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Entrevista

Reginaldo Prandi: La tienda ilustrada de los milagros

MIGUEL BOYAYAN Reginaldo Prandi: organización en un libro de la mitología viva de los terreirosMIGUEL BOYAYAN

Todos rieron cuando el vetusto detective inglés Sherlock Holmes fue reconocido como hijo del poderoso orixá en la película O Xangô de Baker Street, de Miguel Faria Júnior (basada en la novela homónima de Jô Soares). Pero más allá de las curiosidades y de aquello que es denominado erróneamente macumba, poco sabemos acerca de la rica creencia que llegó a Brasil de la mano de los esclavos africanos, que actualmente permea la cultura y el arte brasileño. En la entrevista que aparece a continuación, Reginaldo Prandi, profesor titular de Sociología de la Universidad de São Paulo (USP), autor de Mitologia dos Orixás (Companhia das Letras), explica cómo fue incorporado el candomblé a la cultura brasileña y cómo éste se adaptó a nuevos conceptos sociales. Pero que el lector no se engañe: esta explicación no es tan elemental como le gustaría que fuera al querido Watson.

Un blanco estudiando a la comunidad negra. ¿Hubo algún problema por eso?
– No. La comunidad del candomblé está muy acostumbrada a la intromisión de los blancos, y existe toda una tradición de investigadores blancos, como Roger Bastide y Pierre Verger, que mantuvieron un contacto muy intenso con el candomblé. Incluso recientemente, los candomblés fueron muy perseguidos por la policía, y entonces hombres con una cierta importancia en la sociedad blanca –intelectuales, artistas, militares, médicos etc.– funcionaban como una especie de puente entre el terreiro (local de celebración del culto) y la sociedad, defendiendo a los candomblés y a sus seguidores. Estos hombres empezaron a recibir por parte del candomblé, como retribución, un título de alto prestigio, llamado ogã, que en iorubá significa superior, magíster, padre protector. Son aquellos a quienes se acude en los momentos difíciles. Pasada la fase de la persecución policial, el título continuó siendo atribuido a los amigos y cultores de la tradición de los orixás. Como algunos de los sociólogos e antropólogos que me precedieron en la investigación de los terreiros, tengo ese título de ogã. Pero mis investigaciones fueron llevadas a cabo antes de que yo recibiera esa honra.

¿Cuál es el valor del mito?
— El mito en el candomblé es sumamente importante, pues antes que nada éste enseña quiénes son los orixás, cuáles son sus poderes mágicos, sus campos de actuación, de dónde ellos provienen, cuáles son sus preferencias y tabúes, cómo debe relacionarse el devoto con cada uno deles. Además, los mitos explican cómo el mundo y la propia humanidad fueron creados y además explican cómo está constituido el ser humano. Para el cristianismo, por ejemplo, el ser humano está formado por cuerpo y alma. Para el candomblé, el ser humano está constituido por un cuerpo y varias almas, y cada alma contiene las siguientes dimensiones del espíritu: la individualidad de la persona o su cabeza, su herencia familiar o antepasado reencarnado y su origen primordial u orixá. Como se cree que en la vida todo se repite, cada persona es en parte la reencarnación de alguien que vivió antes y, al mismo tiempo, la descendencia de un orixá determinado. Si me preguntan: “¿Usted de quién es hijo?”. Respondo: “Soy hijo de Oxalá”, así como otra persona puede ser un hijo de Oxum, o de Iemanjá, Xangô, Ogum, etc. Como cada persona hereda de su orixá las virtudes y defectos de las cuales hablan sus mitos, los mitos pueden enseñar por qué somos de una manera y de esa manera obramos.

¿Es difícil para quien entra en el candomblé asumir esa nueva creencia?
— La gran dificultad reside en que la lógica del candomblé difiere de aquella a la cual alguien criado de acuerdo con los valores occidentales está acostumbrado. Un nuevo adepto al candomblé debe aprender conceptos que son completamente nuevos para él, que viene de una cultura blanca, cristiana y europea. El tiempo, por ejemplo, es circular y demarcado por la realización de tareas y no por el reloj. La sabiduría se obtiene con la experiencia de vida, es algo que se construye a lo largo de la vida, y nunca por medio de libros y de la escuela, pues el candomblé se origina en una cultura ágrafa, en la cual la transmisión del conocimiento se efectúa por vía oral. Por eso en el candomblé solamente los viejos pueden ser sabios. De todo eso derivan otros conceptos y muchas reglas que regulan la vida religiosa e interfieren en la vida cotidiana de los iniciados.

¿El candomblé puede ser encontrado en todo Brasil?
— Sí, prácticamente en todo el país. En las capitales y en las grandes ciudades, con seguridad. En las ciudades de 10 mil ó 15 mil habitantes es más difícil que el candomblé haya llegado, pero la religión umbanda, que se propagó a partir de la década del 50, ya está en ellas.

Usted dijo que el candomblé está transformándose. ¿Cómo transcurre esa transformación?
— El candomblé se formó en el nordeste de Brasil en el siglo XIX, especialmente en Bahía y en Pernambuco, desde donde se esparció por Brasil durante la segunda mitad del siglo pasado. En ese movimiento de expansión, se fue adaptando a las nuevas geografías y a los tiempos. Por ejemplo: el candomblé utiliza mucho hierbas para preparar baños y remedios, y para otras prácticas rituales. Se dice que sin esas hojas no existiría el culto de los orixás. El terreiro ideal debería tener un terreno cubierto de vegetación, en donde las hierbas pudieran nacer espontáneamente y ser escogidas libremente. ¿Qué terreno podría tener su bosque sagrado en una ciudad como São Paulo? En términos de precio de la tierra, eso es inviable. Entonces hay que adaptarse. Buscar las hierbas lejos es cada vez más trabajoso y peligroso, por causa de los asaltos. Mejor es comprárselas a un proveedor especializado. En el Largo da Pólvora (plaza), en el centro de São Paulo, por ejemplo, existen puestos de vendedores que ofrecen todas las hierbas necesarias para los diferentes rituales. Los vendedores son gente de la religión con un nuevo negocio, impensable hace 30 años: plantan, colectan, transportan y venden las hojas. Esto es una adaptación a la sociedad actual. Otra: antes, cuando alguien iba a iniciarse, tomaba sus ropas, iba al terreiro y permanecía allí recogido durante uno, dos o tres meses, viviendo durante ese período una vida totalmente ajena al mundo exterior al terreiro. Actualmente, el tiempo de recogimiento en el terreiro no puede durar más que las cuatro semanas de vacaciones en el trabajo, y hasta un poco menos, para aprovechar algunos días en otras cosas. Y así fue como el tiempo de iniciación actual pasó a ser de 21 días. Ésa es una adaptación importante, que acarrea otros cambios en términos de aprendizaje religioso y disciplina.

¿Cuáles son los principales descubrimientos expresados en su libro Mitologia dos Orixás?
— Yo no los llamaría descubrimientos. El libro es una colección organizada de mitos, sistematizados y reescritos, una especie de reunión de historias que estaban dispersas, de leyendas que se encontraban por ahí, en centenas de fuentes escritas y orales.

Pero en Brasil estamos más acostumbrados con otras mitologías…
— Sí, principalmente la griega clásica, que de cierta manera está constituida por muchos elementos importantes del pensamiento occidental. La mitología greco-romana forma parte de la cultura occidental desde hace muchos siglos. Pero los mitos africanos, ¿quién los conoce? Leí un simpático comentario en el sentido de que la mitología que organicé sería la mayor mitología viva. Porque la mitología griega está muerta, solamente existe en los libros. La que yo organicé está viva en los terreiros de los cultos afro-brasileños. Ahora bien, en la medida en que este libro pone a disposición de todos un conocimiento que antes estaba restringido a un grupo minoritario –los seguidores del candomblé–, quizás su contenido pueda ser más conocido en el futuro. En una comparación rápida, vea el caso de la novela Porto dos Milagres, de la TV Globo, transmitida el año pasado. A través de ésta, los telespectadores aprendieron algo sobre Iemanjá que antes desconocían. Con el libro, tal vez la mitología africana que está en nuestras raíces culturales pueda ser aprendida y estimada por muchos, independientemente de la religión, y pueda, quien sabe, ser incorporada por los segmentos de la cultura brasileña hasta ahora acostumbrados solamente con los mitos occidentales. En un tiempo de valoración creciente de la diversidad cultural, Mitologia dos Orixás puede tener alguna utilidad.

¿Existe alguna correspondencia entre los mitos griegos y los del candomblé?
Sí, existen muchas correspondencias. Xangô, por ejemplo, es un orixá muy parecido con Zeus, de la mitología griega. Ambos lidian con la justicia, con rayos, y ambos son grandes jefes, y ejercen poder sobre los otros dioses. Oxum es la diosa del amor y la belleza, como Venus. Exu, el mensajero del panteón, equivale a Hermes, y así sucesivamente. En las religiones politeístas, que es el caso de estas religiones, existe una división del trabajo entre los dioses, y eso nos lleva a establecer esas aproximaciones. Es posible incluso que los dioses africanos y griegos tengan orígenes comunes, pero no existe una investigación conclusiva que nos permita afirmar esto con certeza.

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