Imprimir Republish

Política C&T

Pro-Ciencias: el balance es positivo

El programa hizo posible la capacitación de 7.942 profesores de la enseñanza media

Finalizado el convenio entre la Coordinación de Perfeccionamiento del Personal de Nivel Superior (Capes), la Secretaría de Estado de Educación y la FAPESP, para la implementación del Pro-Ciencias en el estado de São Paulo, el balance de las actividades es positivo. En total, y a lo largo de seis años, fueron implementados 123 proyectos coordinados por los profesores de la Universidad de São Paulo, Universidad Federal de São Carlos (UFSCar), Universidad Estadual Paulista (Unesp), Pontificia Universidad Católica de São Paulo (PUC-SP), entre otras, para la capacitación de 7.942 profesores de enseñanza media del estado de São Paulo. “El Pro-Ciencias fue un éxito en São Paulo”, evalúa Marília Pontes Sposito, de la Facultad de Educación de la Universidad de São Paulo (USP), coordinadora del programa en el estado.

El Programa de Apoyo al Perfeccionamiento de Profesores de Enseñanza Media en Matemática y Ciencias, conocido como Pro-Ciencias, es una iniciativa de la Capes y la Secretaria Nacional de Enseñanza y Tecnología del Ministerio de Educación. Tiene como principal objetivo el perfeccionamiento en servicio de los profesores de la enseñanza media en las áreas de matemática, física, química y biología, mediante el apoyo a la innovación pedagógica. La estrategia de implantación del programa consiste en estrechar la relación entre las escuelas públicas y las universidades, para mejorar el dominio de los contenidos curriculares en el ámbito de las escuelas secundarias públicas, en sintonía con los avances producidos en las diferentes áreas del conocimiento.

El programa fue estructurado en su primera fase en diversos estados, en asociación con las Fundaciones de Apoyo a la Investigación y las Secretarías Estaduales de la Educación. Los proyectos tenían como punto de partida los actuales lineamientos que integran las propuestas de la Ley de Directrices y Bases (LDB), las Directrices Curriculares Nacionales para la Enseñanza Media, los Parámetros Curriculares Nacionales para la Enseñanza Media y La Escuela de Cara Nueva – Programa de Educación Continua.

Inversiones
Entre julio de 1996 y febrero de 2001, a través de un convenio con la FAPESP, en el caso de São Paulo, la Capes invirtió 9,3 millones de reales en el programa, beneficiando a profesores de la enseñanza media, entonces en su condición de alumnos, en las cuatro áreas de conocimiento contempladas por el Pro-Ciencias. Los proyectos del Pro-Ciencias en el área de biología atendieron a 1.133 profesores-alumnos. En el área de física, fueron 1.837; en el área de química, 1.044; y los de matemática, los más concurridos, contaron con un total de 3.928 profesores-alumnos.

El programa fue implementado por medio de proyectos presentados por las universidades. Cada uno de los proyectos era coordinado por un profesor con título de doctor como mínimo, responsable por la implementación y el seguimiento de los cursos. La aprobación del proyecto también dependía de la comprobación de la infraestructura física, administrativa y gerencial necesaria para el desarrollo de las actividades de formación continua de los profesores-alumnos. En los diversos cursos, los alumnos tenían clases que abordaban los conceptos fundamentales de la materia y eran orientados sobre las metodologías compatibles con las tendencias actuales en dicha materia, más allá de las prácticas de laboratorio.

Cada uno de los cursos tuvo una carga horaria de 120 horas cátedra y un mínimo de 30 profesores-alumnos por grupo. Cada profesor-alumno recibió un valor máximo de 450 reales por la las 120 horas de actividades. Los cursos fueron seguidos por la Coordinación de Normas Pedagógicas de la Secretaría de Educación. La Capes también creó un grupo para el seguimiento de los programas en los diversos estados. La inversión total en esas becas, durante la vigencia del convenio, sumó 4,6 millones de reales. Los profesores-instructores recibían 60 reales por hora cátedra dictada, valores que representaron un gasto total de 2,4 millones de reales al final de los seis años.

El Pro-Ciencias patrocinó también la compra de material permanente necesario para el desarrollo de los cursos (814 mil reales), autorizada en el último llamado, y material de consumo (729 mil reales). El programa también fue responsable por el pago de los servicios prestados por terceros (393 mil reales), por los gastos con el transporte de profesores a los locales en donde eran impartidas las clases (87,2 mil reales) y, cuando fue el caso, por el pago de estadías (187,3 mil reales). “Hicimos una evaluación positiva del proyecto y de su capacidad de impacto en el proceso de capacitación de profesores, como la innovación en la creación de material didáctico”, afirma Marília Sposito.

La demanda y el número de proyectos presentados en respuesta a los llamados creció a lo largo de los seis años que duró el programa. “Reconocimos su amplia legitimidad no solamente ante los equipos de investigadores, sino también en el interior de la red pública de enseñanza del estado de São Paulo. Con frecuencia, la FAPESP continúa recibiendo consultas – e incluso demandas – relacionadas con la continuidad del programa, tanto por parte de los investigadores como de los profesores, que, por vía electrónica, tienen acceso al sitio de la institución”, revela Marília.

En las aulas
En las diversas áreas, los proyectos procuraban capacitar a los profesores para que lograran una mejor actuación ante sus alumnos, utilizando los recursos disponibles en las aulas. Uno de los proyectos del área de física, intitulado Demostraciones en Física, coordinado por Fuad Daher Saad, del Instituto de Física de la Universidad de São Paulo, tuvo como objetivo orientar a los alumnos-profesores acerca de la necesidad de demostrar algunos experimentos en la sala de clases utilizando los recursos y materiales disponibles. Más allá de las cuestiones teóricas y metodológicas sobre el tema, lo que se intentó fue formular sugerencias de carácter didáctico: la persistencia visual, se sugería, puede demostrarse a través de la rápida rotación de un pequeño cartel que muestra de un lado a un perro y del otro un hueso. Girando el artefacto, las imágenes se superponen en nuestra retina.

Otro proyecto que integró el programa fue el Educación Ambiental a Través de la Visión Integrada de la Cuenca Hidrográfica Vía Internet, coordinado por José Galizia Tundisi. El objetivo de éste era enseñar al alumno a interpretar y aprender sus lecciones a partir de la cuenca hidrográfica de la región de São Carlos, e insertar estos datos en un gran mapa en Internet. Las clases eran dadas en el Centro de Divulgación Científica y Cultural de la USP de São Carlos, y los alumnos-profesores eran estimulados a armar sus propias homepages, en donde colocaban los datos reunidos por el equipo.

El proyecto Capacitación en Servicio de los Profesores de Química de la Enseñanza Media, presentado por el Instituto de Química de la USP y coordinado por Reiko Isuyama, procuraba acercar ciencia y ejercicio de la ciudadanía. Sus profesores-alumnos, además de realizar, por ejemplo, un balance de la cantidad de ingredientes que intervienen en la composición de una determinada sustancia, también debatían la cuestión de los intereses económicos implicados en la fabricación de fertilizantes. En el área de matemática, un buen ejemplo fue el del proyecto coordinado por Celia Maria Carolino Pires, de la PUC-SP. Antes del comienzo de las clases, se realizó un estudio con los profesores-alumnos para relevar las necesidades del grupo. Los contenidos más apuntados – Funciones y Geometría – fueron entonces el objeto de las clases.

Un quinto ejemplo que ayuda a demostrar el escopo del Pro-Ciencias fue el proyecto de actualización de los profesores de la red pública de Santo André en Ecología Vegetal . Su objetivo era facilitar la comprensión de la dinámica de los ecosistemas, la tecnología de producción de semillas de especies autóctonas y la recuperación de áreas degradadas. Los profesores-alumnos, además de visitar lugares tales como la Reserva Biológica de Paranapiacaba, la Reserva Biológica, la Estación Experimental de Mogi y la Reserva Ecológica de Juréia, también armaron un herbario.

La segunda etapa
El Pro-Ciencias, que también tuvo resultados positivos en los otros estados, entra ahora en su segunda fase. “Durante la primera fase, el programa fue financiado con recursos de la Capes. Ahora los recursos saldrán del Proyecto Escuela Joven de la Secretaría Nacional de Enseñanza Media y Técnica, dependiente del Ministerio de Educación. La gestión y el seguimiento de los proyectos será ejecutada por las Secretarías Estaduales de Educación”, dice Rúbia Silveira, coordinadora de Proyectos Especiales de la Capes. La Coordinación, explica Silveira, es ahora responsable solamente por la selección y calificación de los proyectos presentados en respuesta a los llamados nacionales. “Esta estrategia, en este caso, exime a los estados de los procesos licitatorios, lo que hace posible la implementación de los diversos cursos”, dice.

Republicar