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Carta del editor | 90

La fuerza de la imaginación

En medio del deserto argentino, enclavados a 100 kilómetros de las montañas de los Andes, hay dos telescopios y 150 tanques llenos de agua, distribuidos por 3 mil kilómetros cuadrados. Dicha estructura forma parte del Observatorio Pierre Auger, un megaproyecto que involucra a instituciones de investigación de 18 países, y a 250 investigadores, con un costo total estimado en 54 millones de dólares. Cuando el mismo esté concluido, lo que será probablemente dentro de tres años, 24 telescopios y 1.600 tanques disputarán con los matorrales de plantas espinosas la primacía del paisaje. Todo para detectar e interpretar rayos cósmicos, que son partículas subatómicas de gran energía, importantes para entender diversos fenómenos físicos como por ejemplo la constitución de la materia y la formación del universo. Lo curioso de esta empresa es que ni siquiera los investigadores más imbuidos en el tema saben definir con precisión qué son los rayos cósmicos, ni de dónde vienen o como se forman. Actualmente, los estudiosos tienen más dudas que respuestas. Pero, aun así – o quizás por eso mismo –, no les incomoda el hecho de pasarse temporadas enteras en el medio de la nada, trabajando al aire libre, montando equipamientos.

Lo que entusiasma a los actores de este escenario erigido en medio del desierto es precisamente la posibilidad de descifrar misterios que otros observatorios similares, empero menores, no han logrado dilucidar. Esta situación de invertir muchos millones y un enorme esfuerzo en un proyecto aparentemente enigmático constituye un límpido ejemplo acerca de cómo la imaginación de los científicos puede superar a la de ciertos autores de historias de ficción. Es como si la aventura de la ciencia emulase a la aventura del hombre, de la cual se conocen únicamente algunos puntos de partida. Brasil forma parte de este proyecto, con 32 investigadores financiados por la FAPESP (con 1,8 millones de reales) y por el Ministerio de Ciencia y Tecnología (con otros 700 mil reales). Para contar la historia de la construcción del Observatorio Pierre Auger, que por cierto aún está inconclusa, el editor Carlos Fioravanti y el fotógrafo Miguel Boyayan pasaron tres días inmersos en el cotidiano de los físicos que se turnan en Malargüe para instalar los equipamientos armados en sus propios países. El reportaje que empieza en la página 28 es un hermoso testimonio de un trabajo que, probablemente, redundará en cambios en diversos sectores de la física. De por sí, los resultados preliminares sugieren que la propia teoría de los rayos cósmicos requiere de ajustes.

La imaginación fue también fundamental para el desarrollo de la nanotecnología, un sector que está mostrando ya resultados concretos, y es el tema de otro interesante artículo de esta edición. El mundo de las cosas que parecían infinitamente pequeñas, y por ello de manipuleo imposible, ha crecido y se ha vuelto factible. A punto tal de que la nanotecnología ha empezado a ser vista con interés por parte de empresas privadas en Brasil; ya no solamente en el exterior. En estos momentos, un grupo de investigadores apoyados por la FAPESP y ejecutivos de la Federación Industrial del Estado de São Paulo (Fiesp) planean atraer la atención de los inversionistas hacia este tema. Se sabe que Brasil dispone de infraestructura y de personal calificado para dar este salto, y para generar así buenos rendimientos en un futuro.

El análisis cuidadoso de la economía brasileña es el eje del principal artículo de la sección de Humanidades. Este trabajo tuvo su origen en un proyecto temático, y se focaliza en el desempeño económico del país durante los últimos 25 años del siglo pasado, para intentar entender por qué retomar el crecimiento en el país parece ser tan difícil.

Por último, una buena noticia para aquéllos que no son investigadores. Aunque Pesquisa FAPESP tiene su propio sitio, la revista ha dado inicio en julio a una sociedad con el portal IG. Esto significa que el contenido de la revista puede llegar a un grupo de lectores bastante ecléctico, distinto de la comunidad científica brasileña. Otras alianzas similares se irán concretando hasta fin de año. El objetivo de esto es que un público mucho mayor tenga acceso a los artículos sobre la ciencia y la tecnología brasileña publicados en la revista.

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