Era algo intuitivo, pero faltaba probarlo. Los primeros resultados de un estudio realizado por investigadores británicos indican que áreas plantadas con árboles son bastante eficaces para controlar el drenaje de agua y logran reducir bastante el impacto de las inundaciones (The Economist, 23 de octubre).
Trabajando en un área de cría de ovejas, Howard Wheater, del Imperial College, de Londres, verificó que en los pastos intensamente pisados por los animales la tasa de absorción era nula: toda el agua de la lluvia que caía seguía adelante. Hasta ahí, nada nuevo. Pero Wheater constató también que en los pastos menos pisoteados – más permeables – la tasa de absorción era de 10 centímetros por hora.
Y mejor todavía: las áreas con árboles jóvenes, con pocos años de edad, sin que el suelo haya sido machacado por las patas de los animales, presentaron una impresionante tasa de 80 centímetros por hora. El Reino Unido gasta alrededor de 700 de dólares millones por año para defender a las ciudades de las aguas de los ríos y del mar.
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