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Tecnociencia

Los testigos no siempre son confiables

Para capturar al francotirador que recientemente aterrorizó Washington, la policía estadounidense rastreó extractos bancarios, impresiones digitales y otras pistas técnicas. Pero antes alimentó la esperanza de apresarlo con la ayuda de testigos que presenciaron uno de sus ataques. Desgraciadamente, los testimonios eran tan disímiles que los policías nada pudieron hacer con ellos. Otro dato: el 80% de las condenas que son anuladas mediante pruebas de ADN parte de identificaciones erróneas.

¿Por qué la memoria de los testigos falla? Dos experimentos llevados a cabo 2001 ayudan a aclarar este tema (The Wall Street Journal, 25 de otubre). En simulaciones hechas con estudiantes, Stephen Goldfinger, de la Universidad de Arizona, mostró que a un testigo blanco le es más difícil reconocer al cómplice negro de un asaltante negro que al cómplice blanco de un asaltante negro. La explicación para ello reside en que la diferencia llama más la atención.

Otro experimento, realizado por neurólogos de Londres, examinó la actividad cerebral en situaciones en las cuales las personas notan o dejan de notar pequeños cambio al retornar a un ambiente. Y nuevamente el problema reside en la atención. Si ciertas áreas de la retina no son activadas, la persona no nota los cambios. Por lo que todo indica, nuestra atención claudica en detalles periféricos. Si el arma en la mano del ladrón nos impresiona más que el ladrón, no vemos su rostro.

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