Una experiencia pionera, realizada en un edificio residencial de Uberlândia, Minas Gerais, demostró la factibilidad de reducir un 70% el volumen de residuos sólidos enviado a los rellenos sanitarios (Waste Manajeent & Research). Iniciado en 1998, cuando toda la basura iba a parar a los rellenos, este trabajo evolucionó lentamente, según comentan Manfred Fehr, Mirlei de Castro y Marilda Calçado, de la Universidad Federal de Uberlândia. En la actualidad, las familias separan los residuos en biodegradables e inertes, en el primer paso de la red de reciclado. Luego el personal del edificio hace una separación más rigurosa. El material va a los distribuidores y recicladores. Un productor rural recoleta todos los días el material biodegradable para usarlo como alimento animal o compostaje. “Todo sin costos para las arcas públicas”, subraya Fehr. Éste y sus colegas arribaron a la conclusión de que no es necesario esperar órdenes municipales para empezar a reducir la cantidad de residuos.
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