En el mes de agosto, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó un borrador de regulación de la inteligencia artificial (IA) para reducir los riesgos de caer en prejuicios y violaciones de los derechos civiles. El decreto presidencial exige a los creadores de los sistemas de IA que entrañen riesgos para la economía o la salud pública que compartan con el gobierno los resultados de los test de seguridad antes de su difusión masiva. El documento instruye a las agencias el establecimiento de estándares para las pruebas y la definición de riesgos. Los nuevos requisitos van más allá de los compromisos voluntarios asumidos a principios de este año por las empresas de desarrollo de IA, tales como OpenAI, Google y Meta, que se comprometieron a incluir marcas de agua en el contenido generado por IA para que la tecnología sea más segura. Como parte del comunicado de Biden, el Departamento de Comercio “desarrollará orientaciones para la autenticación de contenidos y marcas de agua” para etiquetar a los artículos generados por IA y garantizar que las comunicaciones gubernamentales sean confiables. El líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, dijo que espera completar la legislación sobre IA en pocos meses más (Agência Reuters, 30 de octubre).
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