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Tecnociencia

La venganza de los ácaros

DANIEL BUENOUn día cazador, otro día presa. Ese dicho parece aplicarse a la inversión de roles que, a veces, ocurre en la naturaleza. Los ácaros jóvenes de la especie Iphiseius degenerans, que sobreviven al ataque de adultos de otra especies del mismo tipo de artrópodo, Neoseiulus cucumeris, se vengan cuando se hacen grandes. De su condición de presas en el pasado, se convierten en predadores por excelencia de las crías de la especie que una vez fue su perseguidora (Nature Scientific Reports, 11 de octubre). Aparentemente, los ácaros sobrevivientes de la especie I. degenerans retienen en su memoria la identidad de sus antiguos rivales, con quienes se disputan el hábitat, y, aunque haya alimento disponible, prefieren perseguir a los pequeños ejemplares de la especie competidora. Esta conclusión se desprende de un estudio realizado por investigadores holandeses de la Universidad de Ámsterdam y por Maira Ignacio, de la Universidad Federal de Tocantins (UFT). “La presa reconoce a la especie del predador a la cual estuvo expuesta durante su fase juvenil. Nuestros resultados sugieren que la experiencia vivida en su juventud afecta el comportamiento adulto luego de que se intercambian los papeles (entre las especies)”, afirman los científicos.

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