Investigadores del proyecto Dendrogene – Conservación Genética en Bosques Manejados de la Amazonia, administrado por Embrapa Amazonia Oriental, están levando adelante un trabajo de identificación botánica de las 50 principales especies de árboles de valor comercial del bosque tropical – entre éstas el ‘angelim’, el ‘ipé’ amarillo (lapacho) y la ‘copaíba’. El objetivo del mismo consiste en diferenciar a las plantas de manera clara y didáctica: al ser similares ante los ojos no avezados, las especies acaban siendo confundidas y explotadas de manera desordenada, y no sostenible por parte de los agentes económicos locales.
Y al margen de incrementar el conocimiento científico sobre los tipos de árboles de la región, el esfuerzo taxonómico pretende transferir ese saber – o por lo menos una parte de éste – a los habitantes de la selva. “La correcta diferenciación de las especies arbóreas es importante para la investigación, la industria y el mercado de la Amazonia”, afirma Milton Kanashiro, de Embrapa, coordinador del Dendrogene. “A veces una maderera cree que cortó una determinada especie de árbol, pero por falta de información, acaba retirando otra, cuya explotación solo ocasiona perjuicios”.
Para las empresas, en términos económicos, los errores en la identificación son perjudiciales porque dificultan la entrega de un producto mínimamente uniforme. Desde el punto de vista del mantenimiento de la biodiversidad genética de la Selva Amazónica, la confusión de especies tampoco es buena, pues inviabiliza cualquier tipo de control más depurado de los árboles explotados en la región.
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