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CARTA DE LA EDITORA | 250

Para abordar temas difíciles

En la reunión de pauta del equipo de Pesquisa FAPESP para definir los artículos que componen la presente edición, uno de los debates giró en torno del equilibrio de los principales temas que se abordaron: el tema de tapa dedicado al Sida, tratamientos para adictos al crack, seguimiento de la labor de identificación de las osamentas exhumadas en el cementerio de Perus, de la capital paulista, en 1990. ¿Justo la última edición del año sería así, tan densa?

Si nos atenemos a la temática, la respuesta es afirmativa. Se pensó en diferir el tratamiento de algunos temas, pero todos ellos ameritaban su permanencia: el 1º de diciembre es el día internacional de la lucha contra el Sida, una ocasión adecuada para debatir sobre el curso de la lucha contra la epidemia. Los artículos referidos al crack y a Perus abordan programas dependientes, en parte, de recursos municipales; la asunción de un nuevo gobierno municipal en enero próximo torna oportuna la presentación de los resultados obtenidos hasta ahora.

La existencia de lo que se denomina “gancho”, en la jerga periodística, no es el único motivo para haber mantenido a esos tres asuntos dentro del repertorio de esta edición: pese a que tratan sobre temas que podrían considerarse complejos, los reportajes contribuyen a la comprensión de esos temas por el público lector y ofrecen perspectivas y resultados auspiciosos. El artículo de tapa muestra que la epidemia del Sida sigue propagándose. En las últimas décadas hubo enormes avances que posibilitaron el aumento de la longevidad y una mejora en la calidad de vida de los pacientes VIH positivos. Las investigaciones prosiguen, con relieve para la prevención de la transmisión entre los grupos de riesgo, incluso mediante el uso de medicamentos. Hay estudios que revela que la prevención de la infección podría reducir en un 30% los gastos de atención de los pacientes con Sida. Simultáneamente, se ha puesto especial énfasis en combatir la discriminación contra esos grupos.

El artículo que se ocupa del esfuerzo de São Paulo, tanto a nivel municipal como estadual para la atención de los adictos al crack, revela que, pese a las diferentes posturas entre las esferas gubernamentales, su abordaje es similar. La oferta de espacios donde los adictos puedan recibir cuidados básicos, tales como una ducha o un corte de pelo, permitiéndoles sentirse cómodos para que, a su tiempo, busquen atenderse allí para tratar su adicción, es un común denominador de esos programas. El enfoque del artículo recae sobre una estrategia innovadora, mal comprendida y (tal vez por ello) polémica, denominada manejo de contingencias, que consiste en una recompensa económica, mediante vales de compra como premio a la abstinencia. La experiencia de aplicación de este principio, por primera vez, al tratamiento de la dependencia al crack fue exitosa: el 21% de los se sometieron a dicha estrategia permanecieron abstinentes durante todo el plazo del estudio, que duró tres meses. Como contrapartida, ninguno de los integrantes del grupo de control mantuvo la abstinencia durante todo ese lapso de tiempo. Puede que las cifras parezcan poco significativas, pero, en este campo, otra de las posturas compartidas es que no hay un único camino: es posible que el tratamiento que vale para uno no surta efecto en otro.

Los esqueletos exhumados de una fosa común en el cementerio de Perus constituyen un capítulo complejo ‒y aún abierto‒ de la historia reciente del país. Más de mil cajas, actualmente bajo la custodia de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp), son analizadas por un equipo multidisciplinario integrado por arqueólogos, médicos forenses, bioantropólogos y odontólogos forenses que cuidadosamente limpian, ordenan y clasifican las piezas para intentar identificarlas, cotejando las informaciones que revelan los huesos con los datos obtenidos con los familiares de los desaparecidos. El Grupo de Trabajo Perus, resultado de un convenio de la Unifesp con la municipalidad de São Paulo y el gobierno federal, estará completando su labor hacia el final de 2017, una tarea que ya lleva décadas, sumando su aporte al avance de las ciencias forenses en el país (página 76).

Poco después de la reunión de pauta, recibimos una llamada de un observador atento de los debates sobre política científica: “Ustedes deberían entrevistar a estarlo”. Se refería del físico sudafricano Neil Turok, director del Instituto Perimeter, de Canadá. Turok visitó Brasil, con motivo del simposio organizado en conmemoración de los cinco años del Instituto Sudamericano de Investigación Fundamental (SAIFR, por sus siglas en inglés), cuya sede se encuentra en São Paulo, y cuenta con el apoyo de la FAPESP.

Según Turok, es preciso que se ponga a los jóvenes estudiantes en contacto directo con las fronteras del conocimiento para que sean creativos, para que así, cuando sea necesario, puedan aprender puntualmente lo que necesitan para progresar. El Instituto Perimeter no busca investigadores que tengan trabajos con alto índice de impacto, sino los que son poco convencionales, de orígenes diferentes y con diversidad de género. En la entrevista, Turok también relata su experiencia de fundar un instituto interdisciplinario en África, dedicado al análisis matemático de los datos científicos surgidos en cualquier área. Esa instigadora entrevista tuvo su espacio en esta edición, junto con la de la también física Gabriela González, una argentina que se desempeña como portavoz del Ligo, un experimento dedicado a la detección de ondas gravitacionales. González relató los entretelones del acontecimiento científico más fascinante de 2016.

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