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Carta de la editora | 139

La medida del veneno

El pasado día 22 de agosto, el psiquiatra Ronaldo Laranjeira, docente titular de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp), presentó en el Palacio de Planalto, en Brasilia, los resultados del más abarcador estudio sobre el consumo de bebidas alcohólicas ya hecho en Brasil. Gracias a ese trabajo, se sabe ahora que alrededor de la mitad de la población adulta del país, más exactamente un 48% de los que tienen más de 18 años, es abstemia, mientras que un 25% consume bebidas alcohólicas más de una vez por semana. Dentro de ese grupo, más de 5 millones beben en niveles considerados nocivos para la salud, según informa el editor de ciencia, Ricardo Zorzetto, a partir de la página 42. En tanto, los dependientes del alcohol, bebiendo mucho o poco, aclara, son unos 12 millones. Todos estos datos salieron de una investigación realizada con 3.007 personas de más de 13 años, en áreas urbanas y rurales de 147 municipios de las cinco regiones brasileñas, llevada a cabo de noviembre de 2005 a abril de 2006 por personal capacitado por Laranjeira y su equipo. En rigor, 30 años acumulados de investigación sobre efectos del abuso del alcohol y de otras drogas dieron al investigador paulista una fundamentación muy sólida en la conducción de este estudio, que suministra consistentes aportes al gobierno brasileño para su campaña contra la adicción al alcohol en el país. El reportaje que fue a parar a la portada de esta edición de Pesquisa FAPESP, sin embargo, no se limita al trabajo de Laranjeira. Muestra los resultados de otros estudios de respetados investigadores de ese campo, de tal suerte que llega por su lectura a una visión nueva, rica y bien contextualizada en el mundo de los patrones de consumo de bebidas alcohólicas entre nosotros.

Vale destacar también entre los artículos de la edición de ciencia de la revista el inspirado texto del editor especial Carlos Fioravanti, a partir de la página 50, que indirectamente hace justicia a la mal afamada cascabel, serpiente que ha contribuido al desarrollo de la ciencia en tierras brasileñas. Lo que él muestra es que la crotamina, una pequeña proteína del veneno de la víbora en cuestión, es capaz de atravesar la membrana celular y transportar ADN u otras moléculas al interior e incluso al núcleo de las células que están en proceso de multiplicación. De esta forma, puede usársela en diagnósticos de enfermedades, en el transporte de medicamentos y hasta para destruir tumores, a juzgar por los experimentos más recientes. Nada más lejos de un poder maléfico que eso.

Me voy a permitir aquí una parada más prolongada que lo usual en la sección de ciencia para comentar un excelente e intrigante artículo en el cual yo realmente no apostaba estaba, como se podrá ver, completamente equivocada. Elaborado por el periodista Francisco Bicudo, nuestro colaborador, aborda estudios que están produciendo un significativo desarrollo de la entomología forense en Brasil y, de esa forma, contribuyendo con vigor a la elucidación de crímenes y muertes misteriosas. En términos más estrictos, el conocimiento que los investigadores del área están ampliando es el de las informaciones que diferentes especies de insectos encontrados junto a cadáveres suministran sobre las causas y el tiempo transcurrido desde la muerte de las personas a que tales cuerpos pertenecieron. El reportaje, muy lejos de cualquier morbidez, inicia su narración a la manera de los buenos cuentos policiales, lo que estimula al lector a seguir hasta el fin, aunque tal asunto pueda parecerle un tanto angustiante. Y para quien llega al fin del recorrido, la seguridad es que aquí se está en un campo de inestimable interés público en un mundo tan quebrantado por la violencia.

Debido a que esta es una revista cuyos textos se organizan bajo cuatro canales o secciones, entre ellas la de ciencia, con la cual ya gasté casi todo el espacio disponible para esta carta, necesito al menos recomendar en pocas líneas artículos que merecen realce en las demás. Así las cosas, en política científica y tecnológica, junto con el reportaje de Claudia Izique, editora de esta área, sobre la desinformación de las empresas brasileñas en lo que hace a la oferta de crédito y mecanismos de fomento al desarrollo tecnológico, que se levanta como obstáculo poderoso al avance de la innovación en el país, vale realce un pequeño texto del editor especial Fabrício Marques sobre la institucionalización del programa Biota-FAPESP.

En tecnología, la revolución provocada por los LED’s, los diodos emisores de luz con los cuales investigadores de la localidad São Carlos están desarrollando desde nuevos semáforos a prueba de apagones eléctricos hasta un aparato que sustituye al láser en el tratamiento del cáncer de piel, valió un articulo imperdible de Yuri Vasconcelos, a partir de la página 68. Y, para concluir, merece una lectura de suma atención el artículo del editor de humanidades, Carlos Haag, sobre las agencias reguladoras, como por ejemplo la Anac, la Anatel o la Anvisa, que la triste tragedia con el Airbus de la TAM trajo hacia el centro del debate político nacional.

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