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Tecnociencia

La lucha contra la escoba de bruja

Equipos de la Universidad Estadual de Campinas (Unicamp) y de la Universidad Estadual de Santa Cruz (Uesc) de Bahía descubrieron los mecanismos bioquímicos por los cuales los árboles de cacao jóvenes se las ven con la escoba de bruja, una enfermedad causada por el hongo Crinipellis perniciosa que devastó las plantaciones de cacao en Bahía. Fue un trabajo de fuste. Bajo la coordinación de Gonçalo Amarante Guimarães Pereira, de la Unicamp, los investigadores siguieron durante tres años la variación de la concentración de alrededor de cien compuestos químicos producidos por 300 árboles infectados y por 300 sanos. Luego de analizar un volumen respetable de informaciones, ahora publicado en Journal of Experimental Botany, arribaron a la conclusión de que, durante la fase inicial de infección, cuando los síntomas de la enfermedad se presentan bajo la forma de una rama crecida en demasía (hipertrofiada) llamada escoba verde, la planta intenta detener la acción del hongo aumentando la producción de ciertos compuestos químicos denominados radicales libres. De acuerdo con este estudio, llevado a cabo en coautoría con Paulo Mazzafera y Marlene Schiavinato, de la Unicamp, y Alan Pomella, de la empresa estadounidense MasterFoods, los radicales libres pueden generar desequilibrios hormonales y hacer que la región infectada sea tratada como un tejido en crecimiento, que pasa entonces a recibir dosis extras de nutrientes. Las plantas se valen también de otras defensas químicas, liberando hasta diez veces más alcaloides, tales como la teobromina y la cafeína. Pero nada de esto funciona, porque el hongo logra engañar a la planta, comenta Pereira, que también coordina el secuenciamiento del genoma del hongo. Posteriormente la planta comienza el proceso de fragmentación (degradación) de proteínas, que a su vez activa en el tejido infectado el mecanismo de muerte programada de células, también conocido como apoptosis. Recientemente, el grupo de la Uesc, coordinado por Júlio Cascardo, logró corroborar esta hipótesis, de acuerdo con un estudio que aguarda aprobación para su publicación. Comienza así la segunda fase de la enfermedad: prácticamente se duplica la liberación de etileno, una hormona asociada a la maduración y a la pudrición, y la rama infectada comienza a morirse. Ése es el mapa de la enfermedad, a partir del cual estamos desarrollando estrategias para cultivar plantas resistentes, o para combatir al hongo, dice el investigador de la Unicamp. Con base en este estudio, que forma parte del doctorado de la agrónoma Leandra Scarpari, el fitopatólogo Lyndel Meinhardt logró crear un método para cultivar en laboratorio el hongo en sus estadios iniciales de desarrollo, luego de penetrar en las células del árbol de cacao un artificio que ha de facilitar el estudio de las formas de combate contra la enfermedad. El grupo de la Unicamp encontró también una proteína del hongo que le permite resistir al ataque de los radicales libres de la planta durante la fase inicial de la infección. Si logramos bloquear a esta proteína, dice Pereira, la escoba de bruja podrá quedar bajo control.

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