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Especial

La violencia “invisible” contra la mujer

Una investigación pionera analiza cómo son atendidas las víctimas de ataques domésticos y sexuales en la red de salud

Autoridades y profesionales de la salud del estado de São Paulo están volcando su atención hacia un grave y secular problema: la violencia doméstica y sexual contra las mujeres. Un estudio reciente de la Facultad de Medicina de la USP, que tomó como base el Gran São Paulo, demuestra que entre el 25% y el 30% de las mujeres con edades entre 15 y 49 años son víctimas de agresiones dentro de sus propias casas. Dicho estudio demuestra también que ésa es la causa del 50% de los homicidios de mujeres y del 30% de los traumas femeninos atendidos en las guardias (un índice aún mayor cuando se trata de gestantes).

Éste es el tema del proyecto que la profesora Lilia Blima Schraiber, del Departamento de Medicina Preventiva de la FMUSP, está desarrollando en asociación con la Secretaría de Salud y con el apoyo de la FAPESP. El objetivo es verificar el porcentaje de mujeres víctimas de violencia que son atendidas en los centros de salud y en las Unidades Básicas de Salud (UBS) de la región metropolitana de São Paulo, servicios éstos que constituyen las puertas de entrada a la atención en el marco del Sistema Único de Salud (SUS) y que forman parte de la llamada “Atención Primaria en Salud”. Los investigadores pretenden formular propuestas acerca de cómo deben obrar los profesionales del SUS en la atención de las víctimas -mujeres constantemente atormentadas por el miedo al agresor, en general el marido o compañero.

El Estado tiene un gran interés en el área, no solamente como consecuencia de su papel social. “La literatura mundial muestra que las mujeres en situación de violencia crean un patrón de uso repetitivo de los servicios y presentan demandas recurrentes, de difícil solución, aunque son diagnosticadas a nivel primario. Con ello los costos también son enormes para la red pública”, afirma la coordinadora del proyecto. Schraiber y su equipo están realizando casi 3.100 entrevistas con usuarias de los servicios médicos de 14 puestos y UBSs de la capital paulista, además de seis unidades en Santo André, Mogi das Cruzes y Diadema. Debido a la metodología adoptada, basada en entrevistas domiciliarias y en la evaluación de fichas médicas, el trabajo es pionero en Brasil y podría servir de modelo para otras experiencias en el resto del país. “Hasta ahora solamente existían investigaciones sobre la violencia contra la mujer basadas en quejas registradas en las comisarías de policía, cosa que no brinda una dimensión real y exacta del problema.”

La primera fase del proyecto comenzó en 1999. En dicha etapa, Lilia actualizó la guía de servicios -con las direcciones de diversas instituciones especializadas en la orientación y la asistencia a las víctimas de violencia- que ella misma había lanzado en 1999, en el marco de un proyecto similar patrocinado por la Fundación Ford. En noviembre de 2000, los investigadores dieron inicio a la segunda parte del proyecto: la ejecución del trabajo de campo y la tabulación yanálisis de los datos, que deberá estar concluida a más tardar al inicio de 2002. “En esta fase, estamos investigando el registro de los casos de violencia en las fichas médicas; realizando entrevistas con médicos y enfermeros y estructurando grupos focales con las usuarias de los servicios, además de realizar entrevistas individuales con las mujeres víctimas de violencia”, relata.

La profesora de la USP trabaja en el área desde los años 80. En 1996, Lilia obtuvo un financiamiento de la Fundación Ford para el proyecto “Violencia y Género en las Prácticas de Salud”. Con base en datos preliminares de dicho estudio, en fase de conclusión, la investigadora constató que apenas un 10% de las mujeres que pasaron por la “atención primaria en salud” (la red pública o consultorios particulares de clínica general), durante el lapso de un año, habían sido registradas en los prontuarios médicos como víctimas de violencia sexual y doméstica.

“En las entrevistas realizadas personalmente con las mujeres, ese índice se elevaba al 57%, lo que muestra la invisibilidad del problema en los servicios de salud”, afirma. Paralelamente a esos trabajos, Lilia fue invitada recientemente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para representar a Brasil en un estudio sobre salud y violencia contra la mujer, que está siendo desarrollado en seis países del Tercero Mundo, siempre comparando una región metropolitana y una zona rural de cada país. Schraiber está investigando dos regiones: el municipio de São Paulo y 15 municipios de la Zona Selvática de Pernambuco. Este estudio estaría concluido también en el comienzo de 2002.

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