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Tecnociencia

Llueve y queda como nuevo

Un vidrio autolimpiante desarrollado por la empresa británica Pilkington está revolucionando la limpieza de ventanas y fachadas (sitio optics.org, 18 de septiembre). El secreto reside en la aplicación de una película de 40 nanómetros (o 40 millonésimas de milímetro) de dióxido de titanio sobre la superficie del vidrio durante el proceso de fabricación. La película funciona de la siguiente manera: cuando la radiación solar ultravioleta entra en contacto con ésta, una reacción química remueve los residuos orgánicos de la superficie.

Como la suciedad no se adhiere, basta con que llueva y la limpieza se completa automáticamente. Ante la falta de lluvia, un chorro de agua resuelve el problema. La única dificultad hasta ahora es el precio del producto, un 20% en promedio más caro que los otros vidrios. Pero el fabricante garantiza que, como la película nunca pierde el efecto, el gasto inicial se justifica por la economía en la limpieza.

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