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Historia

Las “chicas da silva” desconocidas

Una investigación revela que, al igual que en la historia de esa esclava que se transformó en una película, muchas de ellas, ya libres, lograron ascender económicamente en el Brasil colonial

reproducciónNegras vendedoras: una investigación que sostiene que varias lograron comprar su libertadreproducción

Imagínese un testamento en el que constan, entre otras cosas, los siguientes objetos: un cordón de oro; un adorno del Niño Jesús de oro, con un peso cinco octavas (antigua unidad de peso, equivalente a 3,586 gramos); unas argollas de oro de cuatro octavas; unos pendientes de pequeñas perlas; unos botones de oro; unas argollas pequeñas de oro; una bola de ámbar; una vuelta de corales engarzada en oro, un coral grande con un amuleto pendiente, todo de oro, cuatro cucharas de plata de ocho octavas cada una; cuatro tenedores de plata y un cuchillo con mango de plata; y dos pares de botones de enagua abiertos con buril.

Estos objetos fueron inventariados junto con otras propiedades, como tierras, esclavos y muebles, en el testamento de Bárbara Gomes de Abreu y Lima, una ex esclava que vivió en Minas Gerais durante la primera mitad del siglo XVIII. Tras haber ganado su libertad, ella estructuró una amplia de red de comercio en las capitanías de Río de Janeiro, Bahía y Minas, haciendo fortuna y trabando relaciones comerciales con hombres de las más altas esferas de las elites del Brasil Colonial, como militares, clérigos e importantes hacendados.

Parece ficción, pero esta historia es apenas una entre centenas de ellas halladas por el profesor Eduardo França Paiva, del Departamento de Historia de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG), en documentos históricos de los archivos públicos de Belo Horizonte (capital del estado), São João Del Rey y Sabará, en Minas Gerais. En 1999, tras 11 años de investigación (que incluyeron los años dedicados a su maestría), Paiva defendió, con el apoyo de la FAPESP, su tesis doctoral Por Mi Trabajo, Mi Servicio y Mi Industria: Historias de Africanos, Criollos y Mestizos en la Colonia -Minas Gerais, 1716-1789 .

El estudio, realizado con dirección de la profesora de Historia del Brasil Colonial Mary Del Priore, de la Universidad de São Paulo (USP), acaba de ser lanzado en libro, por la editorial de la UFMG, con el título Escravidão e Universo Cultural na Colônia -Minas Gerais, 1716-1789 . Los principales documentos analizados fueron testamentos, incluso los dejados por negros y negras libertos.

El camino de la libertad
“Esta investigación fue el resultado del trabajo que desarrollé en la maestría en la UFMG”, explica Paiva. “En esa ocasión, analicé las diferencias de status entre los esclavos y los libertos. Yo pretendía entender la transición de la esclavitud a la libertad”. La preocupación con la cuestión de género surgió cuando Paiva percibió que la mayor parte de la población liberta de Minas estaba compuesta por mujeres. “En las Minas Gerais (Minas Generales) del siglo XVIII, una región urbanizada, centro económico de la colonia, sino del todo el imperio portugués, por cada dos o tres esclavos hombres había una mujer”, dice.

“Entre la población liberta, esta relación se invertía, es decir, por cada esclavo liberto, había dos mujeres libertas”, explica. “Éste es un dato fabuloso”. Otra motivación para su trabajo fue precisamente el testamento de Bárbara, que lo llevó a cuestionar el sentido de una lista de objetos tan poco comunes. “Esta duda me llevó a buscar otras informaciones y reflexiones, y otras lecturas. De allí surgió mi tesis de doctorado”, dice.

El historiador procuró efectuar una reflexión sobre el papel de esas mujeres en la vida social, cultural y privada de ese período histórico. En primer lugar, fue necesario comprender las razones que llevaron a tantas ex esclavas al éxito económico. “Hay una serie de motivos conjugados”, explica el investigador. “En primer lugar, ellas tenían estrategias heredadas de sus regiones de origen en África. Por ejemplo: el pequeño comercio es una tradición femenina en varias regiones africanas, que fue recreada en la América portuguesa”, dice Paiva. “Son las famosas ‘negras de tablero’, que trabajan en las calles.” En general, las actividades de estas mujeres comenzaban vinculadas a sus propietarios. “Ellas eran llamadas ‘esclavas de ganancia’.

Salían a vender productos al principio de la semana y volvían al final, cuando dividían los lucros con sus señores”, explica Paiva. Esto hacía que éstas acumularan dinero suficiente para comprar su libertad -la mayoría de las veces, por medio de un sistema de crédito, que se llamaba “coartación”. “Cabe recordar que éste fue un fenómeno típico de los centros urbanos como Minas Gerais en el siglo XVIII”, dice el autor. Pero Paiva hace una salvedad: al contrario que lo que la historiografía tradicional y los métodos de enseñanza de historia siempre propagaron, no fue un fenómeno único y exclusivo de la minería. “Desde el siglo XVI, los esclavos tuvieron otras actividades, además del trabajo en la tierra.”

Emancipadas
El hecho es que el poder económico de estas mujeres libertadas fue tal que se puede decir que buena parte de la emancipación de la población negra del período en Minas se debe a ellas. “En términos numéricos, el 60% de la población liberta, que llegaba a cerca de 110 mil personas, estaba compuesta por mujeres. Y, en el otro 40%, muchos eran sus hijos, cuya libertad había sido comprada por las madres.”

Si algunas de esas mujeres llegaron a poseer tierras, esclavos y muebles, ¿por qué tamaña importancia para objetos tales amuletos de oro, anillos, tenedores y cuchillos, como los descritos en el testamento de Bárbara Gomes de Abreu e Lima? “Dediqué uno de los capítulos de la tesis a estos objetos, que son, en realidad, amuletos y pendientes o adornos”, explica el autor. “Éstos forman pencas de balangandãs (conjuntos de amuletos existentes en África y muy comunes en Brasil, en donde se colgaban diversos pequeños objetos) fragmentadas, muy probablemente por recelo a la reacción del los visitadores del Santo Oficio. Y la capitanía de Minas era muy controlada”, explica el historiador. La palabra penca no fue hallada en ninguno de los testamentos analizados por Paiva, pero lo ayudó, por medio de una analogía, a explicar el fenómeno.

“Bárbara dejó esos objetos empeñados en manos de hombres poderosos. Y después, en el testamento, ordenaba a sus testamentarios que la penca fuera reconstituida”, explica. También los testamentarios eran hombres importantes, como se nota por los nombres citados en el testamento de Bárbara: Capitão-Mor José Ferreira Brasão, Lourenço José de Queiroz Coimbra, Vigário da Vara da Comarca do Rio das Velhas, Dom José de Carlos Souto Maior, Manoel Marques Cardoso, José Rodrigues de Souza.

Identidad
Paiva no pudo identificar, en el caso de Bárbara, quién habría heredado la penca. En otros casos, los objetos les eran dejados a otras negras, o debían ser enviados a una iglesia. Pero Paiva cree que ese deseo de recomposición era una forma encontrada por las ex esclavas de recuperar la identidad cultural. “Estamos frente a un caso que me hace reflexionar sobre los lazos de solidaridad y culturales, las herencias y tradiciones culturales. En realidad, esta mujer es una especie de reducto de la herencia cultural afro-brasileña. Y para una comunidad que tiene sus códigos, que no están abiertos a cualquier persona”, dice.

“Los colgantes y amuletos de protección celebran las conquistas de estas mujeres y tienen un significado muy diferente al de meros adornos.”El historiador cuenta también el caso de una esclava angolana que llegó a São João Del Rey y, tras comprar su libertad, se transformó en reina de la hermandad del Rosario. “En su testamento, ella exigió que fuera enterrada en la Iglesia Catedral”, narra. “Para nosotros, eso parece no tener significado alguno, pero en la sociedad colonial era muy importante”, dice el investigador. Otra mestiza, que había huido de São Paulo por tener dos hijos fuera del casamiento, llegó a Minas Gerais y enriqueció, cambiando su nombre original por Francisca Poderosa. También ella dejó muchos bienes en su testamento al morir.

Solidaridad
La tesis de Paiva apunta hacia un cambio de paradigma en el entendimiento de la esclavitud brasileña. Al mostrar la emancipación conquistada por las mujeres de Minas Gerais, el historiador rompe con la idea tradicional de aquello que él denomina “imaginario del tronco”. “Estas mujeres no eran tan pasivas ante sus señores. Podían tener lazos de solidaridad con otros esclavos, con libertos y con blancos. Podían desarrollar vínculos sexuales, afectivos o de amistad”, dice.

“A decir verdad, se trata de una sociedad colonial, que adoptó la esclavitud durante case 400 años. Y, durante esa longevidad, esta sociedad se fue se reconstruyendo”. En otras palabras, fueron los negros quienes conquistaron la libertad en el transcurso de esos cuatro siglos y no que los blancos se la otorgaron con una ley puntual, en 1888.

Paiva también afirma que no es solamente el hecho de estar en mayoría lo que hace resaltar la importancia de las mujeres entre los libertos de Minas. “Era mucho más común que las mujeres mantuvieran sus tradiciones culturales que los hombres”, afirma. “Esto se debe a que, pese a que no haya habido un linaje matrilineal en Brasil, lo que se dio fue la formación de familias matrifocales, es decir, concentradas en torno a las madres, principalmente en las comunidades negras”, dice Paiva.

Para el investigador, esto contribuyó mucho en el rol desempeñado por estas mujeres, que eran importantes transmisoras orales de costumbres, creencias y representaciones culturales. “Ellas estaban muy ligadas a la oralidad, y así, por ejemplo, lograban mantener la tradición de las coartaciones que se daban por medio de una ley consuetudinaria, no escrita”. En su libro, Paiva analiza las relaciones familiares entre esclavos y libertos y, también, entre blancos y negros.

El proyecto
Por Mi Trabajo, Mi Servicio y Mi Industria: Historias de Africanos, Criollos y Mestizos en la Época Colonial – Minas Gerais, 1716-1789; Modalidad Bolsa de doctorado; Coordinadora Mary Del Priore – FFLCH/USP; Inversión R$ 71.288,00

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