Michael HrncirLas abejas que nunca abandonaron la colmena pueden aprender a ubicar a las plantas ricas en néctar y polen solamente por el aroma transportado por el viento o por otras abejas hacia la colonia. Ya se imaginaba eso, pero faltaba demostrarlo. Pero ahora, la zoóloga brasileña Ana Carolina Roselino, de la Universidad Estadual Paulista (Unesp), en el campus de Rio Claro, y el austríaco Michael Hrncir, de la Universidad Federal Rural del Semiárido, en Río Grande do Norte, comprobaron esa hipótesis mediante un test con abejas melíferas, las comúnmente denominadas en Brasil uruçus (Melipona scutellaris), una especie sin aguijón del bosque atlántico. Como primera medida, expusieron a un grupo de abejas a un flujo de aire que contenía geraniol, y a otro, a un aire con linalool. Luego, las colocaron en una caja de acrílico conteniendo dos recipientes con agua azucarada: uno con aroma a geraniol y otro, a linalool. Alrededor del 70% de las abejas expuestas al geraniol se alimentó del recipiente con ese compuesto. Una proporción similar del otro grupo prefirió el cuenco con linalool. Las abejas no familiarizadas con los aromas escogieron su alimento en modo aleatorio. (Animal Behavior, marzo 2012).
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