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Estrategias

Las consecuencias de 20 años de desidia

Desde que fue descubierto hace dos décadas, el Sida adquirió cifras formidables, todas ellas negativas. El Centro de Control de Enfermedades de Atlanta (EE.UU.) estima que existen 36 millones de personas infectadas en el mundo, además de los 22 millones que ya han muerto como consecuencia de la epidemia (150 mil de esas víctimas murieron en Brasil). El Sida es actualmente la cuarta causa de muerte en el planeta. Y la situación continua siendo grave. En junio pasado, se descubrió que aldeas enteras están siendo devastadas por la enfermedad en China, donde la epidemia hizo eclosión después de que el gobierno incentivó la venta de sangre en los años 90, sin las debidas condiciones de higiene. Solamente en África subsahariana existen 25 millones de infectados. Se espera en poco tiempo otra explosión, ahora en las repúblicas de la extinta Unión Soviética, incluida Rusia. Hasta en Estados Unidos la epidemia está creciendo de nuevo, especialmente entre la población negra. Todos los especialistas coinciden en que la situación ha llegado a ese punto en razón de la desidia de los gobernantes de la mayoría de los países, con excepción de algunos pocos, Brasil entre ellos.

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