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música

Los tambores de Benín

Analizan en un estudio la música de los rituales de los grupos fon y yoruba, de África Occidental

Grupo de músicos de Benín y sus tambores: en poco tiempo más saldrá publicado un libro sobre el tema

Archivo personalGrupo de músicos de Benín y sus tambores: en poco tiempo más saldrá publicado un libro sobre el temaArchivo personal

El grupo étnico fon, del sur de Benín, África Occidental, cultiva un cierto estilo de música ritual que pocos investigadores se han abocado a estudiar. En 1984, a la sazón estudiante en Alemania, el profesor Marcos Branda Lacerda, del Departamento de Música de la Escuela de Comunicación y Artes de la Universidad de São Paulo (ECA/USP), decidió viajar por un lapso de tres meses al país africano para estudiar esta cultura, siguiendo parcialmente el derrotero que puede leerse en los libros del fotógrafo, etnólogo y antropólogo francés Pierre Verger, quien pasó gran parte de su vida en la ciudad de Salvador. Una revisión crítica de su largo trabajo será en publicada en poco tiempo más en el libro Música instrumental no Benin – Repertorio fon e música batá”, de editorial Edusp.

Lacerda se abocó a estudiar también la música de la población yoruba de Benín, principalmente los nagóes, conocidos en Brasil. “Estuve en varias ciudades y estudié un conjunto poco estudiado en esa época, que era el conjunto batá. Tuve oportunidad de entrar en contacto con muchos grupos musicales”, comenta. “Aunque es muy mencionada, la música batá era prácticamente desconocida en la literatura musicológica. El propio Verger se refería a los batáes debido al vínculo con la entidad religiosa Shangó. “Además del grupo fon, elegí para estudiar a los grupos batáes de dos ciudades”, explica.

El investigador dice que existen publicaciones bastante significativas en Brasil sobre investigaciones etnográficas y cuestiones antropológicas afro-brasileñas, además de los trabajos de Verger, tales como los estudios de Reginaldo Prandi. Con todo, en el aspecto etnomusicológico, su estudio parece no contar con precedentes. En la investigación de campo, Lacerda entabló contacto con músicos, y parte del material que grabó acompañará al libro. “El repertorio yoruba que grabé allí es conocido. Saqué hace algún tiempo un CD por el Instituto Smithsoniano, que es muy seguido por la gente del área. De la población fon, la Fundación Nacional de Artes (Funarte) ha publicado algo, pero eso se agotó rápidamente.”

Según el profesor, hay una serie de elementos rítmicos que se profundizan más en el repertorio fon. “Era un repertorio sólo estudiado indirectamente por investigadores fundamentalmente norteamericanos y ghaneses, que trabajaron sobre la tradición del grupo ewe. El grupo fon, culturalmente y también técnicamente, está más cerca de ese repertorio. Existe una profundización de ciertos elementos rítmicos, con características que se diferencian mucho con respecto a las de la música occidental. Es una música sumamente peculiar en su aspecto teórico”, dice. En tanto, el grupo batá sobresale por su densidad sonora, bastante original, aun en el ámbito de los estilos conocidos de música de percusión africana.

Estos estilos están vinculados con los cultos religiosos, pero la propia música fon también está presente en celebraciones de carácter institucional y solemne. Sería lo que los músicos tocarían “en caso de que el presidente del país los visitase”.

Archivo personalSe trata de una música sumamente ligada a las ocasiones en que es originalmente ejecutada, aunque algunos elementos se proyectan en forma diluida en la música africana que se conoce en el mundo. “Los estilos populares apuntan más que nada a una sobriedad de esas texturas; esos repertorios no deben mantenerse de ninguna manera dentro del mismo espectro estilístico.”

Lacerda trabajó únicamente con la percusión (hay en el libro cuatro fotos para dar una idea de cómo son los tambores y el modo de tocarlos), aunque los grupos étnicos practican la música para otros tipos de instrumento y para la voz. “La voz es sumamente importante; pero, por razones estratégicas, me dediqué a las partes musicales llevadas adelante únicamente con los instrumentos”. El trabajo apunta también a cuestiones de índole teórica y a una breve apreciación de cómo la música de estos grupos habría tenido influjo en la cultura brasileña, sobre todo en la música ritual de los cultos afro-brasileños como el candomblé y otras manifestaciones similares de los estados de Maranhão y de Pará.

Branda optó por ceñir su investigación en la práctica al mundo musical africano. Para él, intentar escuchar a los africanos para establecer un puente inmediato con los brasileños comportaría “un riesgo intelectual”. “Lo que pasó en la música no es lo mismo que pasó con las religiones afro-brasileñas y, en este momento, un paralelo excesivamente detallado sería un tanto forzado”, explica. “El universo brasileño es múltiple, de una complejidad conceptual sumamente fuerte, y no hay posibilidades de establecer un puente directo; al menos no con la parte occidental de África”, concluye.

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