El oeste paulista figura como “sertón desconocido”, sin ninguna mención a las poblaciones aborígenes, pero la región cercana a la costa está bastante detallada en el Mappa chorographico da provincia de São Paulo, el primer mapa impreso representando toda la provincia de São Paulo que se convirtió en un instrumento para la administración del territorio. Las primeras copias, impresas en París, en 1841 –alrededor de 100– llegaron al año siguiente a manos de los diputados de la Legislatura, quienes desde 1835 anhelaban contar con mapas para la administración de la provincia, luego de lograr una relativa autonomía tributaria mediante las reformas constitucionales posteriores a la abdicación de don Pedro I, en 1831.
El ingeniero militar Daniel Pedro Müller fue elegido para trazar el mapa. “En 1835 Müller era el ingeniero militar más experimentado y capacitado de la provincia de São Paulo para la ejecución de esa tarea”, analiza José Rogério Beier, historiador que estudia el mapa desde 2012 en la Universidad de São Paulo, bajo la supervisión de la profesora Iris Kantor. Müller se basó en anotaciones personales y en observaciones de otros ingenieros al servicio de la Corona para elaborar su propia representación gráfica de la provincia paulista, que en aquella época incluía a una parte del actual estado de Paraná.
Hijo de padres alemanes, Müller nació en Portugal, estudió en la Real Academia de Marina de Portugal y se mudó a Brasil en 1802, a los 17 años, como ayudante de órdenes del gobernador de la capitanía. Como ingeniero, realizó varias obras, tales como el camino de Piques, la actual calle Consolação, y la fuente de la actual plaza Largo da Memória, en el valle Anhangabaú. Como militar, Müller participó en la campaña contra una amenaza de ataque de los españoles en 1819 y en la guerra del Brasil contra Argentina, en 1825. Como mariscal de campo retirado, regresó a São Paulo. En 1835, la Legislatura recientemente constituida le encomendó una doble misión: ordenar las estadísticas y elaborar un mapa de la provincia.
“El encargo de un mapa y de un estudio poblacional y económico de la Legislatura sugiere un interés de la elite política en la ocupación del territorio, el desarrollo de la infraestructura vial y de comunicación con el puerto de Santos, y con la capacidad de expansión de la ocupación del territorio hacia el oeste”, comenta Kantor. “El estudio y el mapa concebido por Pedro Müller les permitieron a los gobernantes paulistas la consolidación de un proyecto de autonomía y de afianzamiento de los intereses económicos a partir de 1835”, concluye Beier.
El mapa, que medía 102,4 por 151,6 centímetros, a falta de una tipografía adecuada en Brasil, fue enviado a París, que entonces era un polo mundial de producción cartográfica. Las copias “circularon no sólo entre los organismos de la administración provincial y de la corte, sino también entre academias de ciencias, tales como el Instituto Histórico y Geográfico Brasileño, intelectuales y viajeros, como fue el caso de sir Richard Francis Burton”, señaló Beier en un artículo que publicó en 2014 en la revista Tempos Históricos.
Mientras se hallaba investigando, Beier halló un mapa que se atribuía a Müller en el Archivo Público del Estado de São Paulo, que indicaba un camino nuevo que se construiría hacia un pueblo denominado Pinheiros, y lo examinó junto con Élzio José da Silva, coordinador de la sección de cartografía del archivo. “No hallamos ninguna evidencia de que haya sido elaborado por Müller. No contiene firma y la caligrafía no corresponde a la del mariscal de campo retirado”, dice Beier. “El mapa, incluso, no describe un camino hacia el barrio actual de Pinheiros, en São Paulo, sino hacia una población cercana a la por entonces villa de São Carlos, la actual Campinas. La aldea de Pinheiros representada en el mapa, sería la actual ciudad de Valinhos, que en ese entonces era conocida como Pouso dos Pinheiros”. Müller poseía una casa cercana al río Pinheiros. En 1842, endeudado y angustiado, se suicidó ahogándose en el río.
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