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Recetas para emprendedores

Seminario analiza estrategias para llegar al éxito en los negocios de alta tecnología

El éxito de una empresa de base tecnológica depende de la capacidad emprendedora de sus organizadores y de la formación del equipo, que debe contar con un líder carismático y con gente con diferentes tipos de vínculos con la universidad – de profesores con dedicación exclusiva a adjuntos -, al margen de profesionales ligados al mundo de los negocios. Ésa es la receta del emprendedorismo exitoso defendida por Tina Seelig, directora ejecutiva del Stanford Technology Ventures Program y de la Stanford Entrepreneurship Network.

Seelig participó en la primera mesa redonda que debatió el tema Formación en Emprendedorismo para Científicos e Ingenieros en América Latina, promovida por el Centro Minerva de Emprendedorismo de la Escuela Politécnica de la Universidad de São Paulo el pasado mes de diciembre. Dicho evento había sido realizado antes en Europa y en la India. En lo que se refiere a los aspectos estratégicos del emprendedorismo, Valério Veloso, director ejecutivo de Porto Digital, destacó la importancia de reunir en los polos de negocios a empresas de diferentes portes.

Y Cesar Simões Salim, que coordina el primer centro de emprendedorismo brasileño instalado en la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro (PUC-Rio) desde 1995, hizo hincapié en la necesidad de crear bancos de estudios de casos brasileños que reflejen la realidad nacional. También comentó que, a diferencia de lo que sucede en Estados Unidos, en Brasil los alumnos tienden a valorar poco la marca de la universidad en la que se recibieron. “En la PUC creamos el Gavea Angels a finales de 2002, para fomentar las inversiones de personas físicas en la creación de empresas innovadoras”, contó Salim. “Pero desgraciadamente los resultados no son dignos de celebrar.”

Obstáculos legales
En Brasil el concepto de empreendedorismo es aún poco conocido. Fernando Reinach, director ejecutivo de Votorantim Ventures – que patrocinó el seminario – y presidente de Allelyx, una empresa de biotecnología, apuntó hacia la dificultad de prospección de emprendimentos de alta carga tecnológica con buen potencial para el capital de riesgo: “Una empresa que financie un proyecto de investigación no tendrá prioridad de derecho de uso de los resultados, porque la propiedad intelectual de cualquier tecnología desarrollada dentro de la universidad es de la propia universidad, y su transferencia, al menos en teoría, está sujeta a procesos licitatorios, lo que hace que los convenios sean jurídicamente frágiles”, sostuvo.

Si una compañía farmacéutica, por ejemplo, invierte en una investigación realizada en la universidad y que resulta en la cura del cáncer, y desarrolla productos con base en ésta, quizá deba de enfrentar a los abogados de los grandes laboratorios internacionales. La nueva versiónde la Ley de Innovación, que tramita en el Congreso, aborda específicamente esta cuestión y podría eliminar esa dificultad apuntada por Fernando Reinach. El empresario también se refirió al hecho de que los científicos ligados a las universidades e institutos no tienen derecho de propiedad intelectual sobre sus invenciones y descubrimientos.

“Por eso en vez de sacar ideas de las universidades, debemos de sacarles gente, con lo que crea una cierta tensión en la relación”, dice Reinach. Votorantim Ventures cuenta con un modelo de inversión de riesgo compatible con los plazos de retorno y de baja actividad del mercado de acciones de Brasil. Pese a todos estos problemas, la indicación de que el sector tiene un interesante potencial de crecimiento se trasluce en las inversiones en programas de innovación tecnológica de la FAPESP.

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