon la concepción de la maternidad como dimensión exclusiva del género para aumentar su poder y facilitar la reivindicación de otros derechos. Por ende, adherían a la ideología de la maternidad científica, percibiendo en la alianza con los médicos y la adhesión a los principios científicos de la puericultura como medios para transformar la maternidad en un rol social femenino.
Para estas mujeres, concluye Maria Martha, el ejercicio de la maternidad científica, al representar el acceso al espacio socialmente reconocido de la ciencia hasta entonces de dominio casi excluyentemente masculino, constituyó un camino potencial para la inserción de ellas en el espacio público por medios filantrópicos o trabajo profesional.
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