FABRÍCIO MARQUES
La israelí Ada Yonath y el francés Albert Fert, ganadores del Nobel de Química de 2009 y el de Física de 2007, respectivamente, estarán en la ciudad de Campinas a comienzos de 2011 para participar junto a 18 conferenciantes de seis países en un curso destinado a difundir las nuevas aplicaciones de la radiación sincrotrón y atraer a posdoctores brasileños y extranjeros para que actúan en dicha área en universidades y empresas de Brasil. El evento será una de las escuelas São Paulo de Ciencia Avanzada, modalidad de apoyo de la FAPESP tendiente a expandir, mediante cursos de corta duración, la exposición internacional de áreas de investigación de São Paulo que ya son competitivas mundialmente (lea más). El curso, intitulado nuevos Desarrollos en el Campo de la Radiación Sincrotrón, contará con 40 alumnos, y la mitad de ellos proviene de países como Estados Unidos, Japón y Argentina. “El objetivo principal son los investigadores que se apresten a concluir su doctorado, pues ya tienen un buen background y pronto comenzarán a buscar un lugar para hacer su posdoctorado”, dice el organizador de la escuela, el físico francés Yves Petroff, director científico del Laboratorio Nacional de Luz Sincrotrón (LNLS), que será sede del evento entre los días 17 y 25 de enero.
Petroff, quien fue director general del European Synchrotron Radiation Facility (ESRF), con sede en Grenoble, Francia, entre 1993 y 2001, y trabajó en laboratorios similares en Estados Unidos, cree que Brasil reúne buenas condiciones como para atraer a los estudiantes de afuera. “São Paulo, por ejemplo, ofrece becas de posdoctorado muy competitivas por medio de la FAPESP. Si las comparamos con Estados Unidos y Europa, la situación acá es muy favorable, porque el valor de la beca es sustancial y libre de impuestos”, dice Petroff, en referencia a los 5.028,90 reales mensuales de la bolsa de posdoctorado de la Fundación. Por cierto, eso fue lo que estimuló a elaborar la propuesta de la escuela avanzada, aprobada en el marco del primer pliego del programa. De acuerdo con su evaluación, tales condiciones todavía son poco difundidas fuera de Brasil. La programación de la escuela incluirá visitas a la USP, a la Unicamp y a São Carlos, para que los investigadores invitados conozcan mejor el ambiente de investigación de Brasil. “La ciencia es competencia. Todo investigador quiere trabajar en un buen laboratorio, pero aún son pocos los extranjeros que conocen Brasil.”
Petroff tiene experiencia en lo que hace a comparar ambientes de investigación de diversos países. En Brasil destaca la disponibilidad de jóvenes comprometidos con la investigación. “Yo había venido a Brasil algunas veces para seminarios y siempre me llamó la atención la edad promedio de los investigadores, que es baja. Ése es un punto muy fuerte. En Estados Unidos y Europa no es así. Los jóvenes no van a trabajar en investigación. Van a los bancos u a otras actividades”, afirma. También elogia la capacidad de los investigadores que construyeron la fuente de luz sincrotrón en los años 1990 a un valor muy bajo: 36 millones de reales. “Eso es algo sin precedentes en el mundo. Hay gente muy talentosa haciendo investigación en Brasil”, afirma, aunque no le hagan gracia los obstáculos burocráticos que dificultan la importación de equipos e insumos para la investigación.
Deflexión
El objetivo central de la escuela es preparar a la ciencia brasileña para dar un salto en la utilización de la luz sincrotrón. Esta radiación es generada por electrones producidos en un acelerador, que circulan en un gran anillo casi a la velocidad de la luz, y cuando pasan por imanes, sufren una deflexión provocada por el campo magnético. Se emiten así fotones que resultan en la luz sincrotrón. Las ondas electromagnéticas son aprovechadas por los investigadores en el LNLS en 14 estaciones de trabajo o líneas de luz propagadas en puntos del anillo, en estudios sobre la estructura atómica de materiales tales como polímeros, rocas y metales, además de proteínas, moléculas para medicamentos y cosméticos o incluso imágenes tridimensionales de fósiles o de células. El LNLS es sede de la única fuente de luz sincrotrón de América Latina, y en 2015 contará con una versión mayor y más potente, de tercera generación -la actual es de segunda generación-, lo que permitirá obtener imágenes de la estructura de blancos cada vez menores y con una resolución mucho mayor (lea en Pesquisa FAPESP nº 172). Con la nueva fuente, denominada Sirius, el país se mantendrá competitivo ante países como España, Corea del Sur y Taiwán, que también están construyendo fuentes de tercera generación. “Las nuevas fronteras de la ciencia requieren equipos más sofisticados”, dice el físico Antônio José Roque da Silva, director del LNLS y docente del Instituto de Física de la Universidad de São Paulo (USP).
ALESSANDRO SHINODA / FOLHAPRESSPluridisciplinario
De acuerdo con Yves Petroff, quien fue contratado en noviembre de 2009 para delinear los objetivos científicos del proyecto de la fuente Sirius, la multiplicación de la comunidad de investigadores y profesionales aptos para trabajar con las nuevas aplicaciones de la radiación sincrotrón resulta esencial para que el país se mantenga siendo competitivo en este campo del conocimiento. “La ciencia es cada vez más pluridisciplinaria. Por eso, los alumnos de la escuela avanzada asistirán a sesiones sobre diversas posibilidades con el fin de conocer las técnicas existentes”, afirma el físico francés. Los temas de las sesiones incluyen las aplicaciones en biología estructural, imagen en tres dimensiones obtenida por rayos X, catálisis, magnetismo, nanociencia y medio ambiente. “La cantidad de usuarios de fuentes de luz sincrotrón en Estados Unidos creció un 40%, fue de 6 mil a 8.400 entre 2000 y 2008, en tanto que en Francia el incremento fue del 36% entre 2003 y 2009”, dice. Según él, entre el 30% y el 40% de las fuentes de luz disponibles se utilizan en el campo de la biología estructural. “La razón de ellos es fácil de entender. El uso de la radiación es fundamental en estudios de estructuras biológicas o para develar la función de las proteínas. Todas las compañías farmacéuticas utilizan las líneas de luz a tal fin. En Brasil, las industrias de medicamentos todavía hacen poca investigación, pero hay espacio como para avanzar”, afirma. De la misma manera, sostiene Petroff, las fábricas de automóviles emplean la luz sincrotrón en investigaciones sobre motores y catálisis, los paleontólogos han logrado develar la estructura de los fósiles por medio de la radiación, y la industria de cosméticos recurre a esta luz para asegurarse que la estructura de las nanopartículas empleadas en sus productos no ocasione daños a la salud. “Se trabaja con estructuras cada vez más complejas”, afirma Petroff.
El LNLS es una instalación de múltiples usuarios. Cada año, un ejército de dos mil investigadores de centenares de instituciones utiliza las fuentes de luz en alrededor de 400 estudios que resultan en aproximadamente 250 artículos publicados en revistas científicas indexadas. El 19% de los usuarios corresponde a extranjeros, oriundos principalmente de América Latina. Después de Brasil, Argentina es el país que más utiliza las líneas de luz. De los 87 estudios realizados por investigadores extranjeros en 2009, 64 eran argentinos. Luego vienen los cubanos (6), los estadounidenses (4), los alemanes (3), los colombianos, los chilenos, los mexicanos y los noruegos (2 cada uno), los portugueses y los indios (1). Desde a su inauguración, el LNLS contrató a 11 investigadores extranjeros, y de los 19 becarios de 2010, tres son extranjeros. Solamente uno de ellos está todavía en el laboratorio, el posdoctorando iraní Fariman Fathi Hafhejani. El LNLS tiene un convenio con países de Medio Oriente vinculado al proyecto de construcción de una fuente sincrotrón en Jordania. También existe una colaboración provechosa con Canadá, por la cual el LNLS participa en la construcción de una línea de luz. Entre 1995 y 2009, la FAPESP otorgó ayudas y becas por valor de 60 millones de reales a investigadores del LNLS. “Debido a la calidad de los proyectos, la FAPESP ha apoyado fuertemente la investigación en el LNLS y estamos satisfechos de ver los buenos resultados y el grado de proyección internacional del laboratorio”, dice Carlos Henrique de Brito Cruz, director científico de la FAPESP.
Con la llegada de la nueva fuente, la intención es estimular más aún las colaboraciones internacionales. “Como el LNLS es una referencia para muchos países, existe una situación propicia para la internacionalización”, dice José Roque. “La convivencia entre usuarios de diversos lugares crea un ambiente de investigación maduro”. La contratación de Yves Petroff fue un paso en esa dirección. El LNLS fue sede en julio de la primera edición fuera de Europa del Hercules (Higher European Research Course for Users of Large Experimental Systems), un curso de formación para doctores y posdoctores en el área de radiación sincrotrón. De los 63 participantes, 23 eran latinoamericanos.
De regreso
La repatriación de buenos investigadores brasileños también está en marcha. El físico Fabiano Yokaichiya, de 36 años, ha ingresado ahora al laboratorio, luego de seis años lejos de Brasil, durante los cuales realizó posdoctorados en tres países. En Francia estuvo en el Laboratorio Louis Néel, del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS, siglas en francés). En Estados Unidos pasó por el Laboratorio Nacional Brookhaven. Durante los últimos tres años trabajó en Berlín, Alemania, en el Centro Helmholtz de Materiales y Energía. “Cuando dejé Brasil, mi objetivo era hacer carrera afuera, pero la investigación científica vive un momento favorable en el país y me pareció que era una buena oportunidad”, afirma. El físico Narcizo Marques de Souza Neto, de 32 años, es otro ejemplo. Fue contratado por el LNLS en julio, luego de pasar tres años en el Argonne National Laboratory, de Estados Unidos, haciendo un posdoctorado en magnetismo en altas presiones. “Me habían ofrecido un puesto permanente allá, pero opté por regresar cuando recibí la propuesta del LNLS”, dice Narcizo. “La infraestructura en Estados Unidos es muy buena y se podía prever exactamente cómo sería mi carrera, pero en el LNLS, con la construcción de la nueva fuente, el reto es más motivador”, dice Narcizo, quien ahora utiliza su red de contactos de Estados Unidos para establecer colaboraciones. Con el objetivo de desarrollar investigaciones en materiales bajo altas presiones, Narcizo motivó a un estudiante de doctorado norteamericano a venirse a hacer su posdoctorado en el LNLS.