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Carta del editor | 152

Mitos que caen

Durante este mes de elecciones, la portada de esta edición pone en cuestión una opinión arraigada en el seno de la población. ¿El horario electoral gratuito interesa solamente a los propios candidatos y es poco visto por la población en general? Encuestas del instituto Ibope apuntan que la propaganda política tiene entre un 30% y un 40% de audiencia, porcentajes que desmienten el supuesto rechazo total de los electores que ven televisión y escuchan radio. Científicos sociales entrevistados por el editor de humanidades Carlos Haag, a partir de la página 18, se refieren al poder efectivo que tendría sobre el elector la información que transmiten directamente los candidatos, lo que se comprobaría con los ejemplos de políticos que saltan al frente de los adversarios después de que la visibilidad de sus propuestas se amplía en los medios electrónicos. Los investigadores recuerdan otro factor que consideran benéfico de los comerciales electorales: el hecho de que la propaganda no es pagada por los políticos ni por los partidos combatiría, por añadidura, el abuso del poder económico. La Receita Federal [el organismo federal de recaudación tributaria] brinda exención fiscal a los medios de comunicación por llevar a cabo tales transmisiones, y los candidatos deben adecuarse a un determinado tiempo previamente estipulado. Es decir, el hecho de tener recursos no les asegura más tiempo de exposición. Aunque esta propaganda ha sido muy criticada por la medios de comunicación electrónicos, es posible que los electores salgan ganando con la oportunidad de conocer un poco más a aquéllos a quienes votarán.

La circulación de la información también está en la raíz de la expresión “fuga de cerebros”, utilizada desde la década de 1950 para describir el éxodo de científicos en busca de las mejores condiciones que se les ofrecen en los países más ricos. Normalmente este fenómeno es citado de manera peyorativa, como si Brasil y otros países en desarrollo que invierten en talentos prometedores estuvieran siendo expoliados por reclutadores extranjeros. Definitivamente, no es así como ocurre todo. Hay estudios que apuntan que el ir y venir de científicos de todos los matices puede aportar beneficios a las naciones económicamente menos favorecidas. En Brasil existen pocos trabajos sobre el tema, pero dos de ellos, uno de 1972 y otro de 1999, revelaron que la fuga de cerebros es pequeña. Alrededor de un 5% se quedó trabajando en el exterior después de terminar sus estudios. El editor de política científica y tecnológica, Fabrício Marques, explica de qué manera las redes de diáspora pueden aprovechar, aunque sea remotamente, el capital humano de los profesionales que emigran (página 30).

En el canal de tecnología, procuramos entender el tamaño del desafío que representan las reservas de petróleo y gas ubicadas debajo de la capa de sal en el mar. El editor Marcos de Oliveira comenta que será necesario innovar desde la perforación a una profundidad máxima de 7 mil metros hasta el transporte de la materia prima a tierra firme (página 70). Estos nuevos estímulos a la investigación le dan la bienvenida no solamente a la riqueza disponible en la llamada  “capa presal”: el país gana también con el desarrollo de tecnologías para su explotación.

En las páginas de ciencia, Francisco Bicudo y Maria Guimarães presentan una nueva visión de las bacterias (página 48). Sin ellas, el sistema inmunológico no funciona como debería. Un grupo de Minas Gerais demostró que la total ausencia de bacterias en mamíferos lleva al organismo a dejar de producir una reacción inflamatoria esencial para combatir lesiones de diversos tipos. Desde 2004, los investigadores trabajan para aprender más sobre esta cuestión, que ayudará a entender algunos procesos fisiológicos importantes.

Por último, no deje de leer Pesquisa FAPESP durante los próximos meses. Tal como sucedió con la exposición Revolución genómica, el equipo de la revista es responsable, junto al Instituto Sangari, de la programación cultural de la exposición Einstein (página 42), en cartelera en la capital paulista, y por ello retratará en sus páginas las charlas y debates sobre la vida, la obra y las ideas de uno de los grandes científicos de todos los tiempos.

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