Una cinta métrica alrededor de la panza lejos está de ser la única manera de medir la obesidad. Al menos en lo que se refiere al tipo de obesidad que pone en riesgo la vida debido a accidentes cardiovasculares, tal como muestra un trabajo del Instituto del Corazón (InCor) de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (Atherosclerosis). El equipo empleó la tomografía computarizada para detectar calcificaciones y placas en las arterias –causantes de la enfermedad arterial coronaria– y medir la grasa en 125 pacientes. Lo importante fue distinguir entre la gordura abdominal y la visceral, que se ubica dentro del abdomen y secreta sustancias que aumentan su participación en las enfermedades asociadas a la obesidad, tales como la diabetes y la hipertensión. El estudio confirmó que la grasa visceral está fuertemente asociada a la enfermedad coronaria, y no detectó la relación entre las mediciones tradicionales –que evalúan la grasa como un todo– y los depósitos de ésta en las arterias.
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