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Política C&T

Meta superada

La FAPESP cierra el ejercicio 2003 con una recuperación financiera superior a la prevista

El año 2003, que para la FAPESP se inició casi como una prosecución de las medidas de austeridad iniciadas en el año anterior, terminó con la cosecha de los primeros y dulces frutos de las amargas decisiones tomadas con anterioridad. Luego de adecuar su financiamiento de la investigación científica y tecnológica a la crisis cambiaria que se registró a lo largo de 2002, y simultáneamente ajustar la atención de la creciente demanda de becas y auxilios a su capacidad financiera, la agencia paulista de fomento cerró el ejercicio con una disponibilidad de 602 millones de reales, un 9,5% por encima de la meta estipulada por su Consejo Superior.

Esta recuperación es indispensable para asegurar con tranquilidad la continuidad del fomento a la investigación científica y tecnológica en el estado de São Paulo, pues los ingresos patrimoniales de la Fundación siempre fueron un complemento importante, que se suma a los giros del Tesoro estadual. En 2003, las transferencias del Tesoro sumaron 320,7 millones de reales, mientras que los otros ingresos (especialmente los patrimoniales) ascendieron a 144,44 millones de reales.

Esto le permitió a la FAPESP reanudar gradualmente las compras en el exterior suspendidas en 2002 excepto en casos indispensables para evitar perjudicar sensiblemente las investigaciones, llegando a autorizar importaciones de bienes y servicios para proyectos ya aprobados y con vigencia hasta 2007. Posibilitó también que se desembolsasen durante el año 354,8 millones de reales en el fomento a la investigación, un 22,1% menos que el gasto del ejercicio anterior, tal como lo demuestra el Informe de Actividades 2003 de la institución, que se presenta ahora.

“La crisis cambiaria que llevó a la FAPESP a tomar una serie de medidas restrictivas, le permitió también a la Fundación formular un nuevo programa de gestión, con el objetivo de recomponer con niveles ampliados su capacidad patrimonial neta, por un lado, y por otro, mantener todos sus programas, fortaleciéndolos o incluso ampliándolos en algunos casos”, dice Carlos Vogt, presidente de la FAPESP. Así, añade el presidente, se tomaron medidas cuya expresión instrumental pasó a plasmarse por medio de resoluciones destinadas a reglamentar los procedimientos. “Se cumplió, y atendiendo toda las demanda registrada en la FAPESP, y así se reunieron las condiciones objetivas de atención de nuevos programas.”

La informatización
Sin embargo, 2003 fue también un año de ordenamiento administrativo de la Fundación, de manera tal de hacer más ágil y eficiente la atención brindada a los investigadores. Se inició la informatización de su gestión de programas y procesos, mediante el desarrollo del Sistema de Apoyo a la Gestión de Fomento, en sociedad con el Centro de Estudios y Sistemas Avanzados de Recife (Cesar). En el segundo semestre de 2004 se iniciaron las pruebas de este sistema, que comenzará a funcionar en enero de 2005. A partir de esa fecha, la presentación ante la FAPESP de los trámites destinados a la solicitud de becas y auxilios se llevará a cabo en forma electrónica, como así también su seguimiento (dictámenes de asesores, solicitudes de alteraciones de plazos y de uso de recursos, etc.).

“El proceso de informatización se encuentra actualmente en una fase avanzada de desarrollo; tanto es así que la Fundación empezará a operar efectivamente en forma electrónica a partir de comienzos del próximo año, para los procedimientos internos y también para todos aquéllos ligados a la actividad que es el fin de la Fundación”, afirma Carlos Vogt. De acuerdo con el presidente, la informatización resultará en una mayor agilidad, mayor flexibilidad y mayor visibilidad de todos esos procedimientos, redundando en beneficio de la comunidad científica.

Incluso para mejorar el intercambio de información y la comunicación con los investigadores, se llevó a cabo en 2003 una reformulación del sitio de la Fundación, y se creó el servicio online Hable con la FAPESP, que direcciona las dudas de los investigadores hacia el sector competente dentro de la institución, que las responde por e-mail en un plazo promedio de 48 horas. Se creó también la agencia electrónica de noticias de ciencia y tecnología: Agência FAPESP, que actualmente envía boletines diarios a alrededor 28 mil personas en todo el país, y recibe 8 mil ingresos diarios en su sitio.

En el año 2003 la FAPESP aprobó 7.466 nuevos proyectos de investigación, de los cuales 3.838 fueron nuevas becas, 2.944 nuevos auxilios regulares y 684 nuevas becas y auxilios ligados a los programas especiales y a los programas de innovación tecnológica (vea en el recuadro de la parte superior).

En total, se destinaron a becas (a las nuevas y a las concedidas en años anteriores y todavía vigentes) en el año 135,87 millones de reales, que corresponden a un 38,3% del total de 354,8 millones desembolsados por la FAPESP. A los auxilios regulares se giraron 146 millones de reales –o un 41,2% de los gastos de la FAPESP con su actividad fin– y a los programas especiales y programas de innovación tecnológica, juntos, se destinaron 72,9 millones de reales, el 20,5% del total.

En el gráfico de la página siguiente es posible visualizar la participación porcentual del desembolso de la FAPESP, acorde a cada línea de fomento, en 2003 y durante una serie histórica iniciada en 1996. Es importante verificar por ejemplo que el desembolso con becas durante el ejercicio pasado, cuando, pese al mayor rigor en la selección y la aprobación de solicitudes, y la caída de un 11,3% en los gastos con relación a 2002, fue uno de los más altos de los últimos ocho años, prácticamente empatando con el de 2000, que llegó al 38,4%.

El alto compromiso de los recursos de fomento con becas tiene su causa en el aumento de la demanda registrado durante la última década en esa modalidad de apoyo, que era en parte seguida por el incremento del número de concesiones de parte de la FAPESP. Si se toma el año 1994 como referencia, las solicitudes de becas treparon de 2.256 a 8.081 en 2003, correspondiendo esto a un crecimiento del 258%. En igual período, el número de becas aprobadas creció un 199%: pasó de 1.282 en 1994 a 3.838 el año pasado. Cabe enfatizar que en 2000 –antes de implantar su política de mayor rigor en la evaluación de nuevas solicitudes de becas, y de efectuar el análisis comparativo de las propuestas– las aprobaciones habían llegado a las 5.213 bolsas, correspondiendo así a un aumento con relación a las nuevas concesiones hechas en 1994 del orden del 306%.

“El mayor rigor en la evaluación de los pedidos de becas refleja la competencia por esos recursos”, dice el director científico de la FAPESP, José Fernando Perez. Para el directivo, el incremento de la demanda calificada ha sido muy grande y la Fundación no logra atenderla, pese a destinar el 38,3% de su desembolso a becas –es decir, a la formación de recursos humanos. “El sistema de investigación del estado tiene una capacidad instalada para formar más gente y no lo está haciendo. Eso debería ser objeto de reflexión por parte de las agencias federales.”

Doctorado y posdoctorado
Cabe subrayar la importancia otorgada por la FAPESP a la iniciación científica –fueron 1.846 nuevos proyectos aprobados en 2003, sobre un total de 3.838 nuevas becas –y al doctorado y posdoctorado. Al primero de estos dos últimos, por medio tanto de las becas de doctorado como de las de doctorado directo, se destinaron 78,8 millones de reales, sobre un total de 135,9 millones de reales desembolsados con becas, lo que corresponde al 58%. Con el posdoctorado se gastaron 28,8 millones de de reales, el 21,3%. Juntas, ambas modalidades recibieron un 79,3% del total desembolsado con becas regulares.

Las áreas de conocimiento que recibieron mayor volumen de recursos el año pasado –tanto totales como en la modalidad de becas– fueron salud, biología e ingeniería, tal como sucede en los últimos años.

La participación de los auxilios regulares, incluidos los proyectos temáticos, en los gastos de fomento de la FAPESP durante el año permaneció arriba del 40%. Aun así hubo una reducción de recursos del orden del 26,1% con relación a 2002. Para los programas especiales y los programas de innovación tecnológica la reducción de recursos fue del orden del 30,4%.

Con los programas especiales y los de innovación tecnológica se gastaron respectivamente 29,4 millones de reales y 43,4 millones de reales. Entre los programas especiales, los mayores valores se destinaron al programa de Apoyo a Jóvenes Investigadores en Centros Emergentes (o simplemente Jóvenes Investigadores) –tendiente a formar nuevas líderes en investigación, radicar jóvenes doctores en el estado y diversificar los centros de investigación– y al programa Apoyo a la Red ANSP– Academin Network at São Paulo, encargada de conectar las redes de computadoras académicas y de los institutos y centros de investigación científica y tecnológica de São Paulo entre sí y con Brasil y el exterior.

Entre los programas de innovación tecnológica, los mayores desembolsos fueron para el Programa Innovación Tecnológica en Pequeñas Empresas (PIPE) –que financia la investigación en empresas paulistas con hasta cien empleados– y para el programa Centros de Investigación, Innovación y Difusión (Cepid), que financia diez centros de excelencia en el estado.

Para Carlos Vogt, el seguimiento que el Informe efectúa respecto a las actividades desarrolladas por la FAPESP muestra que el rumbo seguido por la Fundación es el correcto, y apunta un rol que va mostrándose cada vez más sólido y importante en el apoyo dado al sistema de producción cultural, científica y tecnológica del estado de São Paulo y de Brasil.

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