Desde hace décadas, el interés por la educación ha dejado de restringirse al universo de sus profesionales –los profesores y los responsables por las políticas públicas– y ocupa un lugar de creciente relevancia en los debates sociales. Las políticas públicas, como la progresión continua, han generado polémicas que movilizan a los más diversos segmentos de la sociedad. A medida en que la escuela pública fue dejando de ser una institución selectiva y se abrió a estratos de la población que antes no tenían acceso a ella, la importancia y la complejidad de sus problemas pasaron a ser objeto de preocupación generalizada.
Esta expansión del interés general por cuestiones educativas tiene innegables méritos. La misma resalta el carácter público de su importancia y la necesidad de llevar adelante una amplia discusión acerca de sus rumbos, ya que tales problemas no son de índole exclusivamente técnica. Por otra parte, no es extraño observar en tales discusiones un exceso de clichés y slogans que sustituyen a la reflexión crítica rigurosa o a la investigación sistemática, incluso en el medio académico. En ese sentido, el Dossiê Educação, de la revista Estudos Avançados 42 (mayo/agosto), es un fiel retrato de la amplia diversidad de perspectivas, intereses e influencias presentes en este debate.
En él se abordan desde los problemas más amplios y generales –como la formación de los docentes, la implementación de ciclos y la evaluación de los sistemas– hasta relatos de experiencias puntuales, como la Escuela Itinerante del Movimiento de los Sin Tierra (MST). La amplitud temática y el tratamiento sumario de ciertas cuestiones no siempre propician la profundización de problemas cuya importancia exige por parte de la universidad un análisis crítico criterioso y no solamente debates acalorados. Con todo, esto no impide que encontremos en esta publicación reflexiones preciosas sobre el panorama de la educación en Brasil hoy.
Éste es el caso, entre otros, de los artículos de José Mário P. Azanha y Franklin Leopoldo e Silva. Ambos, aunque abocados a temas específicos, presentan contribuciones significativas para debates generales sobre los rumbos de la educación, precisamente porque superan las frases hechas. En Uma reflexão sobre a formação do professor da escola básica, Azanha se aparta de las prescripciones abstractas comunes, que conciben a la formación docente en términos de desarrollo de cualidades personales del maestro o de las supuestas características del niño, para focalizarla en su entorno institucional.
La noción de vida escolar –presentada por Azanha como un concepto nuclear en la formación de los docentes– rompe con toda esa suerte de psicologismos y economicismos dominantes en los discursos educacionales actuales, que oscurecen la peculiaridad de las prácticas y valores que históricamente han marcado los objetivos de las instituciones escolares. Preocupación que por cierto reaparece en Reflexões sobre o conceito e a função da universidad pública, el artículo de Franklin.
Sus observaciones sobre la independencia en los procesos de investigación y de debate en el seno de la universidad indican una posible especificidad de la contribución que la universidad puede hacer al debate público sobre la educación. No se trata de transformarla en una “especialidad técnica”, accesible solamente para los iniciados, sino de superar los clichés, sometiéndolos a la criba del análisis crítico riguroso y de los estudios sistemáticos, tareas éstas que caracterizan a los ideales universitarios. Esto no reemplaza al diálogo amplio y diversificado, pero lo enriquece de manera inigualable.
*José Sérgio Fonseca de Carvallo es profesor de Filosofía de la Educación de la FE/USP y autor del libro Construtivismo: Uma Pedagogia Esquecida da Escola
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