El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, presentó en abril su primera propuesta de presupuesto para 2022. Faltan pulir los detalles, pero el documento marca un aumento significativo de la inversión pública en investigación y desarrollo (I&D). En el mismo estarán contempladas prácticamente todas las agencias federales, especialmente aquellas ligadas a la lucha contra el covid-19 y a los cambios climáticos. Está pre previsto un incremento del 22,5 % en el presupuesto de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), que en 2022 dispondrían de 8.700 millones de dólares. Asimismo, la National Science Foundation, la principal agencia de fomento de la ciencia básica del país, recibiría un reajuste del 20 %, llegando así a unos 10.200 millones de dólares. Para combatir los cambios climáticos, Biden propuso un aumento del 10,2 % en las asignaciones al Departamento de Energía, que contaría con 46.100 millones de dólares, y de un 25,5 % en el presupuesto de la Administración Nacional Atmosférica y Oceánica (Noaa), que tendría a su disposición 6.900 millones de dólares. Los Institutos Nacionales de Salud (NIH), que constituyen lo que es el principal centro de investigación biomédica mundial, recibirían 51.000 millones de dólares (un 21,4 % más que este año). La propuesta todavía debe discutirse en el Congreso, que tiene la última palabra en lo que respecta al presupuesto y define cuánto percibirá cada agencia. Con todo, la noticia fue recibida con alivio por la comunidad científica estadounidense, que vislumbra un cambio de postura radical de la Casa Blanca en relación con las inversiones en ciencia y tecnología.
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Más dinero para la ciencia en Estados Unidos
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