Los expertos en seguridad pública Gabriela Lotta y Rafael Alcadipani, de la Fundación Getulio Vargas (FGV), invitaron a 5.746 policías civiles y militares brasileños a responder una serie de preguntas, entre ellas “si alguna vez habían puesto en peligro su vida en el trabajo”, o hasta qué punto estaban dispuestos a arriesgarla por el bien público o por un determinado grupo de individuos. De los 2.733 policías que respondieron, el 42 % manifestó haber estado en peligro mortal “muchas veces” y el 28 % “varias veces”. Se mostraron más proclives a arriesgar su vida por sus compañeros, niños, ancianos, mujeres y personas con un empleo formal. Y en menor medida por otras minorías, como las personas en situación de calle y las del colectivo LGBT. “La cultura de la fuerza policial, marcadamente masculina y machista, explicaría la reticencia de los policías a dar su vida por los miembros de la comunidad LGBT”, escribieron los autores del estudio, un trabajo conjunto de Nissin Cohen, de la Universidad de Haifa (Israel), y Teddy Lazebnik, del University College London (Reino Unido). El compromiso profesional y la autorrealización fueron algunas de las motivaciones para afrontar el peligro por los demás (The American Review of Public Administration, 11 de septiembre).
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