Una de las más singulares faunas de la Prehistoria brasileña está empezando a cobrar vida de nuevo. Pero no hay nada que temer. Es para mantener la calma, que nadie ha recreado en laboratorio un animal extinguido con base en fragmentos de ADN. Dinosaurios, tecodontes, dicinodontes, cinodontes, rincosaurios y formas primitivas de premamíferos que vivieron durante el período Triásico, hace entre 250 y 205 millones de años, están volviendo al ruedo en forma de dibujos, y algunos de éstos son tridimensionales. Son las crías de un proyecto paradidáctico que cuenta con financiación del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq). Bajo la supervisión de los paleontólogos Cesar Schultz y Marina Bento Soares, del Instituto de Geociencias de la Universidad Federal de Río Grande do Sul (UFRGS), el profesor de escultura Adolfo Bittencourt bosqueja, con la ayuda de software especiales, los contornos de las criaturas que habitaron la Tierra en un momento clave.
El Triásico es el período inmediatamente posterior al término de la Era Paleozoica, cuyo epílogo signa la megaextinción que mató al 90% de la vida existente en ese entonces en el planeta, y reinaugura la diversidad de formas entre las especies animales y vegetales. De los grupos de vertebrados que sobrevivieron al cataclismo y repoblaron la Pangea, el megabloque de tierra que unía a los actuales continentes, surgieron casi simultáneamente los primeros dinosaurios y los primeros ancestros de los mamíferos. En Brasil, solamente hay vestigios geológicos del Triásico en el estado más austral del país. Esto equivale a decir que muchos fósiles de especies típicas de dicho período como el carnívoro Staurikosaurus pricei, uno de los más antiguos dinosaurios del mundo, y el diminuto cinodonte Brasilitherium riograndensis, un premamífero no pueden hallarse en otras partes del país, y, en algunos casos, ni siquiera en el exterior. La gente quiere saber cómo eran esos animales, pero prácticamente carecemos de material ilustrativo, dice Schultz. Para usar dibujos del exterior, y cabe aclarar que no siempre existen, debemos pagar derechos autorales. Por eso, la salida fue entonces juntarse con gente del Instituto de Artes de la UFRGS y producir localmente las reconstituciones.
Un libro y una película
Por suerte, había un profesional habilitado para hacer el puente entre la paleontología y el dibujo. Bittencourt es doctor en Ciencias del Arte de la Universidad París I Panthéon-Sorbonne, tiene sólidas nociones de anatomía y desarrollaba previamente este tipo de trabajo para revistas internacionales. Analizo la estructura del esqueleto del fósil y veo dónde están las inserciones musculares, afirma el artista plástico, quien, junto con su alumna de grado Dorothy Ballarini, realizó una decena de recreaciones de animales extinguidos hallados en Río Grande do Sul. De este modo logro tener una mejor noción del volumen y del movimiento del animal. Las ilustraciones, algunas de las cuales han sido usadas en exposiciones, cubrirán las páginas de un libro y de un sitio web dedicados a estos seres vivos de otrora. Las imágenes en tres dimensiones, que a las que aún les falta acabado (los animales todavía no tienen la piel virtual), pueden ser animadas, y dar origen a una película tipo Caminando con dinosaurios, producción inglesa, de la BBC.