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Ciencia

Piedras en medio de la evolución

Un estudio de la USP derriba el modelo de uso y confección de herramientas

La reconstrucción de cómo surgió la necesidad de usar y confeccionar herramientas en la evolución humana se acaba de encontrar en el camino con un obstáculo inesperado. Al observar el comportamiento del mono capuchino (Cebus apella), investigadores del Instituto de Biociencias de la Universidad de São Paulo (USP) desmontaron el modelo construido hace algunos anos, según el cual, los simios mostrarían el camino que sería seguido más tarde por los hominídos.

Además del hombre, tan solo el mono capuchino, el chimpancé (Pan troglodytes), el orangután (Pongo pygmaeus) y el gorila (Gorilla gorilla) son capazes de utilizar piedras y palos como herramientas para abrir cocos y castañas, por ejemplo. Si se los entrena, los cuatro hacen esto en cautiverio, y apenas los dos primeros son naturalmente capaces de repetir la operación en el propio hábitat, según algunos investigadores. Este hecho, transformó al mono capuchino en un posible modelo para entender cómo el hombre comenzó a usar hachas, martillos, arpones y otros instrumentos.

El trabajo de los investigadores Euphly Jalles-Fillo, Rogério Grassetto Teixeira da Cunha y Rodolfo Aureliano Salm, publicado en el Journal of Human Evolution (mayo), demostró que tal modelo, hasta entonces ampliamente aceptado, no es correcto. Demostraron que los monos capuchinos no tienen la habilidad de transportar las herramientas en sus desplazamientos por el territorio como hacía el Homo habilis, 2.6 millones de años atrás, la primera especie de homínidos en ser asociada a los trozos de piedra usados como instrumentos.

“Investigaciones realizadas en Etiopía, Tanzania y Kenia indican que el Homo habilis andaba por extensas áreas cargando su propio material y esta característica no la tiene el mono capuchino”, explica Jalles. Se encontraron en estas regiones lascas de piedra utilizadas como herramientas que eran originarias de otros lugares. La reconstrucción llevada a cabo por los investigadores dejó claro que eran de áreas diferentes, es decir, fueron transportadas por el Homo habilis. “La evidencia concreta del uso y confección de instrumentos es el hecho de que fueron cargados por homínidos y fue esto lo que, probablemente, influyó en la evolución de dicho uso”. Entonces el modelo imaginado hasta ahora falla en el aspecto crucial de la cuestión: el desarrollo de amplias redes de transporte de herramientas y los materiales para su producción. Así, el comportamiento entre los monos capuchinos no presenta similitud funcional y formal con el comportamiento tecnológico de los primeros homínidos.

El objeto de estudio para ayudar a entender la evolución, el mono capuchino, fue escogido por ser considerado como una de las especies más inteligentes de las Américas, además de por su reconocida habilidad. Curiosos, inquietos y como máximo con medio metro de altura, son cada vez más estudiados por los investigadores brasileños, estadounidenses y europeos, incluso como opción para estudios comparativos con el chimpancé, oriundo de África. En América del Sur, se encuentran monos capuchinos desde Colombia hasta Argentina. En Brasil, viven en ambientes tan variados como la Amazonía, el Cerrado (Sabana), la caatinga o el Bosque Atlántico.

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