En las cercanías de arroyos soleados en algunas zonas de sabana, pueden verse libélulas rojas revoloteando unas alrededor de otras. Son machos de la especie Mnesarete pudica, que se exhiben ante las hembras posadas en una rama o en una brizna de hierba, o compiten con otros machos para garantizarles un territorio propicio donde ellas depositen los huevos. Se sabía que la coloración roja de las alas ‒tanto el tamaño de la mancha como la intensidad del color‒ es el secreto del éxito, pero el biólogo Rhainer Guillermo-Ferreira se dedicó a investigar cómo ocurre eso durante su doctorado en el campus de Ribeirão Preto de la Universidad de São Paulo. “Nuestra pregunta era: ¿ellas son capaces de percibirlo y evaluarlo?”, comenta. La respuesta es afirmativa, según un artículo publicado en marzo en el sitio web de la revista The Science of Nature.
El trabajo implicó la observación de confrontaciones entre machos en su hábitat natural y también la realización de análisis minuciosos de la coloración de las alas durante el doctorado supervisado por Pitágoras Bispo, de la Universidade Estadual Paulista (Unesp), en colaboración con el grupo de Stanislav Gorb, de la Universidad de Kiel, en Alemania. Al evaluar los enfrentamientos entre machos rivales con diferentes grados de disparidad de atributos, medidos tanto por el tenor de coloración roja como por el tamaño del cuerpo, Ferreira quedó sorprendido al verificar que los machos no sólo evalúan las cualidades del oponente, sino también las propias, y componen todo en una misma ecuación. “Notamos que hay variantes en las estrategias de confrontación según ese análisis”, explica el biólogo, actualmente profesor en la Universidad Federal de Grande Dourados, en el estado de Mato Grosso do Sul.
Según él, los machos débiles no se arriesgan a intervenir en las extensas sesiones de vuelos rápidos que demuestran su fortaleza. En lugar de eso, atacan inmediatamente. Los machos fuertes, a su vez, sopesan mejor la situación. Si se encuentran frente a un oponente notoriamente débil, resuelven el asunto con persecuciones y amenazas directas. Si el rival se encuentra a su altura, esos machos adoptan las demostraciones de vuelo que exigen un mayor gasto de energía. Esas lides pueden extenderse por horas, hasta que uno de ellos desista. Los machos con las alas pintadas por los investigadores, con un marcador al agua, de modo tal de incrementar tanto la intensidad del rojo como el tamaño de la mancha, fueron vistos por sus adversarios como más fuertes, alterando la estrategia adoptada por sus oponentes.
El hecho de pintarles las alas a los insectos y observar sus exhibiciones podría parecer un tanto lúdico para la ciencia, pero está lejos de serlo. Los experimentos de Ferreira abren una ventana sobre aspectos intrigantes que también podrían valer para otras especies. “El comportamiento que adoptan esas libélulas revela que los animales con un cerebro simple pueden contar con un sistema complejo de toma de decisiones”, concluye.
Proyecto
Ephemeroptera, Plecoptera y Trichoptera (Insecto): reduciendo los déficits linneano, wallaceano y henningueano (n° 2012/ 21196-8); Modalidad Ayuda a la Investigación – Regular; Investigador responsable Pitágoras da Conceição Bispo (Unesp); Inversión R$ 309.297,74 (FAPESP).
Artículo científico
GUILLERMO-FERREIRA et al. Variable assessment of wing colouration in aerial contests of the red-winged damselfly Mnesarete pudica (Zygoptera, Calopterygidae). The Science of Nature. v. 102. mar. 2015.