Imprimir Republish

Comunicación

¿Quién tiene poder sobre el cuarto poder?

Los blogs desmitifican al periodismo y pautan a los noticieros

Comenzó con un programador de computadoras llamado Jhon Barger, quien, aburrido con su trabajo, pero excesivamente confiado en sus opiniones, resolvió poner en Internet unas notitas en su website en las que comentaba, en forma personalísima, la marcha del conflicto palestino-israelí. En poco tiempo, estaba opinando sobre todo y, al adquirir gusto por ello empezó a actualizar diariamente su columna personal. La bautizó weblog o bitácora en la red. El término gustó y, luego otro colega, jugando con la sonoridad de la palabra (la escribía como wee-blog), terminó cuñando el término: blog. Una década más tarde, el diputado Roberto Jefferson, en medio a su testimonio al Consejo de Ética de la Cámara de Diputados, nervioso, reinventó la palabra al gritar ¡Blig do Noblat! después de leer un papel que le pasaron. El polémico parlamentario se refería al blog político del periodista Ricardo Noblat, quien anticipaba la entrevista de la secretaria del entonces desconocido Marcos Valério en Isto É Dinheiro.

La forma de ser soberbio de Barrer creó un mecanismo poderoso. Comisiones Parlamentarias de Investigación eran interrumpidas por legisladores que retransmitían información obtenida en blogs políticos. Internet le dio vida a la cobertura de la crisis del mensaje. Hoy en día todo el mundo trabaja con una computadora conectada. Fue una crisis en tiempo real, analiza el periodista Nelson de Sá, responsable de la columna Toda Media, de Folha de S. Paulo. Y la expresión todo el mundo no es mera retórica. Según una investigación reciente del sitio especializado Technorati, existen en la red más de 38 millones de blogs y esa cantidad se duplica cada seis meses: en promedio, se crea un nuevo weblog por segundo del día. El volumen actual es 60 veces mayor que el de hace tres años. El nuevo universo se granjeó en apodo de blogosfera. Esa estructura traza diferencias fundamentales para el proceso comunicativo, asevera Alexandra Aldé, investigadora del Iuperj y docente de la Uerj, una de las pocas académicas en interesarse en el fenómeno de los blogs, en especial, los de opinión.

Se trata de una emisión dispersa y ramificada, fundamentalmente no jerárquica, donde emisores alternativos y actores políticos marginales pueden intentar producir eventos noticiosos, procurando atraer la atención del público, ya sea el especializado, como los periodistas, o también los curiosos o interesados. Su utilización como fuente de información transforma a la red en un nuevo campo de disputa política.

Literalmente hablando. El secretario de relaciones internacionales del PT, Valter Pomar, divulgó recientemente un texto para los militantes del partido, convocándolos a acompañar los sitios, blogs y comunidades de relaciones, proporcionando informaciones, para, en sus palabras, combatir la guerra sucia- que ocurrirá en Internet durante las elecciones. Aun así, marquetineros y políticos aún no unifican criterios para la evaluación de la importancia creciente de la red como fuente de decisión política. Hay, empero, muchos ejemplos, aquí y en el exterior, que pueden alterar esta situación. Internet suma una Bélgica (volumen similar a la población de ese país), de internautas y constituye el motor de la divulgación de opiniones en la sociedad brasileña, que ocurre por la capacidad de este segmento de influir en la agenda y los enfoques que, a gran escala, sobre todo en la TV, conforman una base. La batalla de Bélgica en la red va a definir la elección este año, evalúa el sociólogo Antônio Lavareda. En Estados Unidos y en Europa, batallas de ese tenor ya han causado bajas importantes. En 2002, el líder republicano del Senado, Trent Lott, deslizó observaciones racistas durante una fiesta de cumpleaños. Los grandes medios (de comunicación) ignoraron el hecho, acostumbrados a los comentarios impropios del senador. La blogosfera, empero, no lo perdonó y lo denunció en la red, en forma tan insistente que, pasada una semana de la fatídica fiesta, la prensa se vio obligada a retomar el tema y el dirigente republicano cayó en desgracia. El año pasado el ministro del Interior de Francia, Nicolas Sarkozy, concedió una entrevista al bloguista Louis Le Meur, en la cual fustigaba a los inmigrantes. La charla recorrió la red y fue responsable de la ola de violencia en los suburbios de Paris.

Actores
Comparado con los grandes actores de la vida política (grupos de interés, comités políticos, los medios), los blogs, si se los mira de cerca, parecen poco poderosos y también poco visibles, aún más en sociedades con alto índice de exclusión digital. Puede incluso existir un gran volumen de ellos, pero la experiencia demuestra que apenas una elite se hace eco de la información contenida en la blogosfera. Aún en este caso, ¿quién hoy en día puede darse el lujo de despreciar su rol, fundamentalmente en el ámbito político, relacionado con la vida política de las grandes naciones?, se pregunta Daniel Drezer, de la Universidad de Chicago, autor de The power and politics of blogs. En Brasil, estos efectos tienen un potencial aún desconocido, pero con seguridad nada desdeñable. Los brasileños, luego de las grandes movilizaciones por la redemocratización de los años 1980, se decepcionaron con la política, que se tiene como algo distante, para ser dejada a manos de los especialistas, afirma Alexandra Aldé. Aun así, cree la investigadora, la necesidad de justificarse, lo mismo que para sí mismos, de sus opiniones sobre el universo político, hace que los brasileños estén atentos a los discursos legitimadores que simplifiquen la complejidad de la política.

Los medios surgen ahí como una ruta señalizada que propone una organización autorizada de los eventos. En buena parte, la televisión ofrece un repertorio de fácil acceso y gran credibilidad, pero existe una demanda latente, que no es atendida, por información y participación en la vida pública. En este caso, no interesan los criterios de audiencia sino los criterios políticos, de coherencia con las normas democráticas elegidas, explica. Según ella, la red puede atender esa demanda, por ser un vehículo más democrático que los medios de prensa tradicionales. Los blogueros son locuaces y escritores de su propia invención, en general en el entorno público. Ellos están participando del gran juego de influencias en la opinión pública y están desarrollándose en ese movimiento, en general fruto de un trabajo pasatista sin remuneración, un instrumento de media de los más democráticos, concuerda Jay Rosen, docente de periodismo de la Universidad de Nueva York. El periodismo tradicional frustra y tiene su razón de ser por el mismo motivo: es una institución con todos los recursos para revisar editar y distribuir informaciones. Para mantener eso en funcionando durante tanto tiempo, se originó un título de confianza, credibilidad y visibilidad, difícil de ser superado analiza. Para Rosen, sin embargo, esa rigidez acabó por revelar lo falaz que es la supuesta virtud de la gran prensa: la imparcialidad. En la forma en la que está estructurada hoy, esa objetividad hace que los medios puedan ser fácilmente manipulados por un brazo ejecutivo que controla el mensaje y ocasiona una ortodoxia rígida, excluyendo cualquier opinión que no se convencional.

Muchos se rieron de Nelson Rodrigues, cuando el criticó la llegada al periodismo del idiota de la objetividad. ¿El reaccionario vislumbró antes y de lejos? El Imperio Romano que eran los medios se está desmoronando y estamos ingresando en un período casi feudal, en el que habrá muchos más centros de poder e influencia, evalúa Orville Schell, profesor de periodismo de la Universidad de California. Durante años, los medios desaprovecharon a grandes profesionales, creyendo que eso no cambiaría en nada el negocio. Muchos de ellos se convirtieron en blogueros y estimularon a antiguos lectores a hacer lo mismo. Ahora la hegemonía del periodismo como guardián de las noticias se encuentra amenazada, no por las nuevas tecnologías o por los competidores, como se suponía hasta entonces, sino, potencialmente, por el público al que ellos mismos debían servir: el lector, devenido en escritor, periodista y editor, dice Rosen.

El propio Ricardo Noblat, uno de los blogueros más influyentes y consultados de la red, es la prueba de ese engaño de las redacciones. En el 2004 él era el autor de una página de política dominical en el diario O Dia. Cuando sus noticias eran publicadas ya no eran actuales. Noblat, a pesar de sus pocos conocimientos de tecnología e informática, aceptó crear un blog para no perder sus notas y cuando la columna fue cerrada, se dio cuenta de que el público aclamaba de manera creciente con comentarios e informaciones a su periodismo electrónico. En el auge de la crisis política, su página llegó a ser consultada por más de 700 mil internautas. Es más: los políticos se manejaban según las opiniones de su blog. Y no sólo ellos, además también la propia prensa. El medio favorece ese encuentro. La blogosfera es un medio barato para que el bloguero exprese sus ideas y aún más para terceros que utilizan las informaciones que ellos colocan en los blogs. Los medios tradicionales, llamados por los blogueros mediaesfera, en ese contexto acaban funcionando como una corriente de transmisión entre la blogosfera y los actores políticos poderosos. Los blogs afectan el debate político en la misma medida que afectan el contenido de los reportajes de los medios convencionales y sus comentarios sobre política, analiza Drezner.

Por lo tanto, además de ser un importante medio de comunicación directa, al alcance de una elite cognitiva calificada por el acceso a los medios de comunicación de masas, Internet contribuye también para el acceso especializado de divulgadores y periodistas, que monitorean los contenidos en busca de historias y eventos noticiosos, contribuyendo a que el imaginario tecnológico que abarca la red llegue mucho más allá que a los usuarios directos, evalúa Alexandra. La investigadora recuerda el ejemplo chino, en el que existe una inversión gubernamental en un sistema de persuasión virtual, con una esforzada tarea de comentaristas online cuya misión es influir anónimamente en la opinión de los usuarios de Internet, en los foros de discusión, en relación con temas políticos controvertidos, en un contexto de 100 millones de internautas. No siempre, empero, esa democratización es manipulada. En términos de debate público esa transformación tiende a horizontalizar y pluralizar las relaciones de conocimiento y autoridad presentes en la construcción de opiniones y actitudes políticas de los ciudadanos. Los blogs, personales o de periodistas, elevan a los lectores al papel de contribuyentes en ese ciberespacio privilegiado de construcción de la opinión pública, observa.

Si los medios tradicionales construyeron puntos focalizados en los cuales los actores políticos operan, la blogosfera es capaz de hacer lo mismo con la forma por la cual los medios operan. Los blogs son considerados como un barómetro de los intereses en determinados temas. Si los lectores-escritores de los blogs se concentran en algo, eso, con certeza, interesará a los medios, que se verán afectados por ese consenso, de la misma forma en que la opinión pública es afectada por los medios, avisa Drezner. La ecuación si pasó, salió en titulares se transforma en si tantos están interesados, vamos a hacer un titular. La función del periodista es así desmitificada. Hay un cambio en la relación del periodista con el lector, al ser éste invitado a participar. Un blog que no suscite reacciones por parte de los lectores no es exitoso. Se rompe así la expectativa del periodista como un intermediario autorizado que procesa para el lector las informaciones y las hace comprensibles para ellos, suponiendo que se encontrarían en un grado menos privilegiado en la escala del conocimiento, nota Alejandra. En un blog, la posición del periodista, en cambio, es humilde y subjetiva, pues depende de la acogida de los lectores, completa. Informalidad y subjetividad son la tónica de los blogs periodísticos. Los errores se cometen en una nota y se corrigen en la próxima; las reputaciones son destrozadas en una nota y revisadas en la siguiente. La cocina? (por el acto de construir o cocinar la noticia) de la noticia está abierta a las visitas.

Al contrario de la edición de un diario, cuyos artículos van siendo modificados a lo largo del día, siendo igualmente descartados antes de llegar al lector, en el periodismo online, el proceso de depuración, reportaje y chequeo de los hechos sucede en tiempo real y es acompañado por los lectores que tienen acceso a una variedad mayor de informaciones fragmentadas y fuentes alternativas, recuerda Alessandra. La blogosfera, sin las restricciones de espacio de los medios tradicionales, se transforma en una rara combinación de conocimientos compartidos, reacción colectiva a las noticias, barómetro de la opinión pública (capaz de pautar en las redacciones si una noticia debe recibir más o menos atención de los medios tradicionales) y celeridad en la información.

Jornal Nacional
Quien deseara saber el resultado de una encuesta electoral reciente no precisa esperar hasta el final del Jornal Nacional para conocerlo. Los blogs políticos adelantan y comentan antes incluso que la veloz televisión y mucho antes que los diarios del día siguiente. ¿Cuál es el precio de eso? Un buen ejemplo fue la elección de 2002, la primera en Brasil en la que Internet desempeñó un papel político relevante, utilizada estratégicamente por los candidatos para provocar noticias en tiempo real que acabaron amplificadas por los medios, reforzando ataques que, de otro modo, no habrían tenido tanta visibilidad. Varios candidatos usaron sus páginas en la red para divulgar informaciones dudosas, jingles maliciosos, evitar la confrontación directa, confundir la cabeza de los electores en referencia a la agenda de un rival, etc., material combustible (altamente efectista), que no permanecía en la red más que algunas horas, pero que terminaba repercutiendo ampliamente en las páginas de los diarios y en los noticieros de la televisión. Esa propaganda política permitía ampliar la audiencia indecisa y disminuir los costos de campaña, al mismo tiempo evitando la reacción directa de la Justicia Electoral, más atenta a lo que sucede en los medios convencionales de propaganda electoral. El seguimiento de los hechos en tiempo real condiciona una cobertura continua en la que los lectores participan de la comprensión del reporte. Si fuera escandaloso o novelesco, con desmentidas y repercusiones a cada momento, más posibilidades tendrá de hacer que el lector siga atento el boletín electrónico, hasta el último segundo, dice Alessandra.

De este modo, aprovechando el efecto viral (la noticia puesta en la red y reenviada por una corriente de e-mails de progresión geométrica) de la red, o la amplificación del pequeño rumor por los medios, los políticos aprendieron a manipular la blogosfera. En cierta forma, dieron el puntapié inicial para la llegada de los blogs de crisis a la población, que deben leerse con cuidado. Al fin y al cabo, en ellos no existe el precepto de oír la otra campana, aunque se debe elogiar su formato que privilegia la convivencia con lo diferente. Al contrario de medios como la televisión que, para llegar a públicos más universales se ven forzados a encontrar denominadores comunes, el público de los blogs es confrontado con las diferencias, con contenidos producidos no necesariamente para ellos, de forma que el emisor confía en la posibilidad de que su contenido de información suscite interés en determinada audiencia, aunque sea restringida o remota, explica Alessandra.

Polémica
La investigadora resalta que los blogs se precian por la polémica, valoran la discrepancia de opiniones y publicitan el hecho de se exponen allí sin preocuparse por las preferencias ajenas, demandando así mismo que los lectores-escritores-editores se expresen. Un blog ideológicamente editado corre el riesgo de quedar con un grupo restringido de lectores, lo que significa, en términos de blogósfera, una muerte en vida. Un problema enfrentado, por ejemplo, por los blogueros norteamericanos es su transformación en mainstream. Varios blogs independientes fueron adoptados por diarios o vehículos de los medios tradicionales y, ahora, sus blogueros perdieron la rebeldía, el carácter contestatario e innovador, integrados en la política convencional, acabando por formar parte de las instituciones que deberían criticar. En Brasil, todos los blogs importantes están ligados a instituciones de los medios.

Pero no por ello se debe arrojar de la bañera junto con el bebé, aun cuando el niño no sea siempre demasiado confiable. Cuando un bloguero entrevista a un autor sobre su libro, eso es periodismo. Cuando un columnista de opinión manipula los hechos para crear una impresión errónea, no es periodismo. Cuando un bloguero investiga los hechos y descubre que la afirmación de una figura pública es falsa, eso es periodismo. Cuando un reportero repite las mismas afirmaciones sin tomarse el trabajo de chequear si son verdaderas, eso no s periodismo, dice Rosen. Gore Vidal ya avisaba: La mitad de los estadounidenses no tiene sentido crítico al leer noticias. La mitad de los americanos no vota en las elecciones presidenciales. Esperemos que sea la misma mitad.

Republicar