En los siglos XVI y XVII, el palo brasil, el primer producto de valor comercial explotado por los europeos en las tierras brasileñas, no aparecía sólo en los mapas portugueses como ese al lado, la Carta de Brasil, de 1519, una de las representaciones más antiguas de la deforestación en el país con nativos cortando árboles —palo brasil, claro—, que puede ser vista en los billetes de 10,00 reales. Cartógrafos a servicio de españoles, franceses, ingleses y otros pueblos europeos también no dejaban de hacer refinadas ilustraciones – las iluminaciones –al representar las riquezas de las tierras del otro lado del Atlántico, concluyeron Yuri Rocha, Andrea Presotto y Felisberto Cavalheiro, del Departamento de Geografía de la Universidad de São Paulo (Anales de la Academia Brasileña de Ciencias). A propósito, el nombre Brazil, para designar lo que seria el Brasil, apareció probablemente por primera vez en el planisferio Orbis typus universalis tabula que Jerónimo Marini diseñó en Venecia, Italia, en 1512. Antes el mismo Brazil había sido usado en 1502 en el Mapa de Cantino para nombrar un río en el cual la expedición de Gonzalo Coelho encontró los árboles de madera roja.
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