Hubo una época muy convulsionada en una región actualmente calma de Bahía y de Minas Gerais conocida con el nombre de cratón São Francisco, uno de los bloques rocosos más antiguos del país. Durante mucho tiempo, la intensa fragmentación del cratón representó un rompecabezas que recién en los últimos años los geólogos han comenzado a dilucidar. Las actuales dataciones precisas de los minerales, detallan las etapas de formación de un tramo del norte del cratón conocido como cinturón vulcano-sedimentario-plutónico del río Capim, que comenzó a conformarse hace 2.100 millones de años.
Elson Oliveira, de la Unicamp, en compañía de colaboradores de las universidades federales de Río Grande do Norte y de Pará, y del Instituto de Investigaciones Energéticas y Nucleares, verificó que las rocas de ese cinturón, principalmente basaltos y gabros, se formaron en un ambiente de colisión de placas tectónicas, como sucede con las islas japonesas, y luego se deformaron como consecuencia de la colisión con placas continentales (Gondwana Research, edición de abril). Esa colisión final provocó escapes laterales de enormes bloques de roca y generó fricciones similares a las que ocurren actualmente en el sudeste asiático, que son el resultado del choque del antiguo continente de la India con Asia que erigió la cordillera del Himalaya.
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