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Memoria

La invisible radiación reveladora

Hace 110 años, Wilhelm Röntgen descubría los rayos X

A finales del siglo XIX, Wilhelm Conrad Röntgen era rector de la Universidad de Würzburg, Alemania, y a su vez, un físico experimental interesado en el estudio de fenómenos delicados. Investigaba la electricidad en los cristales, las propiedades elásticas del látex y el efecto de la presión sobre la viscosidad de los líquidos, por ejemplo. Al hacer experiencias con rayos catódicos en tubos de vacío, en octubre y noviembre de 1895, descubrió un nuevo tipo de radiación, que se propagaba en línea recta, era invisible, atravesaba grandes espesores de materia y sensibilizaba chapas fotográficas. A efectos de ser breve, utilizaré la expresión rayos, y, para distinguirlos de otros con idéntico nombre, los denominaré rayos X, escribió en aquella ocasión. A finales del mes de diciembre, Röntgen redactó el artículo sobre su descubrimiento y convenció a la Sociedad Física y Médica de Würzburg a aceptarlo y publicarlo rápidamente. También imprimió decenas de separatas, y las envió a científicos importantes, junto con radiografías de objetos y de la mano de su mujer, Anna Bertha. Al cabo de algunas semanas, la novedad se discutía ya en las academias, y se la comentaba incluso en la prensa más popular. En el año 1896, se publicaron alrededor de mil artículos sobre el tema. Pero no pasó mucho hasta que Röntgen empezó a sentirse víctima de su propia acción. Pocos días pasaron y yo ya estaba asqueado de todo eso. No lograba reconocer mi propio trabajo en los informes. Para mí, la fotografía era un medio para un fin; pero se la había transformado en lo más importante, le dijo en una carta a su amigo Ludwig Zehnder. El efecto práctico fue inmediato: la medicina empezó a usar a los rayos X en sus diagnósticos. Posteriormente, otros sectores empezaron a utilizarlos en un sinnúmero de aplicaciones.

Este descubrimiento se dio cuando Röntgen estudiaba el fenómeno de la luminiscencia producida por los rayos catódicos (hoy en día interpretada como un haz de electrones de alta velocidad) en un tubo de Crookes. Cuando conectaba el tubo a una fuente de alto voltaje, éste emitía una radiación que hacía que ciertas sustancias se volvieran luminosas. Luego descubrió que la radiación también velaba las chapas fotográficas que estaban cerca. Röntgen puso entonces entre el dispositivo y la chapa varios objetos opacos, y notó que los rayos atravesaban esos cuerpos. Hizo lo propio con la mano de su mujer y produjo la primera radiografía de la historia. Los rayos X aparecen en razón de la rápida desaceleración de una carga eléctrica que, a su vez, provoca la emisión de una radiación electromagnética.  Existen numerosos autores que alegaron haber anticipado el descubrimiento de los rayos X, de una manera u otra, pero nunca se supo de alguno que hubiera realizado y publicado un trabajo similar al de Röntgen antes que él, afirma el profesor Roberto de Andrade Martins, del Instituto de Física de la Universidad Estadual de Campinas (Unicamp), experto en historia de la física. Este trabajo le rindió a Röntgen el primer premio Nobel de Física, en 1901. No obstante, él prefirió donar el dinero a la Universidad de Würzburg.

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