Elisa Carareto A partir del 31 de octubre, a las solicitudes de financiación de proyectos de investigación remitidas a la FAPESP bajo la modalidad Proyecto Temático debe adosárseles un documento complementario: el Plan de Gestión de Datos, especificando las formas en que el investigador responsable de la propuesta se propone administrar las informaciones resultantes de su trabajo. La obligatoriedad del plan se irá extendiendo gradualmente a partir de 2018 a otras modalidades de ayuda, tales como las propuestas de Apoyo a la Investigación – Regular, Joven Investigador, Becas de Doctorado y de Posdoctorado.
El comunicado que informa de ese requisito pone énfasis en “una adecuada gestión de los datos de investigación como parte esencial de las buenas prácticas investigativas” y la importancia de que las informaciones que surjan de proyectos financiados por la Fundación sean “administradas y compartidas a los efectos de garantizar el mayor beneficio posible para el avance científico y tecnológico”.
El plan de gestión, exigido por agencias públicas y privadas de apoyo a la investigación científica de Estados Unidos, Europa y Australia permite que los investigadores, como parte de la planificación de su proyecto, detallen cómo serán tratados los datos producidos. En el Reino Unido, por ejemplo, se considera que los “datos resultantes de investigaciones financiadas por agencias públicas constituyen un bien común y como tal, deben quedar a disposición en forma abierta y con la menor cantidad de restricciones posible, en forma responsable y a tiempo”. La compartición facilita la economía de recursos, evita la duplicación de investigaciones, protege la integridad, reduciendo el riesgo de plagio, además de ampliar la visibilidad del conocimiento producido y la posibilidad de colaboración.
El sitio web de la FAPESP contiene instrucciones con ejemplos que pueden ayudar en la elaboración del documento, con base en registros similares de instituciones de Estados Unidos y del Reino Unido. El plan valora el intercambio de información por medio de repositorios públicos online, pero no descarta la posibilidad de que el investigador mantenga los datos en reserva cuando por razones éticas o de protección a la propiedad intelectual las informaciones no puedan publicarse, tal como ocurre en el caso de algunos estudios del área biomédica que deben preservar la privacidad de los pacientes.
“En Brasil, el estado de São Paulo será pionero en el establecimiento de políticas e implementación de mecanismos de gestión de datos científicos”, comentó la investigadora Claudia Bauzer Medeiros, coordinadora del programa eScience de la FAPESP y una de las impulsoras de esa iniciativa de la Fundación. Ella recordó que el Código de buenas prácticas científicas, publicado en 2011, establece que los investigadores deben hacer públicos los registros resultantes de su investigación. “Ahora, con el plan de gestión, podrán detallar cómo se administrarán los datos –desde su recabado hasta su preservación– y de qué modo, dónde y a partir de cuándo quedarán a disposición”, dice.
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